Sacerdote y escritor contemporáneo, nacido en Mieres el 30 de enero de 1869, hijo de don Enrique, que fué empleado de la Fábrica de Mieres por espacio de más de cincuenta años, y doña Carmen Fernández.
Cursada con aprovechamiento en la villa natal la instrucción primaria y dotado de inclinaciones a la vida religiosa, obtuvo en 1880 una beca en el Seminario Conciliar de Oviedo, en el que hizo toda la carrera eclesiástica, Latinidad, Filosofía y Teología, sin interrupción y con aplicación extraordinaria hasta 1893, fecha en que obtuvo los grados de bachiller y licenciado en esa última disciplina en el Seminario Central de Salamanca.
Durante el último curso (1892-93) desempeñó en el Seminario ovetense una plaza de catedrático auxiliar de Latinidad. Esa vocación por la enseñanza le llevó después de concluida la carrera a ejercer de profesor de varias asignaturas del bachillerato en los Colegios de Sama de Langreo y Mieres. A esa época corresponden también sus iniciaciones como escritor en periódicos ovetenses, entre ellos, El Carbayón, La Cruz de la Victoria, La Opinión de Asturias y Las Libertades.
Desde 1894 ha venido dedicado con toda preferencia a las ocupaciones de su ministerio, en sus comienzos, como coadjutor de Luanco y ecónomo de Caravia y Pesoz, sucesivamente. Siempre estudioso, por ese tiempo se presentó a oposiciones, primero, de una cátedra de Filosofía, en Segovia, y después a la canonjía con dignidad de Magistral, de Astorga, siéndole aprobados los ejercicios en ambos Casos. En el concurso general celebrado por el obispado ovetense para la provisión de parroquias, en 1898, mereció calificación con censura de primera y segunda clase y obtuvo la parroquia de La Mata (Grado), al frente de la cual permaneció catorce años, hasta que en 1910 alcanzó por el mismo procedimiento la administración de la parroquia de San Isidoro, de Oviedo, a cargo de la cual continúa actualmente (1935). A la vez desempeña los destinos de examinador sinodal y párroco consultor del obispado ovetense.
Las atenciones del culto no le han impedido continuar sus actividades como escritor y, con su nombre y apellidos, anónimamente y con los seudónimos de A. Celis, Luis de Avendaño y X, ha proseguido escribiendo en algunos de los citados periódicos y además en Región, de Oviedo; El Comercio, de Gijón; El Mierense, de Mieres; La Voz de Grado, editado en esta villa, y La Avanzada, de Bilbao.
La cultura adquirida en los libros ha sido fortalecida con algunos viajes por España, el Sur de Francia y las principales ciudades italianas.
Obras publicadas en volumen:
I.—Discurso acerca de la guerra de España con los Estados Unidos. (Mieres, 1898.)
lI.—Oración fúnebre del papa León XIII, (Pravia, 1903.)