ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

ARANGO (Benigno)

Abogado y escritor contemporáneo. Nacido en Santianes (Pravia) el 24 de Marzo de 1883, hijo de don Celestino de ese apellido, cursó las primeras letras en la escuela del pueblo natal. “La vocación —nos ha dicho él mismo — tuvo que subordinarse en los primeros momentos a las exigencias de la realidad. Soñaba con ser abogado, pero como carecía de los medios económicos necesarios, me resignó a hacer los estudios del magisterio. En el año de 1902 terminó la carrera de maestro superior. Como, positivamente, carecía de vocación para ejercer la enseñanza, no intentó siquiera el ingreso en el magisterio.”

Por entonces se dedicó al periodismo como redactor del diario El Carbayón, al que prestó servicios hasta que pasó a La Opinión de Asturias, en 1906. En diciembre de este año fué nombrado oficial tercero del Gobierno civil de Oviedo. Este cargo no le impidió continuar las tareas periodísticas, sino que, poco después, las aumentaba con la corresponsalía en esa ciudad de El Noroeste, de Gijón.

A la vez dedicaba buena parte del tiempo al estudio, aunque sin asistencia como alumno oficial de ningún centro educativo ni académico. “Como mi vocación de abogado seguía aguijoneando — continúa el mismo — en mayo de 1908 tuve la audacia de matricularme en todas las asignaturas del bachillerato. La suerte y la benevolencia de los profesores hicieron el milagro de que en quince días aprobara todas las asignaturas, Graduándome de bachiller. En septiembre siguiente aprobó los dos primeros años de la Facultad de Derecho, y al cumplirse el año de esta fecha, es decir, en septiembre de 1909, terminó la carrera de abogado. Meses después me incorporaba al Ilustre Colegio de Abogados de Oviedo.” Por entonces, noviembre de 1909, contrajo matrimonio en Gijón con la señorita Luz Villamil Valledor, con la que formó hogar en Oviedo, donde estaban sus medios de vida como empleado del Gobierno civil, periodista y luego abogado.

Las tareas del foro no le desviaron nunca por completo del periodismo. Al constituirse la Asociación de la Prensa local, en 1911, figuró como secretario de ella.

Su especialidad como abogado es la de criminalista. “Llevo defendidas — nos ha dicho en 1934 — 743 causas. Solamente de homicidios y asesinatos intervine como defensor en 376 sumarios, con el siguiente resultado: 352 absoluciones y 24 condenas. Estoy incorporado también al Ilustre Colegio de Abogados de Madrid. Ante el Tribunal Supremo informó, entre otros casos de menor interés, para defender dos recursos de casación interpuestos contra sentencias de la Audiencia de Oviedo, que había condenado como autores de delitos de homicidio a los procesados a la pena de catorce años de reclusión temporal. En uno de los casos el Supremo casó la sentencia, absolviendo totalmente al condenado, y en el otro, le rebajó a dos años y cuatro meses de prisión.”

Al suprimir la dictadura del general Primo de Rivera el juicio oral por jurados, Benigno Arango se encontró, como abogado, falto del elemento propio para sus actividades en el foro, y llegó poco menos que a abandonar la carrera. Pasó entonces a residir a Madrid, donde permaneció unos cinco años dedicado a diferentes ocupaciones, entre ellas la administración de un café y restaurante de su propiedad. Por esta época dedicó también algunas actividades de escritor al género novelesco, de lo que son muestra las dos novelas anotadas más abajo. 

Al instaurarse la república volvió a establecerse en Oviedo como abogado, y en el desempeño de esta profesión continúa actualmente (1934). 

Obras publicadas en volumen: 

I.—Amor y dolor. (Madrid, 1924; novela.) 

Il.—Rosa María. (Madrid, 1930; novela.)