Político y escritor contemporáneo fallecido, hermano de los dos reseñados anteriormente y padre de Ramón Prieto Bancos, del que se da noticia páginas atrás.
Aunque Ramón Prieto Pazos no es asturiano de nacimiento; pocos con tantos títulos para figurar como, tal y, más concretamente como ovetense, puesto que en Oviedo residió desde poco después de nacido a Oviedo ha entregado lo mejor de sus entusiasmos de ciudadano; político y publicista. Nació en la ciudad de Santander el 22 de setiembre de 1857, y no en el 59, como se anota en la Enciclopedia Espasa; son sus padres don Faustino Prieto y Luis-Blanco, a la sazón director de Banco de San Carlos, y doña María de los Dolores Pazos y Casamayor de ilustre familia de Santiago de Compostela.
A los pocos meses de nacido, su familia trasladó su residencia a Oviedo y en esta ciudad se puede decir que ha transcurrido casi ininterrumpidamente la vida de Ramón Prieto Pazos. Después de recibir la instrucción primaria, fue algún tiempo discípulo del Seminario Menor de Valdediós (Villaviciosa), donde estudió Humanidades. En 1868 ingresó en el Instituto de segunda enseñanza de Oviedo, en la que alcanzó el grado de bachiller el 18 de junio de 1875. Después siguió en la Universidad los estudios de la Facultad de Derecho hasta licenciarse, estudios que completó con los del doctorado en la Universidad Central de Madrid.
De estudiante universitario despertaron sus aficiones a actividades intelectuales, como lo demuestra la fundación con algunos condiscípulos, los hermanos Juan y Ramón Menéndez Pidal entre ellos, de un Ateneo Científico y Literario que alcanzó corta vida. Por entonces se dió a conocer como escritor en algunos periódicos ovetenses y como orador en algunos actos públicos. Entre sus producciones literarias de esa época están traducciones y trabajos originales publicados en los primeros tiempos (1879) de la segunda época de la Revista de Asturias, que dirigía Félix de Aramburu.
Después de concluida la carrera perteneció algún tiempo al Ministerio Fiscal; acabó por establecerse como abogado como abogado en Oviedo, donde poco después, en 1884, constituyó el hogar propio en matrimonio con doña María Ignacia Bances y Menéndez-Conde, de Pravia.
Con la profesión de abogado simultaneó actividades de político y escritor, esto casi siempre como periodista, aficiones que le atraían con todo su entusiasmo.
Militó políticamente en el partido conservador, en las fuerzas acaudilladas en Asturias por Alejandro Pidal y Mon, y los principios de esa política tuvieron siempre en su palabra elocuente y en su pluma correcta a un denodado defensor.
En 1892 fué elevado al puesto de alcalde de Oviedo, primero de los cargos públicos que desempeñó. Después, a partir de 1896 representó sin interrupción como diputado provincial al distrito de Oviedo-Siero hasta el advenimiento de la dictadura implantada por Primo de Rivera en setiembre de 1923 y la destitución, como consecuencia de todas las Diputaciones provinciales. En ese tiempo desempeñó en diferentes ocasiones la vicepresidencia de la Diputación asturiana y de la comisión permanente de ella. Y no llegó a más altos destinos políticos, como los de gobernador civil y senador que le fueron ofrecidos en diversas ocasiones, porque desempeñarlos equivalía a salir de Asturias, a lo que no estaba dispuesto nunca. Y por Asturias, y especialmente por Oviedo, desplegó dentro de su ideario conservador iniciativas y concursos que acreditan su amor a la región en numerosas obras de utilidad y ornato públicos. Fue, además un político y gobernante de conducta intachable.
Como representante de la Diputación presidió la comisión que en febrero de 1901 hizo la tradicional ofrenda de tres aros de brillantes, esmeraldas y rubíes a la princesa de Asturias con motivo de su boda con don Carlos de Borbón y Borbón de las Dos Sicilias. Entonces la reina regente, doña María Cristina le concedió la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica.
Fue también en otras entidades ovetenses miembro distinguido. En febrero de 1912 se le nombró consiliario segundo de la Academia de Bellas Artes de San Salvador.
Colaboró copiosamente en la prensa conservadora ovetense, especialmente en EI Carbayón y La Opinión de Asturias, diario este último que pasó a dirigir en 1902.
Después de implantada la dictadura vivió bastante alejado de la política y en cuanto a cargos públicos, continuó desempeñando desde antes y hasta su fallecimiento el de presidente del Tribunal Titular de Menores, siendo de su época la construcción del Reformatorio de Sograndio.
Falleció Ramón Prieto Pazos en Oviedo el 27 de abril de 1933.
Obras publicadas en volumen:
I.—Siluetas ovetenses. (Oviedo, 1989; artículos suyos y de José López Dóriga).
Trabajos sin formar volumen:
1.—Siero. (Monografía histórico-geográfica incluida en el tomo I, Gijón 1894, de la obra Asturias dirigida por Octavio Bellmunt y Canella y Secades)