Religioso dominico de la segunda mitad del siglo XIX, hermano de Fr. Vicente, también incluido en esta galería, nacido en Villamejín (Proaza) el 17 de diciembre de 1852. Fueron sus padres don Francisco Álvarez Fernández y doña Rosa Álvarez Cienfuegos García.

Cursados los estudios de latinidad en Proaza, y con decidida vocación a la vida religiosa, se trasladó a Ocaña (Toledo) e ingresó aquí en el convento de la Orden de Santo Domingo, tomando el hábito de ella el 1 de diciembre de 1867. En ese mismo convento comenzó los estudios eclesiásticos y recibió la profesión simple el 14 de junio de 1869 y la solemne el 16 de igual mes del año 72.

Fue entonces destinado a las misiones de la Orden en Filipinas, y en Manila prosiguió la ya adelantada carrera eclesiástica. Se le ordenó de diácono el 21 de diciembre de 1874 y de presbítero el 12 de marzo del 76 en San Carlos de Panganisán.

El 3 de junio de ese mismo año se le confirió la administración de la parroquia de Sual, en Lingayón, que tuvo a su cargo por tiempo de dos años.

En el Capítulo de la Orden celebrado en 1878 fue nombrado lector de segunda enseñanza del Colegio de San Juan de Letrán, de Manila, donde explicó Elementos de Geometría y Trigonometría rectilínea por espacio de cuatro años, y del que fue también vicerrector. Pasó luego al claustro de la Universidad de Santo Tomás, donde se hizo el cargo el 13 de junio de 1882 de la cátedra de Psicología, Lógica y Filosofía Moral, que regentó durante otros cuatro años.

Con esas actividades de profesor compartía las de publicista en los periódicos de Manila, como colaborador de temas de vulgarización científica y también como poeta.

En el Capítulo Provincial de la Orden celebrado en 1886 se le designó vicario de Tayung, en Panganisán, donde construyó un convento, que fue su residencia hasta que en 1890 el obispo de Nueva Segovia y hermano en religión, Fr. José Hevia Campomanes, también asturiano y escritor, le llevó consigo como provisor y vicario general de la diócesis. Encontrándose en el cumplimiento de ese cargo en Vigán, capital del distrito de Ilocos Sur, cayó enfermo de cuidado y hubo necesidad de repatriarle en mayo de 1891.

La agravación de esa enfermedad le impidió continuar la vida conventual, y a mediados de 1893, fue necesario concederle la secularización. En ese mismo año se doctoró en Toledo en Cánones y Teología y se le destinó como profesor al Seminario de Jaca. En él desempeñó también el cargo de vicerrector y publicó un discurso de apertura de estudios del que no hemos podido obtener noticia concreta.

Parece que luego se trasladó a Méjico, donde falleció:

Obras publicadas en volumen:

I. -Discurso leído en la apertura anual de los estudios de la Real y Pontificia Universidad de Santo Tomás de Manila, en 1883. (Manila, 1883)

II.- Memoria sobre la influencia del Catolicismo en la conquista de los pueblos del archipiélago filipino. (Manila, 1883; folleto)