Notable jurisconsulto que residió muchos años en la Habana, donde tuvo un bufete muy acreditado. Nacido en Fresnedo (Teverga) hacia el año 1854. 

Cursó en la Universidad de Oviedo la carrera de Leyes, graduándose de licenciado en Derecho Civil y Canónico, probablemente, en 1874. Poco después se trasladó a la isla de Cuba, en cuya capital abrió bufete de abogado. Gozó de una de las más sólidas reputaciones en el foro cubano de su época y conquistó una brillante posición social y económica.

El recuerdo más perdurable de su personalidad está vinculado a la fundación del Centro Asturiano de la Habana. Dice a este respecto José González Aguirre en Centro Asturiano de la Habana: Historia social desde su fundación: “Nadie había luchado más que él, ni de mejor buena fe, por la organización del centro, primero; por su constitución, después, y por su desenvolvimiento, más tarde. Sin la entereza, la abnegación y el entusiasmo de don Emilio Álvarez Prida, acaso hubiera fracasado la constitución del Centro Asturiano en sus primeros comienzos; pues aquella situación difícil que se había creado, eligiendo equivocadamente en 24 de junio de 1886. Para el cargo de presidente de la Sociedad en sus comienzos, en su período de organización, se eligió a un venerabilísimo comprovinciano, muy respetable, muy digno, muy patriota (don Diego González del Valle), pero que no se movía en el medio ambiente de donde había surgido aquella nueva institución, hubiera dado al traste con la labor realizada con tanto y tan noble empeño hasta entonces, si no se hubiese contado con la firmeza de voluntad y la firmeza de carácter de un vicepresidente que, al oír de labios de la comisión gestora la noticia de que don Diego González se había negado a aceptar el cargo para que casi por unanimidad había sido electo, no le hiciese la franca manifestación de que él asumiría la presidencia por todo el tiempo necesario, hasta que regresase de su viaje a España el señor Valle (don Manuel) , en quien ya se empezó a pensar por todos como único salvador, tan pronto como llegaron a ser del dominio de los asociados las vacilaciones, mejor dicho, las negativas del señor presidente proclamado.”

Desempeñó ese cargo de vicepresidente con entusiasmo fervoroso hasta 1890. Durante ese tiempo hizo un viaje de recreo a España, en 1887, y poco después de su regreso a Cuba, al año siguiente, en el mes de julio, fué proclamado socio benemérito de esa institución. Posteriormente, el Centro Asturiano honró su memoria con la colocación de un retrato en la Biblioteca y un busto en el salón de sesiones.

Álvarez Prida fué en tiempo de la soberanía española de esa isla diputado a Cortes por el distrito de Matanzas.

Al independizarse Cuba, regresó a España y residió en Madrid hasta su fallecimiento, ocurrido enero de 1916.

Obras publicadas en volumen: 

I.—Memoria que presentan presidente y vocales-secretarios la excelentísima Diputación de la Habana en la sesión inaugural del segundo periodo semestral de 1887. (Habana, 1887; en colaboración con don Antonio C. Tellería.)