Religioso de la Orden de San Agustín que gozó de muy extensa y sólida fama como teólogo, erudito y lingüista a mediados del siglo XVII
Nació Fr. Fulgencio en Pola de Siero y fué bautizado el 24 de septiembre de 1714. Fueron sus padres don Bartolomé Díaz y doña María del Cueto. Inclinado desde niño a la vida religiosa, decidió ingresar en la Orden agustiniana. González de Posada indica equivocadamente la fecha de este suceso como ocurrida en 1720. Tampoco está en lo cierto asegurando que vivió siempre en Madrid, como no es exacta la fecha que anota de su fallecimiento (Biblioteca asturiana). El P. Gregorio Santiago Vela, mejor documentado, dice que tomó el hábito en 1729 y que profesó el 21 de octubre del año siguiente en el convento de San Felipe el Real, de Madrid.
Al ingresar en la Orden, Fr. Fulgencio, que había sido bautizado con el nombre de Domingo, cambió éste por el indicado y adoptó el apellido Pumarino, en segundo lugar y hasta solo, seguramente porque lo habría usado algún antepasado suyo. Lo cierto es que siempre se le conoció generalmente por el apellido Pumarino, acaso por ser menos vulgar y, por ende, más distinguido.
Residió de conventual en el monasterio de Nuestra Señora de la Cerca, en Santiago de Compostela (1754). Años después (1763) vivía en Pontedeume, de la misma provincia de La Coruña.
Toda su existencia estuvo entregada al estudio con tal dedicación y austeridad que renunció en varias ocasiones a prioratos. Sin embargo, fué prior de la Provincia de Castilla. En 1767 le fué concedida en la Orden la categoría de Maestro de número.
Por su saber y sereno juicio crítico, el Consejo de Castilla solía someter a su censura las obras que requerían un examen delicado, y se asegura que de tal modo prevalecía ante el Consejo su criterio, que pudo más su juicio favorable acerca de la publicación de la Theodicea de Pereira que la abundancia de opiniones adversas suscitada por esta obra.
Además de las obras en volumen y otros trabajos que se anotan al final de esta información, ha hecho algunas traducciones, de las cuales han quedado inéditas las Recreaciones filosóficas del P. Teodoro Almeida, en siete tomos, uno de cuales, el de Lógica, fué traducido por González de Posada y una Gramática latina, escrita originariamente en francés.
En los últimos diez años o algo más de su vida residió en el Colede de doña María de Aragón, de Madrid, del que fué rector, y en el que se inhumaron sus restos mortales. Falleció el 21 de junio de 1777, y no el 29 de mayo como anota Carlos González de Posada.
Obras publicadas en volumen:
I.—Continuación al apéndice de las reflexiones del Portugués sobre el memorial del padre general de los jesuitas, presentado a la santidad de Clemente XI. Primera y segunda partes. (Madrid, 1768.)
II.—Respuesta apologética de Antonio Pereira, de la Congregación del Oratorio de Portugal, al padre Manuel Galindo, de los clérigos menores, y a la censura que éste le hizo a su “Tentativa teológica sobre el poder de los obispos en tiempo de rotura”. (Madrid, 1768.)
III.—Sentencia de la Real Mesa Censoria, o apéndice a la deducción cronológica y analítica, etc. (Madrid, 1769.)
IV.—Joannis Laurentii Berti de Theologica disciplina escurata synopsis. (Valencia, 1770-71; cuatro tomos en 4)
Trabajos sin formar volumen:
1.—Introducción y traducción de la obra Método de estudiar sacado de las obras de San Agustín, escrito por Pedro Ballerino, director de la Academia de Apatistas o Desapasionados de Verona. (Madrid, 1767.)
2.—Ilustraciones de la Introducción a los principios sobre la política de los jesuítas, por él traducida del portugués. (Madrid, 1768.)
3.—Una carta en Avisos históricos, de Gregorio Menéndez Valdés. (Madrid, 1774.)
Obras inéditas:
—Método y plan general de estudios. (MS. que figuró en el archivo del conde de Campomanes.)