Por otro apellido, Cuervo. Escritor, político y hombre de leyes que llegó a la categoría de magistrado del Tribunal Supremo de Justicia a mediados del siglo XIX. “De ejemplar vida política —dice Canella y Secades—, varón virtuoso y fuerte ante la adversidad”.

Nació Rodríguez del Busto en la villa de Candás en enero de 1775. Siguió la carrera de Leyes y Cánones en la Universidad de Oviedo desde 1793 hasta 1802, en que recibió la investidura de licenciado.

Concluida la carrera se estableció como abogado en Oviedo, donde gozó fama de buen jurisconsulto extendida a toda la provincia. Fué también en sus primeros años de ejercicio profesional, juez y alcalde del concejo de nacimiento, Carreño.

Al producirse en el suelo español la invasión francesa de 1808, fué de la Junta de Defensa de dicho concejo: secretario, primero y, después, presidente, y prestó valiosos servicios al levantamiento nacional en armas. También contó con toda su simpatía y apoyo la legislación establecida por las Cortes de Cádiz de 1812, muy de acuerdo con sus sentimientos liberales, que le habrían de costar persecuciones y encarcelamientos, durante las etapas absolutistas del reinado de Fernando VII en 1814.

Cuando el movimiento revolucionario del general Riego en enero de 1820, figuró entre los elementos que constituyeron en Oviedo, al mes siguiente, la Junta revolucionaria en apoyo a ese pronunciamiento. Después del triunfo prestó servicios a la consolidación de ese régimen, servicios que le fueron premiados con la elección de diputado a Cortes, como suplente primero en las elecciones de 1822. Disueltas éstas a consecuencia de la restauración del absolutismo al año siguiente con el apoyo de la segunda invasión francesa conocida por la de Los cien mil hijos de San Luís, capitaneada por el duque de Angulema, Rodríguez del Busto, de quien se dice que sufrió entonces prisión, tuvo que huir al extranjero, para librarse de una condena a muerte. Regresó a España a favor del indulto de 1828, y entonces sí que sufrió prisión.

A favor del cambio político producido a la muerte de Fernando VII comenzó el abrillantamiento de su personalidad. En 1834 desempeñó en Orense el cargo de subdelegado principal de Fomento y después el de gobernador civil o jefe político de esa provincia.

En 1841 se le volvió a elegir diputado a Cortes por Asturias, como suplente segundo, representación que tuvo hasta el 43. En ese tiempo desempeñó un puesto de magistrado y el de fiscal de la Audiencia de Oviedo y muy poco después el de regente de la territorial de Madrid, del que se le trasladó a magistrado del Tribunal Supremo.

El 20 de abril de 1843 pasó a formar parte del Senado. Años después, en las elecciones de diputados a las Cortes constituyentes, volvió a ser electo por Asturias. Las Cortes le declararon por tres veces benemérito de la patria.

Dejó de existir Rodríguez del Busto en 1858.

Entre sus producciones de escritor figura (número III) una a biografía que escribió a modo de vindicación contra las persecución políticas de que había sido objeto.

Obras publicadas en volumen:

I.—Proclama a los Ayuntamientos de la provincia de Orense. (Orense, 1834; dos páginas en folio con fecha de 28 de enero)

II.—Discurso que en la solemne apertura de la Audiencia territorial de Madrid leyó el 3 de enero de 1842. (Madrid, 1842).

III.—-Apuntes biográficos de don José Rodríguez Busto, con relación de sus vicisitudes políticas y el análisis crítico-legal de varios hechos importantes. y de los que fué víctima durante algunos periodos de su vida y carrera pública hasta el presente. (Madrid, 1856).

Referencias biográficas:

Rodríguez del Busto (José).—La obra indicada anteriormente