Religioso dominico y escritor contemporáneo. Nació en la aldea de Tiós. parroquia de Campomanes (Pola de Lena), el 20 de octubre de 1881. en humilde hogar de labradores formado por don Carlos de ese apellido y doña María Muñiz. Aprendió las primeras letras con maestros ambulantes que llegaban a la aldea y siguió luego la instrucción primaria asistiendo a escuelas de otros pueblecillos. hasta que la hubo pública en el de nacimiento. Sus dedicaciones predilectas desde muy niño eran las de ayudar a la celebración de la misa y cuidar de la iglesia. Cuando andaba por los once años comenzó a estudiar latín con el coadjutor de la aldea. estudio que compartía con el concurso prestado a su padre en las tareas campesinas.
Próximo a cumplir los quince años, el 21 de setiembre de 1896, tomó hábito en la Orden de Santo Domingo. en el convento de Corias (Cangas del Narcea).
Hecha la profesión de votos el 5 de noviembre de 1897, comenzó en esa casa la carrera eclesiástica. Durante los estudios de Filosofía y Humanidades, su espíritu se inclinó preferentemente al conocimiento de la Historia y de las Ciencias Morales y Políticas.
En 1901 pasó al convento de San Esteban, de Salamanca. en el que cursó los estudios de Teología. Aquí acabó su formación espiritual, nutrida de entusiasmo por los problemas sociales. De ello dió muestras inequívocas en las controversias suscitadas en una Academia sostenida por la juventud dominicana y en la dirección de una revista, en su nacimiento manuscrita y velografiada. con el título de Ideales.
Concluidos los estudios y ordenado de presbítero en 1906, los superiores le destinaron como profesor al colegio de segunda enseñanza de Vergara (Guipúzcoa). en el que por espacio de unos cinco años enseñó las asignaturas de Historia, Ética y Derecho. También fué profesor de Economía social en la Escuela de Comercio. La ampliación de estudios en esas materias para el ejercicio docente, fué dando a sus ideas una formación doctrinal, de la que recogieron los primeros frutos como escritor público las revistas de la Orden: El Santísimo Rosario, de Vergara, y La Ciencia Tomista, que entonces se publicaba en Madrid. En esos primeros trabajos echó los cimientos de su personalidad intelectual, combativa en busca de soluciones armónicas entre los problemas religiosos y los sociales.
En julio de 1911 se le trasladó a Madrid, como redactor de La Ciencia Tomista, en la que se encargó de la sección Crónica científico-social y del Boletín de cuestiones sociales. El trato en Madrid con políticos y escritores, en el Congreso de los Diputados y en las redacciones de algunos periódicos, sirvió para consolidar su ideología, y en sus escritos tuvieron eco cuantos asuntos agitaban a la sazón la vida nacional.
“Se percibe pronto -—dice un comentarista—, leyendo sus escritos de esa primera época, que su intento era aproximar, allanando obstáculos y diferencias, dos mundos que le parecían enormemente distanciados: el mundo civil y el mundo eclesiástico, la Iglesia y el Estado, la política y la vida religiosa; dos mundos separados por intereses subalternos de los que se podía prescindir para salvar las esencias, que podían armonizarse por sí mismas en admirable y fecundisimo concierto”.
Pero el terreno en que habrían de enraizarse las ideas del P. Gafo. no estaba preparado para tal siembra. Su esfuerzo por llevar esas ideas a la comprensión de las clases conservadoras del país, tropezaba con la esterilidad de la intransigencia. Con ocasión del Centenario de las Cortes de Cádiz (1912), se propuso estudiar el origen de las discordias político-religiosas de los tiempos modernos, y comenzó a publicar en La Ciencia Tomista una serie de artículos, que hubo de interrumpir ante las protestas, más privadas que públicas, con que le abrumaron elementos de extrema derecha.
La fe y la perseverancia puestas en el ideal le sostenían, sin embargo, en la lucha. Su primer éxito práctico sucedió con motivo de la huelga ferroviaria de 1912. Oído por algunos elementos huelguísticos, dispuestos a organizarse sin contactos marxistas ni tampoco con la táctica de los Sindicatos Católicos, hubo de prestarles eficaz concurso para la fundación del Sindicato Ferroviario de Madrid, y él mismo organizó el primer Centro de Sindicatos Libres, en marzo de 1913.
