Poeta festivo contemporáneo, fallecido, más conocido por el seudónimo de Palique, que gozó de renombre en Asturias en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX.
Nació Palique en Oviedo el 19 de agosto de 1868, hijo de don Victoriano y doña Etelvina, comerciantes en buena posición económica.
Después de cursados los estudios elementales se traslada como interno al Colegio de San Zoil sostenido por los jesuitas en Carrión de los Condes (Palencia), donde estudia los tres primeros años del bachillerato. Aplazada la apertura del curso siguiente en ese colegio, a causa de la propagación del cólera morbo asiatico, se queda en Oviedo y continúa en el instituto el bachillerato hasta obtener el grado correspondiente.
Su iniciación literaria data del último año cursado en el aludido colegio de jesuitas, estudiante de Retórica. El profesor indicaba temas a los discípulos para que los desarrollaran en composiciones poéticas y solo Casal demostró una gran facilidad de versificador, al punto de que tuviera que hacer sus versos y los de buen número de sus condiscípulos, trabajo que desarrollaba con rapidez y donosura tales que aquéllos le pusieron por sobrenombre Moratín.
Concluido el bachillerato, siguió los estudios de Derecho en la Universidad ovetense hasta licenciarse el 19 de julio de 1892.
A esta época de estudiante universitario corresponden sus ensayos de poeta y también de prosista para los periódicos. Se da a conocer desde la revista estudiantil barcelonesa La Universidad. Funda y dirige con la cooperación de Jesus V. Bango, La Tuna y luego La Avispa (1889), editado este último antes en Cudillero por Agustin Bravo, periódicos ambos de corta vida. De sus producciones destaca como poeta festivo, muy al gusto de la época en que triunfan Manuel del Palacio y sobretodo Vital Aza. Por entonces empieza el renombre de su seudónimo Palique, que ha sido el más usado por él, pues firmó con otros circunstanciales, como Pedro Barrientos y Un Ovetense.
Concluída la carrera y sin ninguna vocación para el ejercicio de ella, se dedica algún tiempo al comercio heredado de sus padres. Pero tampoco iba por este rumbo su inclinación. Los ejercicios literarios absorben lo mejor de su personalidad. Pero como las letras no dan nada más que alguna que otra satisfacción de ver la obra creada, Casal acaba por ingresar como funcionario al servicio del Estado, a lo que viene dedicado desde hace muchos años. Tiempo después de creado el hogar propio, en matrimonio con doña Isabel González Pumariega el 25 de octubre de 1907, se traslada a Madrid, donde continúa como funcionario del Ministerio de Hacienda.
Durante ese largo período de más de cuarenta años, después de concluida la carrera, escribió copiosamente, sobre todo verso festivo, para numerosas publicaciones. Una de las primeras la fundó y dirigió él mismo con el título de El Mentidero ovetense (1893), con el de Feliz del Mamporro. Sus versos festivos tuvieron acogida en los diarios ovetenses El Carbayón, La Opinión Asturiana (del que fue redactor-jefe), El Correo de Asturias y La Voz de Asturias; las revistas ilustradas Nuevo Mundo y Por Esos Mundos, de Madrid; Asturias, de La Habana, y otras muchas publicaciones.
De su producción en verso y alguna prosa recogió parte en los dos tomos anotados a continuación.
Obras publicadas en volumen:
I.—De mi Asturias: Aires colados: Cuentos, cantares, epigrama Y otras menudencias, (Gijón, 1904).
II.—Polifacesias. (Oviedo, 1917: poesías).
Trabajos sin formar volumen:
1.—Intermedio. (En el libro Veyures y Caxigalines, de Perfecto Fernández Usatorre, Nalón. Oviedo, 1906).