ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

ACEBAL DEL CUETO (Ricardo)

Ingeniero de montes, escritor y dibujante, que gozó en Asturias de justa nombradla en el último cuarto del siglo XIX y primera década del actual, y que hoy (1934) vive poco menos que en el olvido, anciano de ochenta y cinco años, en Madrid. 

Acebal del Cueto, hijo de don Dionisio y doña Pascuala de esos respectivos apellidos, nació en Gijón el día 6 de febrero de 1849. Se da equivocada esta fecha hasta por algunos coetáneos y amigos suyos; la que nosotros consignamos está tomada de la partida de nacimiento directamente, y no facilitada por el interesado, de quien no hemos podido obtener dato alguno.

Cursados con aprovechamiento los estudios preparatorios, ingresó en la Escuela de Ingenieros de Montes el 1 de octubre de 1865 y de ella salió promovido a ingeniero segundo en octubre de 1870, después de haber hecho las prácticas reglamentarias en el distrito forestal de Oviedo por espacio de siete meses. En noviembre del citado año fue destinado a la provincia de León, y tras la permanencia de meses en este destino y también de meses en el distrito de Palencia, fué trasladado al de Oviedo en enero de 1872. 

Asturias, su tierra natal, iba a ser, muy del agrado suyo, el escenario de sus actividades por espacio de muchos años. A ello tendieron sus inclinaciones, de un lado, reforzando los afectos al contraer matrimonio en Oviedo con la señorita Emilia de la Rionda, al finalizar el citado año, y de otro, al redoblar las ocupaciones oficiales, en el año siguiente, con actividades de carácter particular, como fundador y director, con don Jenaro Alas, también en Oviedo, de una Academia preparatoria para carreras facultativas. 

Esto último parece que fué motivo de descontento en los organismos superiores, por lo que suponía o pudiera suponer con el ejercicio del profesorado de abandono de su profesión oficial como ingeniero de Montes, porque en 1874 tuvo que sufrir la contrariedad de sucesivas órdenes de traslado a Cuenca, Orense y Lugo. Puestos en juego todos los medios para evitar esos desplazamientos, sólo se vio obligado a cumplir la orden que le destinaba a Orense, en septiembre de dicho año, pero estaba en Oviedo nuevamente un mes más tarde. Otra disposición ministerial le destinó a León en diciembre del 76; más, apenas tomada posesión del nuevo destino, pidió licencia por un año, so pretexto de padecer una afección a la laringe, que le fué concedida. Al expirar el plazo de aquella, solicitó, fundado en la misma causa, licencia ilimitada, que también obtuvo, con lo que pasó a situación de supernumerario. Así fué como pudo sortear las amenazas a sus devociones y particulares intereses, hasta que, restablecido del padecimiento y más favorable la situación a sus deseos, volvió al servicio activo en septiembre del 78, con destino al distrito forestal en que había prestado y quería seguir prestando sus servicios de ingeniero. 

Desde entonces, apenas tuvieron importancia los peligros contra su propósito de residir en Oviedo, en cuyo distrito forestal fué adquiriendo todas las categorías del escalafón hasta que supone cima de la carrera. Sus ascensos quedaron fijados en las siguientes fechas: ingeniero primero, el 3 de junio de 1880; ingeniero jefe de segunda clase, en 12 de junio del 84, con cuya categoría ocupó en diciembre, interinamente, la jefatura, que luego desempeñó en propiedad durante muchos años; ingeniero jefe de primera clase, con categoría de jefe de Negociado de segunda, en agosto 30 de 1892, y de primera, el 2 de ese mismo mes del 93, y de jefe de Administración de cuarta clase, en diciembre de 1896.

Pocos años después (1900) señala un paréntesis en su carrera una licencia de un año fundada en motivos de salud, y acaso también en que desempeñaba el cargo particular de consejero-secretario de la Sociedad general de Ferrocarriles Vasco-Asturianos, puesto al que renunció en mayo de ese año. 

Durante ese largo periodo de su vida de veinticinco años, Acebal del Cueto, a la vez que prestó notables servicios desde su empleo oficial al progreso de la región asturiana, como el proyecto de repoblación forestal de la montaña de Covadonga, aprobado oficialmente en 1882, desarrolló actividades encaminadas al logro de otras aspiraciones materiales y también morales, y prestó también a esos fines el concurso de su saber como escritor y dibujante (números 1 y 11 y 1 y 2). Al fundarse en Oviedo la admirable Revista de Asturias, que comenzó llamándose Ecos del Natán, Acebal del Cueto fué designado director artístico de ella, y en ella colaboró como dibujante y escritor, aspectos de su personalidad que también recogió por entonces (1879-82) la revista madrileña Ilustración Gallega y Asturiana. Entre otras publicaciones regionales a las que prestó su concurso figura El Carbayón, y entre las no regionales, la Revista de Montes. 

En enero de 1901 fué nombrado ingeniero-jefe de la primera División Hidrológica y Forestal del Atlántico, con residencia en Oviedo, como capital del distrito, sin dejar la otra jefatura que venía desempeñando. En ese puesto obtuvo sucesivamente los siguientes ascensos: jefe de Administración de tercera clase, en junio de 1903; de segunda, en enero de 1908, y de primera, en noviembre del año siguiente. Elevado a la categoría de inspector general de primera clase del Cuerpo, esta alta designación le obliga a dejar esos destinos, inferiores a su jerarquía, y a dejar también de residir en Asturias para pasar en febrero de 1910 a León, centro de la Inspección general de Montes que le fué asignada. 

Sus actividades intelectuales correspondientes a esta otra etapa de su vida quedan señaladas principalmente con su participación de conferenciante (1905-6) en las tareas y campañas de la Extensión Universitaria y la publicación de los folletos III y IV. 

Viudo desde 1913, su residencia posteriormente quedó fijada en Madrid, en virtud de su cargo (1915) de presidente de la Sección de Asuntos generales en el Consejo Forestal del Ministerio del ramo y de vocal, a la vez, de dicho Consejo. Ascendido a jefe superior de Administración en junio 25 del citado año, solicitó la jubilación reglamentaria, que le fué concedida en febrero 4 del siguiente, y desde entonces vive retirado en su casa de Madrid, casi ciego y renuente al trato social. 

Entre las condecoraciones obtenidas en el transcurso de su carrera figura la Encomienda de Isabel la Católica. 

Obras publicadas en volumen:

I.—Bocetos del Instituto de Jovellanos. (Gijón, 1878; en colaboración con don Pío Escalera.)

II.—Proyecto de casa de guardas para el monte Peloño. (Madrid, 1885; trabajo premiado con mención honorífica en la Exposición Universal de Barcelona de 1888.)

III. —La piscifactoría de Asturias. (Madrid, 1910; folleto.)

IV.—La piscicultura. (Madrid, 1911; conferencia.)

Trabajos sin formar volumen

  1. —Cultivo de robledales destinados a la producción de cortezas curtientes. (En Revista de Asturias; Oviedo, 1878; números 38 y 39.) 
  2. —Los trabajos de repoblación de la montaña de Covadonga. (En la Revista de Montes, Madrid, enero y febrero de 1885; reproducido por El Carbayón, Oviedo, agosto a septiembre de ese año.) 

Obras inéditas:

Plano forestal del concejo de Cangas de Onís. (MS. en el Ayuntamiento de esa villa.)