Por otros apellidos, los de Díaz Posada. Jurisconsulto y escritor malogrado que, no obstante su corta vida y haber nacido en hogar humilde, supo elevarse en la sociedad ovetense de su tiempo aún puesto distinguido por el o de su inteligencia unido al pepe aprovechado y la conducta sin tacha.
Nació en Oviedo en el año 1858. Cursó la segunda enseñanza en el Instituto ovetense desde 1869 hasta graduarse de bachiller el 19 de junio de 1872. Seguidamente estudió en la Universidad el Notariado, del que recibió el título facultativo en junio del año siguiente, y continuó la carrera de Leyes hasta licenciarse en Derecho civil y canónico el 30 de octubre del 77.
Durante todos estos estudios figuró como uno de los colegiales mejor dispuestos de su tiempo. Poco después se trasladó a Madrid, y en la Universidad Central cursó el doctorado, título que obtuvo el 15 de abril de 1880, y con cuyo motivo leyó como tesis doctoral un admirable estudio intitulado Las emigraciones (número 1). Tal fué su presentación en serio como escritor, después de los consabidos ensayos estudiantiles.
Establecido de nuevo en Oviedo, sus primeras actuaciones de hombre de leyes fue como fiscal durante unos meses del año siguiente, y luego como abogado fiscal sustituto de la Audiencia desde septiembre de ese mismo año hasta el 1 de julio de 1885, fecha en que tuvo que renunciar por incompatibilidad con el cargo de concejal del Ayuntamiento, para el que había sido elegido con el carácter de republicano conservador con que militó en política. También por entonces contrajo matrimonio.
Desde antes de renunciar a ese cargo forense pertenecía al Colegio de Abogados, recibido el 13 de marzo de 1882, del que desempeñó el puesto de decano tiempo después.
Sus sólidos conocimientos jurídicos y su conducta limpia le dieron en estrados sólido crédito que trascendió a toda la provincia como uno de los jurisconsultos más favorecidos del público. A este aspecto de su relevante personalidad vino a juntarse la fama de escritor, conquistada desde algunos periódicos ovetenses, principalmente El Correo de Asturias, y consolidada con un primer premio alcanzado con el estudio número 1 en el concurso público celebrado por la Sociedad Económica de Amigos del País, en septiembre de 1883. Con ese motivo, en el mismo mes y año, la Academia de Jurisprudencia de Oviedo, que había instituído ese premio, le nombró socio honorario como reconocimiento de su saber y laboriosidad. También escribió algunas celebradas piezas teatrales de sabor local.
Entretanto, consagraba a la enseñanza universitaria alguna parte de sus actividades. Ofició en la Universidad de profesor auxiliar en varias asignaturas, como derecho procesal, desde febrero de 1886 a final de curso, y de derecho mercantil desde comienzo del mismo a enero del año siguiente. Desde esta fecha ocupó interinamente la cátedra de derecho español. Fué, además, secretario de la Facultad correspondiente.
Esas actividades de profesor las desarrolló también en la Escuela de Artes y Oficios, sostenida bajo los auspicios de la Sociedad Económica de Amigos del País, de la que era miembro distinguido. Como profesor de esa Escuela tuvo ocasión de lucir una vez más sus facultades literarias y oratorias con el discurso anotado en el número ll.
En plena juventud y cuando la vida le ofrecía un porvenir lisonjero, dejó de existir en la ciudad natal el 30 de mayo de 1891.
Obras publicadas en volumen:
I.—Las emigraciones. (Oviedo. 1880; tesis doctoral.)
lI.—La cuestión social. (Oviedo. 1890; discurso con motivo de la sesión de entrega de premios en la Escuela de Artes y Oficios.)
Trabajos sin formar volumen:
1.—Influencia de las emigraciones de los naturales de Asturias en el bienestar moral y material de esta región, (En el Boletín-Revista de la Academia de Jurisprudencia, Oviedo, octubre de 1883 y marzo y abril del 84; trabajo premiado en el certamen celebrado en septiembre de 1883 por la Sociedad Económica de Amigos del País.)