Ingeniero industrial y literato de muy espaciadas producciones, contemporáneo, hijo del célebre poeta festivo y sainetero don Vital de ese apellido y de doña Maximina Diaz Sampil. Nacido en Mieres el 2 de agosto de 1885.
Hizo todos sus estudios, desde la primera enseñanza, en Madrid.
Recibió el título de ingeniero industrial en la Escuela Central el año 1908. Apenas concluida la carrera ingresó en la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, en la que fué ascendiendo con meritorio expediente personal hasta ocupar en la actualidad (1934) el cargo de ingeniero principal de la División de Material y Tracción.
Aparte de los viajes y eventuales residencias a que su profesión le ha llevado dentro de España y de algunas excursiones al extranjero, Francia, Suiza, Inglaterra y Portugal, su domicilio ha estado fijado siempre en Madrid, donde tiene su hogar, casado con doña Inda Sánchez Miñambres en León el año 1912.
Entre los méritos que tiene contraídos con la compañía a que sirve figura uno extraordinario, con motivo de un grave percance ocurrido el 21 de diciembre de 1917, siendo a la sazón ingeniero jefe del Depósito de Máquinas de León.
Hacía ensayos con un nuevo modelo de quitanieves sobre la línea de Asturias, cuando ocurrió un gravísimo accidente en el que perecieron cuatro de los seis hombres que le acompañaban sobre la máquina, y del que él mismo resultó con heridas de cuidado, no obstante las cuales prestó esfuerzos y auxilios en la reparación de la catástrofe.
Por consecuencia de su profesión, y debido a su prestigio personal, ha desempeñado sin interrupción, desde 1923 a 1927, la presidencia de la Asociación General de Empleados y Obreros de los FF. CC. de España, puesto desde el que prestó importantes servicios a esa entidad, tales como la construcción de grandes grupos de casas baratas, de escuelas y otros. Actualmente (1934) es vocal patronal de la compañía en el Jurado Mixto de FF. CC., puesto para el que fue designado por su competencia en cuestiones sociales.
Sólo como esparcimiento de sus ocupaciones de ingeniero y como fruto de sus copiosas y constantes lecturas, que le han proporcionado una amplia cultura general, ha cultivado las letras con escasa intensidad y muy espaciadamente. Figuran algunas colaboraciones suyas literarias — crónicas y cuentos — en la revista Blanco y Negro y en el diario El Liberal, ambos de Madrid. También ha escrito algunos trabajos para Caras y Caretas, España y El Diario Español, todos de Buenos Aires.