Agricultor y periodista contemporáneo, nacido en Lavio (Salas) hacia 1885. Hijo de labradores y sin más instrucción que la primaria, adquirida en una escuela de aldea, emigró a Cuba, muchacho todavía, y en ese país estuvo dedicado al comercio. Dotado de inquietud espiritual y atento a poseer la instrucción de que carecía, se fué formando una cultura como lector de buenos autores hasta que, consecuentemente, surgió en sí mismo el afán de ser autor también.

Residente, allí, en Santiago de las Vegas, hizo sus primeras armas literarias en el semanario regional Crónica de Asturias, de la Habana, por los años de 1907, con crónicas y cuentos. Algunos de éstos, como los intitulados La molinera y Toy en forno, alcanzaron extensas alabanzas.

En 1911, establecido ya por su cuenta, regresó a España, donde contrajo matrimonio. Volvió a Cuba en 1913, de donde regresó ya definitivamente un año después. Entonces fijó su residencia en Lavio, el pueblo natal, dedicado a las faenas agrícolas, con notable beneficio para esa zona por lo que contribuyó a desterrar procedimientos de cultivo rutinarios y anticuados.

Estas dedicaciones de labriego no le han impedido continuar en el ejercicio de escritor, casi siempre en periódicos asturianos de la Habana. Colaboró en Voz Astur, que fundó y dirigió en 1915 Juan Rivero, y luego en El Progreso de Asturias, fundado en 1919 y dirigido desde entonces por Celestino Alvarez.