Ilustre personalidad contemporánea, fallecida, especialmente caracterizada como un gran benefactor de la cultura asturiana y en primer término de la comarca de nacimiento.

Nació Eduardo Llanos en Corao (Cangas de Onís) el 12 de agosto de 1833, hijo de Benito Llanos Cifuentes y Noriega y de doña Isabel Alvarez de las Asturias y Posada, ambos de ilustre ascendencia:

Corrió su educación e instrucción primeras a cargo de un preceptor particular. Después continuó los estudios en Gijón, al lado de unas tías. En la Escuela de Náutica, aneja al Instituto de Jovellanos cursó buena parte de la carrera de marino civil.

“A la edad de diecisiete años, en setiembre de 1850 —dice P.— y después de pasar tres meses en Cádiz esperando barco, tomó pasaje para el Perú en un velero que tardó seis meses en hacer la travesía por el Cabo de Hornos, llegando a Valparaíso ee 1851. Su propósito era llegar al Callao, donde tenía colocación en casa de Serdio y Hermanos; pero la favorable acogida que le dispensaron en Valparaiso y las ventajosas proposiciones de empleo que le hicieron le decidieron a quedarse en Chile, donde estuvo empleado algunos años con don Toribio Larraín, llegando a ser administrador de la Hacienda de Viluco, propiedad de este ilustre patricio chileno, y más tarde, alto empleado de la casa de Banca de Ossa y Escobar, distinguiéndose en estos importantes destinos, lo mismo que en cuantos desempeñó mientras estuvo en Chile, por su inteligencia, gran actividad y acrisolada honradez”.

Tiempo después salió de Chile y fijó su residencia en la entonces ciudad peruana de Iquique, donde fué administrador de los llamados Molinos de Deva.

En 1897 la importante empresa M. Granja y Compañía, explotadora de los nitratos de Antofagasta y Tarapacá, instaló en Londres una oficina centralizadora de los negocios de venta, al frente de la cual puso a Eduardo Llanos. La ausencia de Chile de tan conspicuo español causó general sentimiento, particularmente entre la colonia española, en la que había figurado siempre como un gran promotor de empresas culturales y benéficas. Parece ser que a ellas aportó además actividades de escritor, pero no hemos podido confirmar esto con certeza.

También en Londres, en el mundo de los negocios y en el seno de la colonia española, gozó de prestigio y consideraciones. Desempeño con gran acierto el cargo de presidente de la Cámara Española de Comercio.

En los últimos años de su permanencia en Inglaterra dió espléndido desarrollo al sostenimiento, a sus expensas, en el pueblo natal de Corao, de una escuela, acreditada de modelo por lo bien dotada que estuvo de personal y material.

Otros rasgos de filántropa fueron la cooperación económica para la impresión de obras asturianistas como Reseña histórica del Instituto de Jovellanos, de Gijón, por Rafael Lama, y Orígenes y estado actual de la Biblioteca del Instituto de Jovellanos, de Jesús F. Martínez Elorza. No dejan traslucir menos su gran amor a la región natal los hermosos álbumes que él publicó a modo de vehículos exaltadores de las bellezas asturianas. Esta cooperación al auge de la cultura y el prestigio de Asturias pusieron en la parca pluma de Somoza (Registro asturiano) Estas palabras de reconocimiento: “Este dignísimo caballero es un gran benefactor de Asturias y espléndido Mecenas de los escritores del país que han encontrado en él la más generosa ayuda para sus empresas literarias”. :

Regresó Eduardo Llanos a la tierra natal en 1910, ya anciano de setenta y siete años. Residente buena parte de su tiempo en Gijón, entre las actividades de carácter intelectual por él desarrolladas en esta villa cuenta, al parecer, la fundación y dirección de una revista intitulada Higiene y Cultura. Otra buena parte de su vida en estos postreros años transcurrió en la aldea natal, y en ella falleció el 4 de marzo de 1927.

Obras publicadas en volumen:

I.—Recuerdos de Asturias. (Londres, 1902 y 1903; dos series de láminas en folio).

2.—Cuadros asturianos. (Londres, 1907; una colección de láminas).

Referencias biográficas:

Anónimo.—En el día de la Raza. Homenaje de la Marina de Chile a la memoria de un asturiano ilustre. (En El Popular, Cangas de Onís, 17 de octubre de 1929).

P. [Francisco Pendás].—Apuntes biográficos de don Eduardo Llanos y motivo del homenaje que rinde a su memoria la Marina de Chile. (En El Popular, Cangas de Onís, 10 de octubre de 1929).