ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

ALVAREZ SANTULLANO (Luis). 

Escritor contemporáneo, nacido en Oviedo el 8 de diciembre de 1879, hijo de don Manuel de esos apellidos, maestro nacional en esa ciudad y reseñado a continuación, y de doña Valentina Álvarez Villa.

Siguió la instrucción elemental en la escuela regentada por el padre, de la que fue, ya adolescente, auxiliar en diferentes asignaturas. Luego cursó los estudios de bachillerato en el Instituto ovetense, como alumno libre, y de igual manera comenzó en la Universidad la carrera de Derecho. Pero su vocación más íntima, fortalecida por el ambiente familiar, era la enseñanza, por lo que su padre pensó que estudiara Filosofía y Letras para encauzarle por el profesorado. Para ello, como la Universidad de Oviedo sólo estaba facultada para el preparatorio de esos estudios, asistió a las clases de Humanidades y Filosofía del Seminario conciliar. Aprovechándose de todos los conocimientos adquiridos, decidió hacerse maestro, título que obtuvo en un solo curso en la Escuela Normal ovetense, con exámenes por libre de junio y septiembre. 

Por entonces despierta en él la vocación literaria, y la revista ovetense anual El Martes del Eolio, de 1902, recoge uno de sus primeros ensayos de escritor. A esa época todavía estudiantil de Álvarez Santullano corresponde la fundación, con Leopoldo Alas Arguelles,  José Ramón Pérez Bances y otros, de algunos efímeros periódicos de juventud. Había entre aquellos estudiantes uno descendiente de un celebrado autor dramático, que se llevaba la palma con sus colaboraciones, por lo enjundiosas. Era el asombro de sus condiscípulos, que se sentían acoquinados ante aquel prodigio. Hasta que, años adelante, el genial autor de aquellas crónicas y aquellos diálogos les aclaró el enigma: se trataba de originales inéditos de su antecesor. Otros estímulos más serios vinieron entonces a halagar a Álvaro Santullano en sus ejercicios literarios, y fueron dos premios: uno. con el estudio La educación moral, obtenido en unos Juegos Florales celebrados bajo los auspicios de la Universidad, y otro, con una novelita, Solo de violín, en un Certamen organizado por la Unión Escolar, agrupación universitaria nacional de esa época. Pero su primer éxito de público lo tuvo en ocasión del tercer Centenario de 1° publicación de la primera parte del Quijote (1905), con un trabajo publicado en El Correo de Asturias. de Oviedo, en torno a la figura de Sancho Panza, que él denominaba Sancho Zancas, porque antes caracteriza al famoso escudero lo largo de las piernas que lo abundante del abdomen. también con ocasión de ese Centenario colaboró en la confección del Catálogo de la Exposición asturiana de ediciones del Quijote y tomó parte en una velada celebrada con tal motivo en Sama de Langreo.

En ese mismo año, 1905. la Escuela Normal Central, de Madrid, abrió un curso extraordinario con profesores de Universidad para estudios superiores entre estudiantes seleccionados del Magisterio, fue uno de ellos Álvarez Santullano. Hizo por entonces estrecha amistad con su compañero de estudios don Andrés Ovejero, redactor a la sazón de El Globo, quien le facilitó la ocasión de publicar en ese periódico algunos trabajos. De regreso en Oviedo con el título de profesor normal, y dispuesto a concluir la carrera de Derecho, mientras sigue estos estudios hace de corresponsal literario de El Globo en Asturias, y envía, especialmente, a ese periódico madrileño, glosas y comentarios de las conferencias pronunciadas en la campaña de Extensión Universitaria.

Obtenido el grado universitario de licenciado en Derecho, la enseñanza continúa atrayéndole con más Fuerza que la abogacía, y acude a las oposiciones de la única beca anual de la Escuela Normal de Madrid para ampliación de estudios en el extranjero, beca que obtiene y le permite residir tres meses en Bélgica y nueve en París dedicado a completar sus estudios pedagógicos. Al mismo tiempo se relaciona con artistas y escritores de las más diversas nacionalidades, cosa que le permite llevar una vida de intensa curiosidad, finalizado el plazo de la pensión, regresa a Madrid, y da testimonio sus estudios en una Memoria son educación física, de la cual fueron publicadas las conclusiones en la Gaceta de Madrid.

