Bibliófilo y erudito del siglo XX, nacido en la villa de Luarca, que fué el lugar de su residencia habitual fué diputado a Cortes de 1850 al 51 y gobernador de provincia.
Como bibliófilo recopiló y anotó los trabajos del conde de Campomanes. “Dejó abundantes materiales — dice Canella y Secades en la obra de Covadonga— y muchas copias de elementos desconocidos del conde de Campomanes para poder acometer la publicación completa de tantos e importantes trabajos.”
Es autor también de más de seiscientas notas ilustrativas, con algunas de las cuales se han publicado en 1915 los Diarios de Jovellanos. Los cuadernos manuscritos que formaban los famosos Diarios de Jovellanos los adquirió Avello en un puesto de viejo en Madrid. Pasaron luego a propiedad de don Alejandrino Menéndez de Luarca, quien los puso un prólogo apasionado y combativo, con el que aparecieron al público por imposición suya, al editarlos después de su muerte el Instituto de Jovellanos, de Gijón, en 1915, cerca de un siglo después de escritos.