ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

ALVAREZ CASCOS (Alfredo).

Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Nacido en Luarca el 12 de septiembre de 1849, hijo de don José de esos apellidos y doña Úrsula González Santamarina. Hermano de César y Godofredo, incluidos también en esta galería.

Dispuesto con cierta precocidad en los estudios preparatorios para ingreso en la Escuela de Ingenieros de Caminos, en ella “fué sin duda—nos dice el abogado y escritor don Antonio Ochoa—el alumno más joven, pues hubo necesidad de hacer para él una especie de tarima que le proporcionara altura suficiente, a fin de que pudiera desarrollar en el encerado fórmulas y cálculos matemáticos”.

En noviembre 24 de 1868 fué nombrado aspirante segundo del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, y en junio del año 1870 salió de la escuela a efectuar los ejercicios de prácticas a las órdenes del ingeniero-jefe del distrito de Lugo, tras los cuales ascendió a ingeniero segundo en octubre de ese mismo año.

“A los veintiún años—dice nuestro citado corresponsal—, como ingeniero al servicio del estado, interviniendo oficialmente en liquidaciones de obras, se daba el hecho paradójico de que podía recibirlas por valor de varios millones de pesetas, mientras que, por ser menor de edad, no podía disponer de su propio peculio.”

Su permanencia en Lugo queda interrumpida por unos meses que pasa en la villa natal, declarado excedente, desde septiembre de 1871 a enero del año siguiente. En septiembre de 1875 se le destina al distrito de La Coruña, donde, al ser nombrado director facultativo de aquel puerto en construcción, pasa a situación de supernumerario en febrero del 78. Ascendido a ingeniero de primera clase en mayo del 81, vuelve al servicio del Estado con esa categoría en marzo del año siguiente, destinado a Asturias.

Su residencia en la provincia natal, entonces, se extiende a más de catorce años. Durante ese tiempo, además de los servicios ordinarios, propios de su cargo, tuvo la dirección de importantes obras públicas: las carreteras de Avilés a Gijón y de Avilés a Pravia, el puente de esta villa en la carretera de Grullos, los puertos de Cudillero y San Esteban de Pravia, la ría de Avilés y otras, desplegando en todas ellas, sobre el cumplimiento del deber, los entusiasmos que siempre tuvo por la tierra de origen.

Dejó a Asturias en julio de 1896, destinado a la Dirección de Ferrocarriles del Norte, donde recibió el ascenso reglamentario, en agosto del 98, a ingeniero-jefe de segunda clase con categoría de cuarta como jefe de administración. Poco después, en el mes de octubre, se le concedía destino correspondiente a su rango de ingeniero-jefe del distrito de Ávila, cargo que no pudo ocupar hasta diciembre por retenerle importantes servicios en ejecución. Menos de un año permanece al frente de la jefatura de Ávila, porque en noviembre del siguiente se le traslada a la de Guadalajara, donde reside aún menos tiempo, destinado como jefe de la división de los trabajos hidráulicos del Miño y vertiente septentrional cantábrica, con domicilio en Oviedo.

Dos años después, febrero de 1902, se le destina en Madrid a la Dirección del Canal de Isabel II, de la que toma posesión en el mes de marzo. Ascendido en febrero de 1903 a ingeniero-jefe de primera, con categoría de jefe de Administración de tercera clase, se le destina durante algunos meses, de junio a noviembre, al Ministerio de Fomento como director del Negociado de Concesión y Construcción de Ferrocarriles, para volver luego a la Dirección del Canal de Isabel II.

Cuando era director del Canal, tuvo lugar el hundimiento del tercer depósito de aguas en construcción, que fué una catástrofe de proporciones históricas por el número de victimas que enlutaron muchos hogares humildes madrileños. Del suceso no alcanzó ni podía alcanzar ninguna responsabilidad a don Alfredo Álvarez Cascos.

En julio de 1907 se le nombró vocal del Consejo de Obras Públicas, encargado, además, de la segunda jefatura del quinto servicio de ferrocarriles hasta la supresión de este organismo en enero del año siguiente, y en febrero de este mismo año (1908) se le volvió a nombrar director del Canal de Isabel II.

La fecha de 1º de marzo de 1909 queda señalada en su vida como el pináculo de la carrera emprendida, con el ascenso a inspector general del Cuerpo, con rango de jefe de Administración de primera clase. Con tan elevada categoría desempeña servicios y cargos de la máxima responsabilidad: presidente de Sección en el Consejo Superior de Obras Públicas (octubre de 1913), presidente general de ese mismo Consejo (diciembre de 1915) y presidente de la Comisión Permanente de Faros (febrero de 1916).

En este mismo año solicita la jubilación reglamentaria, que le fué concedida en el mes de julio con la categoría de jefe superior de Administración Civil.

Asturias le debe otros importantes servicios, además de los anotados. “Ha sido el verdadero impulsor técnico de nuestro ferrocarril de la costa—afirma el citado Ochoa—, y quien calladamente, o al menos sin estridencias, propuso la solución de que la línea pasara por Tapia, Figueras y Ribadeo, y se construyera el ramal secundario de enlace del de Villaodrid, pasando por Vegadeo y Castropol con el de la costa en las cercanías de Tapia, atendiendo así a las conveniencias generales del trazado directo y las locales de dichos pueblos desviados de la línea más corta y económica.”

Su ejecutoria de escritor no es copiosa. Aparte de informes y otros documentos de carácter oficial, ha publicado algo en periódicos profesionales y el volumen anotado más abajo.

Desde su jubilación residió en la villa natal, hasta su fallecimiento en Almuña (Luarca) el 21 de junio de 1935, a los ochenta y cinco años de edad.

Obras publicadas en volumen:

I.—Canal de Isabel II: Memoria sobre el estado de los diferentes servicios en 31 de diciembre de 1903. (Madrid, 1907.)