Pero ahora a Álvarez Santullano le atrae París más que el Magisterio.  La nostalgia de los meses vividos con acelerada intensidad le resulta irresistible. Con el pretexto de perfeccionar aún más sus conocimientos en París, consigue del padre unos cientos de pesetas y regresa a Francia. Ya en París, y esta vez más libre de obligaciones y menos abundante de dinero, tiene que recurrir para sustentarse a traducciones que le proporcionan algunos escritores españoles bien relacionados allí. Uno de los que más le ayudan es el periodista Romo Jara; pero muchas de las traducciones que éste le facilita son de propaganda de productos farmacéuticos: opúsculos y prospectos Alvarez Santullano, que posee correctamente el francés, desconoce los tecnicismos de la Farmacopea y pasa con tales traducciones grandes apuros; pero, como son mayores los económicos, consigue al fin vencer las dificultades idiomáticas. No obstante estos recursos, su economía pasa temporadas de graves Crisis Muchos días hubo de contentarse con una sola comida, y si aún contaba con algunos céntimos para el franqueo de una carta, escribía a la familia las mas risueñas y optimistas novedades. Desde París envía algunas colaboraciones al Heraldo de Madrid que no le sacan de apuros por su condición de gratuitas.

De regreso en Oviedo, obtiene poco después por oposición una plaza de inspector de Primera Enseñanza, y se le destina al distrito de Ponferrada (León), que desempeña por espacio de unos tres a cuatro años. Por entonces, diciembre de 1909, contrae matrimonio con la señorita María Brzezicka Manteóla, nacida en París de madre ovetense, y con la que, huérfana de padre, vivía en Oviedo. En ese mismo mes y año, Álvarez Santullano solicita y obtiene de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas una pensión para completar sus conocimientos pedagógicos en Inglaterra, y allí reside hasta el otoño de 1910. Poco después pasa destinado nuevamente como inspector a Tarragona y luego, en el otoño de 1911, a Zamora.

Siendo inspector en esta provincia, fué comisionado por la citada Junta para Ampliación de Estudios para pasar al extranjero al frente de un grupo de maestros nacionales, y efectuó una excursión por Francia y Bélgica, estudiando con ellos la organización en esos países de la instrucción primaria y las colonias escolares. En 1912 efectuó otras dos excursiones semejantes, de carácter oficial, extensivas también a Suiza, con parecidas finalidades pedagógicas.

En la primavera de ese mismo año, asuntos familiares le llevaron a efectuar uno de esos viajes que parecen sueños para muchos españoles: al Cairo. Esto le dio ocasión para recorrer las tierras de Egipto, satisfaciendo su curiosidad sobre los testimonios de aquella civilización milenaria.

Apenas vuelto de este viaje, la Junta para Ampliación de Estudios solicitó sus servicios para la Secretaría, y quedó incorporado a ese prestigioso organismo en calidad de inspector, a las órdenes del director general de Primera Enseñanza, cargo éste que desempeñaba entonces don Rafael Altamira. Aunque posteriormente se le nombró (agosto de 1913) inspector por el distrito universitario de Salamanca y del de Toledo más tarde (julio del 14), su puesto efectivo continuó estando en la Secretaría de esa Junta, hasta que, con la efectividad, recibió el nombramiento de tal agregado a ella en agosto de ese mismo año, con el encargo de organizar y dirigir el grupo de niños en la Residencia de Estudiantes, encargo que desempeñó durante algunos años.