Con estos trabajos del P. Gafo en Madrid coincidían los del también dominico Fr. Pedro Gerard, en Andalucia, y ambos tuvieron que librar ruda lucha con la pluma y la acción contra los que defendían los Sindicatos Católicos, acusando a los dos dominicos de heterodoxos. Pero los Sindicatos Libres fueron extendiendo su organización por varias provincias, principalmente Navarra y las Vascongadas.
En 1913 se destinó al P. Gafo como rector del colegio de segunda enseñanza que la Orden sostenía en Oviedo. Durante los tres años reglamentarios que desempeñó ese puesto, continuó en Asturias con la pluma, y también como conferenciante en la cuenca minera, sus campañas de reorganización sindical. Ellas le llevaron a sostener una larga y ruidosa polémica Con el entonces director en Oviedo del semanario socialista La Aurora Social, Isidoro Acevedo. También descuella en su labor de entonces la desarrollada como presidente de la Academia de Santo Tomás, nutrida por la población estudiantil universitaria y de la Escuela Normal, en la que desarrolló un curso de conferencias sobre el tema Puntos de coincidencia entre el Catolicismo y el Socialismo.
Trasladado en setiembre de 1921, nuevamente como profesor al colegio de Vergara, residió aquí otros cinco años, durante los cuales dedicó todo el tiempo que la función docente le dejaba libre a continuar la labor social a que venía respondiendo ya en primer término su existencia. No sólo fundó nuevos Sindicatos Libres, sino que contribuyó por correspondencia a la reorganización de los creados en Cataluña.
En octubre de 1926 se le volvió a destinar a la redacción de La Ciencia Tomista, en la que se hizo cargo nuevamente de las secciones desempeñadas años antes. Pero sus campañas volvieron a encontrar el invencible obstáculo de la incomprensión. En 1927 comenzó a publicar una serie de crónicas bajo el título de La situación religiosa en España, que renunció a concluir porque los lectores no soportaban que se les criticara su religiosidad convencional y acomodaticia.
Pocos meses después de llegado a Madrid. la Dictadura establecida por el general Primo de Rivera, le nombró vocal de la Comisión Interina de Corporaciones en el Ministerio de Trabajo. encargada de organizar los Comités Paritarios creados en noviembre de aquel año. Algo después se le designó vocal técnico del Consejo de Trabajo en el mismo Ministerio. En esos dos organismos colaboró con los socialistas eficazmente en todas las reformas sociales favorables a los trabajadores.
La mudanza de régimen político no interrumpió, sino que robusteció sus campañas como predicador, conferenciante y publicista. La organización de Sindicatos Profesionales y Confederaciones regionales de ellos, culminó en el Congreso de unificación sindical celebrado en diciembre de 1935, en el que se acordó la fundación de la Confederación Española de Sindicatos Obreros, para lo que sirvió en mucho la doctrina sustentada por el P. Gafo.
En este tiempo tuvo representación como diputado en el Congreso, incluído en candidatura por los elementos obreros de Navarra cuando las elecciones de noviembre de 1933. Sostuvo en los debates y en las comisiones parlamentarias una posición de transigencia. Su actitud estaba llamada al fracaso, y así sucedió. Por lo mismo, no consintió que se le postulase candidato en las nuevas elecciones generales de febrero de 1936. Le había quedado de su paso por el Congreso de los Diputados una amargura que él mismo confiesa en unas declaraciones con las siguientes palabras: “Ante estas mentalidades que se dicen cristianas y se lo creen de buena fe, opté por callarme y eliminarme del Congreso para trabajar en otros sitios. Quizá la revolución o la amenaza de la misma sea el único remedio de urgencia. Si las izquierdas viniesen para resolver con buenas reformas sociales el problema social, sin meterse con la Religión, yo diría: Bienvenidas sean las izquierdas, hasta que las derechas tengan enmienda”. (La Región, Orense, 9 de abril de 1936).
Obras publicadas en volumen:
I.—Doctrina del Sindicalismo libre. (Vergara, 1923).
II.—Polémica. (Barcelona, 1923; recoge la sostenida con Isidoro Acevedo, director de La Aurora Social, de Oviedo).
III—El momento social de España: Hechos e ideas. (Madrid, 1929: conferencia en el Centro de Cultura Internacional Germánico)
Trabajos sin formar volumen:
1.-—¡Hosanne el Hijo de David!.(En El Santísimo Rosario,Vergara,1907)
2.– El mes de mayo. (En ídem, idem)
3.—Las Cortes y la Constitución de Cádiz. (En La Ciencia Tomista, Madrid: marzo a agosto de 1912 y enero-febrero de 1914; cuatro crónicas).
