Pintor contemporáneo, fallecido. “Sus verdaderos apellidos —nos ha dicho Luis M. Alonso (Lumen), a quien debemos buena parte de esta información — eran García Llames, aunque él firmaba García Robés, utilizando los dos apellidos paternos”.
Nació en Avilés el 15 de diciembre de 1873. Estudió la instrucción primaria en la escuela pública regentada por don Juan de la Cruz y asistió más tarde a las clases nocturnas de la Escuela de Artes y Oficios, donde hizo el aprendizaje de dibujo y pintura.
La necesidad de vivir le desvió de la vocación artística para dedicarse al oficio de pintor, a expensas del cual sostuvo primeramente el hogar paterno y luego el propio, formado éste en matrimonio con doña Josefa Vázquez Heres.
Restando al descanso el tiempo que podía, continuó su vocación pictórica y se dió a conocer con aplauso en la Exposición de Pintura celebrada en Gijón, en 1900, en la que se le concedió una mención honorífica por el cuadro El Castillo, que representaba el existente en Soto del Barco. También por entonces robusteció su crédito la ejecución del cuadro En la fuente, para el que le sirvieron de modelo los Caños de Priorio, de Oviedo.
En 1905, la necesidad de afirmar su posición económica le decidió a trasladarse a Cuba. Se dedicó en esta isla a contratista de obras, y a la vez continuó sus actividades de pintor, participando como tal en la decoración del nuevo edificio del Centro de Dependientes de la Habana.
Después de una permanencia de quince años en Cuba, donde alcanzó una posición de bienestar económico y también renombre como pintor, regresó a España, fijando su residencia en la villa natal, en la que contrajo matrimonio en segundas nupcias con una hermana de su primera esposa, doña Elvira, el 8 de abril de 1920.
En Avilés continuó dedicado a la pintura artística. Una de sus obras más bellas de entonces consistió en la decoración del vestíbulo del teatro Palacio Valdés.
A la Exposición de Artistas Avilesinos celebrada en el verano de 1921 bajo los auspicios de la Biblioteca Popular Circulante, presentó varios cuadros, que eran otras tantas copias de obras famosas.
Algunos años después se trasladó de nuevo a la Habana, requerido para participar en los trabajos de decoración del nuevo palacio del Centro Asturiano. inaugurado en 1927, y poco después de su regreso a la villa de nacimiento, dejó de existir en ella el 29 de junio de 1928.