ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

AGUIRRE (Francisco). 

Armero que llegó a maestro principal de la Fábrica de Armas de Oviedo, nacido en Trubia el 5 de octubre de 1849, hijo de don Juan Aguirre y doña Ignacia Mágica, ambos de origen vascongado, pertenecientes a la colonia armera establecida en Asturias antes de existir las fábricas de Trubia y Oviedo, esta última destruida cuando la revolución de octubre del año 1934 y restaurada después. 

Hizo sus estudios en la Fábrica de Trubia, en la que trabajaba como operario cuando en el sorteo de reclutas para cubrir el cupo del Ejército, en junio de 1870, le tocó ser soldado y hubo de hacer el servicio de las armas por espacio de unos seis años. 

En las oposiciones celebradas en abril de 1877 para maestros de taller del Cuerpo de Artillería, obtuvo plaza, y fue destinado a Sevilla, donde prestó servicios en la Pirotecnia Militar y en la Maestranza durante tres años, en los cuales ascendió, también por oposición, a maestro de fábrica de cuarta clase en marzo del 78, y de tercera, por antigüedad, en agosto del 80. Fue entonces destinado al Museo de Artillería, de Madrid, de donde pasó en 1882 a la Fábrica de Armas de Oviedo, que fue centro de sus actividades en adelante.

Ascendido a maestro de fábrica de segunda clase, por antigüedad, en enero de 1884, y demostrada su pericia armera, fue destinado en el año siguiente a desempeñar una comisión de servicio en Berlín. Algunos años después, en noviembre del 90, se le confió el encargo de estudiar en el extranjero los adelantos en las armas de calibre reducido, cuyo resultado le confirmó en el crédito y renombre que ya gozaba como perito en la materia, de lo que dió una muy patente prueba posteriormente con la publicación (1895) de la única obra impresa que ha dejado: Tratado práctico para el temple del acero. 

“Fué uno de los valores más positivos y mejores que allí han trabajado—nos informa don Eduardo Gómez Llera—, distinguiéndose considerablemente cuando la implantación en España de la fabricación del máuser español modelo 1893, cuya cabeza visible fué don  José María Fernández Ladreda, y que constituyó el éxito más grande y rotundo de la fabricación en serie, precursor de la implantación en nuestro país de este sistema a otras mil actividades, hoy ya corrientes en la mayoría de las industrias… fué persona muy competente y cuyo consejo siempre se imponía y tomaba en consideración en los trabajos de taller.” 

A la vez que su destino en la Fábrica de Armas, desempeñó el de profesor de Dibujo Industrial por espacio de cerca de treinta años, desde 1885, en la Escuela de Artes y Oficios sostenida por la Sociedad Económica de Amigos del País. 

En su empleo de armero fué ascendido a maestro de fábrica de primera clase en noviembre de 1892 y a maestro principal en febrero del 97, en ambos casos por antigüedad.

Premiados sus merecimientos en 1895 con la Cruz del Mérito Militar, se le concedió esta misma condecoración, pensionada, al año siguiente, por su participación en las experiencias hechas con los cincuenta primeros fusiles modelo 1893 fabricados en serie, y, años adelante, en 1905, obtuvo otra vez esta misma distinción, también pensionada, como premio a la citada obra publicada tiempo atrás. Entre las comisiones especiales que le fueron asignadas en esta última época de su vida, figura la de visitante especial de la Exposición Universal de París de 1900. 

Retirado en 1917 por haber cumplido la edad y requisitos reglamentarios, continuó viviendo en Oviedo hasta su fallecimiento, ocurrido el 18 de marzo de 1933. 

Obras publicadas en volumen

I.—Tratado práctico para el temple del acero fundido para herramientas. (Oviedo, 1895; premiado en enero de 1905 con la Cruz Blanca de 2.ª clase del mérito Militar, pensionada.)