Figuran en el tomo tercero con el apellido Fernández indebidamente antepuestos a los verdaderos, la causa de confusión con su segundo nombre, Fernando.
Poeta y prosista contemporáneo, nacido en Pola de Siero el 9 de agosto de 1880, en hogar acomodado, hijo de don Cándido Castañón Vigil, que fué depositario del Ayuntamiento de esa villa, y doña Hortensia Barinaga y Egocheaga.
Vivía con ellos el hermano de ésta, don Nemesio, eclesiástico, con quien José Castañón formó su espíritu en una educación profundamente cristiana. Contribuyó también a ello la madre. “Mi madre—nos ha dicho él mismo—, perpetua admiradora y lectora de vidas de santos y de la historia profana, me comunicó afición a esos estudios, y así me explico el sobresaliente en ambas Historias, de España y Universal, que contrastaba con el misérrimo aprobadillo de Matemáticas. Estudié el grado de bachiller en Vergara (Guipúzcoa), en el Colegio de Segunda Enseñanza de los PP. Dominicos, donde me imbuyeron la savia fortalecedora de la filosofía cristiana, sobre todo la del Doctor Angélico, y un patriotismo macizo, como para estar contemplando con enamoramiento eterno a Covadonga, Las Navas de Tolosa, Granada, Lepanto y Bailén; Pelayo, Alfonso VIII, San Fernando, Isabel, Cisneros y Carlos Mb.
Se graduó de bachiller en Letras en San Sebastián en junio de 1895, siendo el único que obtuvo la calificación de sobresaliente de los once estudiantes que envió el mencionado Colegio ese año al examen de reválida, lo cual es fehaciente testimonio de su aplicación de colegial. Seguidamente cursó la carrera de Derecho en las Universidades de Oviedo y Salamanca, alcanzando el grado de licenciado en esta última en junio de 1904.
Una vez concluida la carrera de abogado fijó su residencia en la villa natal, en la que desempeñó los cargos de juez y fiscal del Juzgado municipal. Más tarde pasó a Llanes con el destino de secretario del Juzgado municipal de esta villa, que dejó tiempo después para reintegrarse nuevamente a Pola de Siero, donde ha venido ejerciendo de secretario del Ayuntamiento desde 1924 hasta el presente (1935). Al gran apego que siempre tuvo a la comarca donde ha nacido y se ha formado espiritualmente contribuyó no poco el amor. Un primer amor verdadero le llevó a formar hogar en agosto de 1906, casado con doña Consuelo de la Grana Balmori, de la que quedó viudo; y segunda vez enamorado, contrajo nupcias en marzo de 1927 con doña Sofía García-Bernardo. Descendientes de ambos matrimonios, ha venido a reunir once hijos.
“Mis aficiones históricas y el amor iniciaron en mi alma la vocación literaria al comenzar el siglo”, dice él mismo. Desde entonces, más en verso que en prosa porque la modalidad poética es su característica literaria, ha colaborado en numerosos diarios y revistas editados en Asturias y fuera de la región. Cuentan entre ellos los números extraordinarios de El Correo Español, de Madrid; Pensamiento de Asturias, El Carbayón, Alas, El Lunes, Región y la Tierrina, de Oviedo; El Comercio y Revista de Asturias, de Gijón; El Oriente de Asturias, de Llanes; la revista Covadonga, aquí editada; El Tiempo lustrado, de Méjico; El León Católico, de León; Torrelavega Gráfica, Brisas, de Siero.
Como poeta ha merecido algunos galardones, que han contribuido a realzar su personalidad, tales como un accésit alcanzadO en los Juegos Florales celebrados en el Coliseo Pompeya, de Barcelona, por unos sonetos dedicados a Garcilaso de la Vega, y una mención honorífica con su correspondiente diploma que le fué otorgada en el Certamen que patrocinó el Diario Español, de Buenos Aires, en 1910.
De sus actividades como prosista merecen especial recuerdo los trabajos que sirvieron luego de lectura, a manera de discursos, en algunos actos y solemnidades, como la entrega al Ayuntamiento del edificio de la Escuela de Artes Y Oficios por don Francisco García Braga en nombre de la Sociedad Juventud Asturiana Siero y Noreña, de Buenos Aires; la Exposición Teresiana en la Exposición Hispano-Americana, de Sevilla, en 1929, y otros.