Industrial y escritor contemporáneo. Nacido en Caballeros (Siero), hijo de don José Fernández Vázquez, labrador, y doña María Braga Villa, que ejercía de maestra Particular en la casa de sus padres. Recibió las aguas bautismales “un día 9 de febrero, en el último tercio del siglo XIX, en la parroquia de Hevia”, como él mismo insinúa y que dicho más exactamente, nació en ese día del año su formación moral e intelectual tuvo desarrollo en ambiente religioso con estudios suficientes para darle buen dominio en el manejo que los números, si bien su vocación más íntima iba por rumbos menos positivos, Como los literarios, que guió autodidácticamente más adelante cuando se lo permitieron sus dedicaciones prácticas.

Ya en los albores de la juventud, decidió buscar campo más favorable a su prosperidad en la emigración y marchó a la Argentina. Residió aquí principalmente en la población de Mercedes (Buenos Aires) dedicado a trabajos de contabilidad en importantes casas de comercio. En dicha población argentina se inició como escritor sobre temas económicos, especialmente en los periódicos locales.

No satisfechas sus aspiraciones, regresó a España, dedicándose entonces en Asturias a representaciones comerciales con radio de acción a gran parte de la provincia. Después se estableció en Gijón con una fábrica de chocolates que gozaron de gran crédito por espacio de unos veinte años, extendido a Santander, Madrid y otras poblaciones españolas.

Los cuidados de su industria no le apartaron de una convivencia activa con elementos propulsores del progreso material e intelectual de Gijón y la provincia. Figuró como miembro directivo en la Unión de los Gremios de la localidad y propugnó con otros elementos la celebración anualmente de una Feria de Muestras, propósito que quedó en tal por el momento y que llevaron a la realidad otras personas años adelante.

Entre las actividades de orden intelectual están sus colaboraciones en diferentes periódicos de Gijón, Oviedo y Aller, casi siempre sobre temas económicos, ya firmadas con su nombre y apellidos, bien con los seudónimos Fráncfort y Bágar. También dedicó algunas de esas colaboraciones a la divulgación del idioma internacional, el esperanto, del que tuvo la representación de delegado en Asturias y como tal concurrió al Congreso Internacional celebrado en Barcelona en 1909. Este entusiasmo por la difusión de tal idioma le llevó a fundar una revista escrita en esperanto, español y bable, que alcanzó vida efímera.

También en esperanto escribió una guía de Asturias que conserva inédita.

En los años posteriores a la guerra europea (1914-18) corrieron malos vientos para su floreciente industria chocolatera, viéndose obligado a liquidar el negocio. Nuevamente marchó a la Argentina con la ilusión de perspectivas más risueñas. Desde entonces reside en Buenos Aires, dedicado a negocios y compartiendo con esas ocupaciones actividades en organizaciones gremiales y de escritor en diferentes periódicos, entre los que figura el Correo de Asturias como un frecuente colaborador sobre temas históricos regionales.

Obras publicadas en volumen:

1.—Ingenuidades. (Gijón, 19102; folleto.)