ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

ALVAREZ ARENAS Y SECADES (Domingo)

Jurisconsulto y catedrático ovetense del siglo XIX. que gozó de sólida fama. Como en el caso anterior de su homónimo—sin afinidades sanguíneas, al parecer— y por razones semejantes, tampoco podemos ofrecer una información completa.

Domingo Álvarez Arenas y Secades nació en los primeros años del siglo XIX, en la ciudad de Oviedo, y en ella estudió la carrera de Leyes. Comenzó a ejercer la abogacía, incorporado al Colegio de Abogados, en 1826, y perteneció al claustro universitario, como profesor en la Facultad de Derecho desde 1828.

Se recuerda de él que, siendo ya catedrático, sostenía relaciones de amor con una hermana del marqués de Gastañaga, don Miguel Vereterra, con la oposición por parte de la familia de ella a la boda en actitud tan intransigente, que apeló a la reclusión de la novia en el convento de San Pelayo, de Oviedo. Del cual la raptó Álvarez Arenas, con escalo y otras circunstancias de aventura romántica, que acabó en matrimonio.

Próximo ya a mediar el siglo, había alcanzado como catedrático y jurisconsulto, en la Universidad y en los Tribunales, una personalidad de las más descollantes, cuya reputación transponía los límites de la provincia. Rector de estudios universitarios en los años 1843 y siguiente, a él se debió entonces la adopción de un reglamento de orden interior y mejoras importantes materiales. El jurista, uno de los más eminentes y famosos de Asturias en esa época, dejó recuerdo admirable como decano del Colegio de Abogados.

Su vasto saber, su amor al progreso y el renombre que le aureolaba le obligaron a multiplicar sus actividades en numerosas y diversas ocupaciones. En los primeros años de creada (1844) la Comisión Provincial de Monumentos, ocupó la vicepresidencia de este organismo (la presidencia correspondía al gobernador civil), desde la que desplegó muchos entusiasmos cerca de la conservación de la riqueza artística regional. La política, en lo que tenía de medio para propulsar la riqueza y el bienestar de la región, también contó con actividades suyas. Fué teniente alcalde del Ayuntamiento ovetense; diputado a Cortes que renunció al año siguiente, sustituyéndole don José Caveda y Nava, y diputado provincial desde 1847 a 1854, en cuatro elecciones consecutivas, siempre por Oviedo, cargo que desempeñó con acierto y desvelo inteligente.

Entre otras representaciones y cargos que le fueron adjudicados por esa época, cuenta el de vocal de la Comisión Provincial (especie de Tribunal de lo contencioso), en agosto de 1845, al que renunció antes de tomar posesión.

Su recuerdo más perdurable lo ha dejado en la universidad, de la que volvió a ser rector durante dos trienios seguidos, desde 1852 a 1857. Entonces atendió a la restauración de varias dependencias y aulas universitarias, a las que el abandono y los malos tratos y destinos durante los calamitosos tiempos de las guerras de la Independencia y carlista, más lo que de suyo deshace el tiempo, habían convertido en lugares ingratos. Entonces, también, ante las pruebas excelentes de estudios meteorológicos llevadas a cabo por el catedrático don León Salmeán, consiguió que fuese aceptada por el Gobierno la idea de construir un observatorio, si bien no vió realizado tal propósito hasta que un decenio después (1867), hecho cargo nuevamente del rectorado, llevó a término la construcción de la torre de la universidad e instalación en ella de los aparatos adecuados para el buen funcionamiento del observatorio.

En 1857 fué nombrado consejero e inspector provincial de Instrucción Pública.

Estuvo condecorado con la Gran Cruz de Carlos III. Fallecido en Oviedo el 17 de abril de 1875.

No ha dejado, como escritor, producción considerable. Acaso el trabajo más importante sea un informe que dicen público (¿1859?) en torno a un pleito sobre el marquesado de Camposagrado, y del que no hemos podido obtener noticias concretas.

Trabajos sin formar volumen:

  1. —Programa de enseñanza para el año séptimo de Jurisprudencia en el curso de 1844 a 1845. (Oviedo, 1844; siete páginas; en volumen con los programas de otros profesores de la Universidad.)
  2. —Discurso (En el folleto Solemne distribución de premios adjudicados por la Universidad de Oviedo, Oviedo, 1848.)

Obras inéditas:

—Reglamento interior del Claustro de la Universidad de Oviedo. (MS. de 1843.)