Arquitecto muy acreditado en Asturias en la segunda mitad del siglo XIX. Aunque nacido en San Sebastián, sus actividades y devociones estuvieron consagradas a Asturias, y por asturiano se le consideraba y por ovetense se tenía el mismo, al punto de que en el catálogo de la Exposición Nacional de Bellas Artes celebrada en 1878 haya consignado por patria Oviedo. 

En Oviedo residió la mayor parte de su vida, constituyó hogar en 1879 con la señorita ovetense Luisa Lasarte, desempeñó el cargo de arquitecto provincial y produjo lo mejor de su obra artística. 

Había estudiado su carrera en la Escuela Superior de Arquitectura y después como discípulo de Francisco Jareño. 

A la citada Exposición Nacional de 1878 concurrió con un proyecto de manicomio. Por este mismo proyecto u otro le fué otorgada diez años después medalla de oro en la Exposición Universal de Barcelona. 

Merece especial mención en su labor artística la restauración llevada a cabo por los años del 1886 al 87 en el antiquísimo templo de San Miguel de Lillo, declarado por entonces monumento nacional.