ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

ALVAREZ MUÑIZ (Braulio). 

Celebrado y laureado escultor contemporáneo, fallecido. Nacido en Oviedo el año 1867. Su padre, que era albañil de oficio, pereció víctima de un accidente cuando Álvarez Muñiz andaba por los años de la niñez, con lo que su infancia, que ya sin esto habría estado rodeada de escaseces, fué además triste. Hechos los más rudimentarios estudios escolares, tuvo que trabajar desde muy niño, para subsistir, como aprendiz de mecánico. 

Dotado de una gran apetencia intelectual y de extraordinaria sensibilidad para el arte, procuró robustecer su débil instrucción, y, ya adolescente, ingresó en la Academia de Bellas Artes, de Oviedo, donde comenzó a estudiar dibujo, pintura y música con extraordinario aprovechamiento. Por entonces obtuvo una plaza de escribiente en la Audiencia y el ingreso en la Banda de Música de Santa Cecilia y en la orquesta del teatro para tocar el clarinete, todo lo cual le permitió mejorar su posición social. Definida su vocación por las artes plásticas hacia la escultura, siguió en la citada Academia los estudios de modelado y vaciado, que concluyó en 1887 con aprovechamiento y aptitudes que le valieron diversos premios.

En ese año, tras brillantes ejercicios de oposición, ganó una beca de la Diputación Provincial con pensión por tres años para completar estudios de escultor en Madrid. Fué aquí uno de los discípulos más destacados de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en la que conquistó las mejores calificaciones y premios, a la vez que discípulo también de Querol. Como la pensión oficial que disfrutaba tenía su vencimiento a plazo fijo y no consentía desahogos económicos y, por otra parte, la escultura no ofrecía de momento firmes esperanzas en tal sentido y sus aficiones musicales continuaban latentes, hizo oposiciones a una plaza de profesor en la orquesta del teatro de la Zarzuela, que obtuvo y desempeñó, permitiéndole esto seguir adelante su más honda vocación artística,

Se dió a conocer públicamente como escultor en la Exposición Nacional de Bellas Artes celebrada en Madrid en 1890 con una escultura en escayola intitulada Hondero mallorquín, que mereció alabanzas. Al año siguiente vinieron dos galardones a estimular sus esfuerzos: un premio de quinientas pesetas en concurso celebrado por el Ministerio de Fomento y la adjudicación por la Academia de Bellas Artes de los medallones de Quevedo y Calderón de la Barca para el edificio en construcción de la Biblioteca Nacional. En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1892 presentó un grupo en escayola, El barbero de aldea, que mereció grandes elogios y el premio de una tercera medalla. Posteriormente, sólo concurrió a otro de estos certámenes nacionales, el de 1897, con el grupo en escayola ¡Silencio!, que mereció cálidos elogios de la crítica.

Su vida tomó el cauce del profesorado en unas oposiciones que le dieron la plaza de profesor de vaciado y modelado en la Escuela de Artes Industriales de Béjar (Salamanca), cátedra que pasó a explicar en 1901 a la Escuela de Almería. Por último, regresó a la ciudad natal como profesor de la Escuela de Artes e Industrias, de la que fué elevado a director en 1909. En ese mismo año fué electo académico correspondiente de la Academia de Bellas Artes de Madrid, distinción honorífica que le permito figurar como vocal, desde 1911, en la Comisión Provincial de Monumentos y del Patronato del Museo provincial de Bellas Artes, desde septiembre de 1914.

Fallecido en Oviedo en 1933.

Referencias biográficas: 

Anónimo.—Los artistas asturianos en la Exposición Nacional de Bellas Artes. (En El Carbayón, Oviedo, 10 de enero de 1893.)