4.–Boletín de Ética. (En idem, marzo a junio de 1911, dos artículos)
5.—Crónica cientifico-social de España. (En La Ciencia Tomista, Madrid: desde noviembre de 1911 a agosto de 1914; enero de 1917 a octubre de 1918; 1926 a 1935; numerosas crónicas).
6. —Boletín de cuestiones sociales. —(En La Ciencia Tomista,Madrid: 1912-18; seis crónicas).
7.—La Asamblea de Vitoria y los patronos. (En La Ciencia To- mista, Madrid, 21 de junio de 1933).
8.—Organización patronal y organización obrera. (En La Nación, Madrid, 20 de julio de 1933).
9.—Lo que debe ser un sindicato obrero. (En La Gaceta Regional, Salamanca, 22 de diciembre de 1934 y 9 de enero de 1935: dos artículos).
10.- La acción católica y la acción piadosa (En el Santisimo Rosario, Vergara, marzo y mayo 1930)
11.-La nueva Encïclica social ( En la Ciencia Tomista, septiembre-octubre de 1931)
12.-Carta abierta: Acción católica, política y social. (En el ensamiento Navarro, Pamplona, 10 de febrero de 1933)
13.- Deberes de la hora presente. En Ídem, 17 de marzo 1933)
14.- Cartas a “El Debate”. Los dos frentes (En el Debate, Madrid, 20 de abril de 1933)
15.-Largo Caballero. (En el Pueblo Vasco, Bilbao, mayo de 1933)
16.- Largo Caballero. (en Idem, Idem)
17.- ¿Rotulaciones católicas? (En el Pensamiento Navarro. Pamplona, 4 de junio de 1933)
18.- La Asamblea de Vitoria y los patronos. (En Idem, 21 de junio de 1933)
19.-Organización patronal y organización obrera. (En La Nación, Madrid, 20 de junio de 1933)
20,-Los deberes de la hora presente: ¿Católicos y socialistas? (En el Pensamiento Navarro, Pamplona, 25 de julio 1933.
21.- La clave. ( En El Debate, Madrid, 15 de agsto de 1933)
22.-Juicio sobre la política de 1933 (En La Nación, Madrid,1 de enero 1934)
23.-Hacia la confederación basar de los sindicatos profesionales. (En El Correo de Mallorca, 1 de agosto de 1934)
24.-A un patrono y…a muchos. (En el Pueblo Vasco, Bilbao, 1 de agosto del 1934)
25.- Reflexiones sobre el momento: Un dato por lo que valga. (En el Pensamiento Navarro, Pamplona 29 de septiembre de 1934)
26.-Los dos ejércitos. (En ABC, Madrid27 de octubre de 1934)
27.-Lo que debe ser un sindicato obrero (En la Gaceta Regional, Salamanca, 22 de diciembre de 1934 y 9 de enero 1935, dos artículos)
28.- EL padre Gerard. O.P. (En Idem, 2 de febrero de 1935)
29.—El clero y la acción social. (En El Pensamiento Navarro.Pamplona, 8 de setiembre de 1935).
30.—Los Sindicatos Profesionales. Puntualizando. (En idem 28 febrero 1936).
31.—Los Sindicatos Profesionales y la política. (En idem. marzo de 1936; cinco crónicas).
32.—Sobre la apostasía de las masas. (En ídem. 11 de marzo de 1936).
Referencias biográficas:
Anónimo.—Una conversación con el P. Gafo. (En Región, Oviedo, 10 de octubre de 1929).
Idem.—El Padre Gafo. Rasgos biográficos. (En El Guadalete, Jerez de la Frontera, 11 de enero de 1935).
Cronista (El).—Una hora de charla con el P. Gafo. (En El Ideal Gallego, La Coruña, 16 de junio de 1933).
Cuevas (Valentín F).-—Charlas parlamentarias. Un ilustre padre dominico. diputado a Cortes. (En El Pueblo Vasco, San Sebastián, enero, 1934).
E. A.—Una charla con el Rdo. P. Gafo. La reconquista del pueblo. (En El Pensamiento Navarro, Pamplona, 19 de julio de 1933).
Fraile (Guillermo).—El P. General y el P. Gafo: Dos hombres. Un corazón. Un solo espíritu. (En La Gaceta Regional, Salamanca. 2 febrero 1935)