Desde entonces, su vida, más sedentaria, se resume brevemente: el cumplimiento de su cargo en la Junta; sus colaboraciones periodísticas, casi limitadas a temas pedagógicos, en El Imparcial; sus traducciones de obras también pedagógicas, como la Historia de la instrucción y la educación, de F. Guex; la publicación de alguno que otro libro sobre cuestiones de enseñanza, alternadas con estudios de investigación literaria, como el Estudio acerca de la Mística puesto al frente de las obras completas de Teresa de Jesús, por él revisadas y editadas en un volumen, y alguna que otra escapada al campo de la literatura amena, con sus cuentos en El Sol, firmados con el seudónimo de Yolián, y otros que le conquistan premios en públicos concursos, como Don Tancredo, en Blanco y Negro (1925), y En el lugar de Tras miera, en El Liberal (1926), o la publicación en volumen de alguna novela corta o larga.

Ha desempeñado algunas comisiones de carácter oficial, como la de miembro de tribunales de oposiciones, y cargos de carácter privado, cual el de director de estudios del Centro Asturiano de Madrid en 1917. En 1921 fué encargado por la susodicha Junta para dirigir un grupo de maestros e inspectores de Primera Enseñanza, en dos secciones respectivas, en plan de estudio de los principales establecimientos escolares de Francia. también por entonces (1921-23) le comisionó el Ministerio de Estado para organizar la enseñanza primaria en el territorio español de Marruecos, como asesor de la correspondiente Dirección General.

Poco después de implantada la República (1931), fué nombrado por el Ministerio de Instrucción Pública secretario del Patronato de Misiones Pedagógicas, con el encargo de organizar los servicios de este importante organismo, consagrado a levantar el nivel de la cultura rural, en el que continúa como secretario en la actualidad (1934). En 1932 se le confirió una plaza de profesor en la Escuela de Estudios Penales, que también desempeña actualmente.

En 1935 pasó a vocal, secretario del Patronato de Misiones Pedagógicas y vicesecretario de la Junta para Ampliación de Estudios.

Vicesecretario Junta de Ampliación. El Movimiento Nacional le sorprendió en Asturias. Pasó a Francia y de aquí regresó al lado del Gobierno de la República de Valencia, con el que pasó a Barcelona. Destinado luego como secretario de la Embajada de París y en esta capital quedó a la conclusión de la guerra.

Obras publicadas en volumen:

I. — Carrocera, labrador, (Madrid, 1926; novela corta publicada en la colección de La Novela Mundial, número 13, con otra de Clarín.) 

II —Hacia una escuela mejor. (Madrid, s. a.)

III.—La autonomía y la libertad en educación. (Madrid, 1927; segunda edición en 1933.) 

III bis – Ciencia y educación contemporáneas (Madrid, 1929)

IV.—De la escuela a la Universidad. (Madrid, 1930.)

V. — Los estudiantes. (Madrid, 1930; número 24 de la colección El Libro del Pueblo.)

VI.—La escuela duplicada: Sistemas de Gary y Detroit. (Madrid, 1931.) 

VII—Pinón. (Madrid, 1931; novela corta publicada en La Novela de Hoy, número 493.) 

VIII— Paxarón o La fatalidad. (Madrid, 1932; novela.)

IX. — Místicos españoles. (Madrid, 1934; selección de trozos con introducción y biografías.) 

-Jovellanos (Madrid, 1936, en la colección Biblioteca de la Cultura Española)

 

Trabajos sin formar volumen: 

  1. —Recuerdos de Bélgica: Una colonia libertaria. (En Nuestro Tiempo, Madrid, octubre de 1907.) 
  2. — Edmundo Demolías. (En ídem, diciembre de 1908.) 
  3. —Una leyenda por dentro: la griseta parisiense. (En ídem, abril de 1909.) 
  4. — Primer grupo de maestros. (En Anales de la Junta para Ampliación de Estudios, Madrid, 1913; tomo XII; memoria de la excursión de verano — 1911 — por Francia y Bélgica.) 
  5. —Don Tancredo. (En Blanco y Negro, Madrid, 20 de diciembre de 1925; cuento premiado en certamen público por esa revista.) 
  6. — En el lugar de Trasmiera. (En El Liberal, Madrid, 14 de julio de 1926; cuento premiado en concurso público por ese diario.) 
  7. —Estudio. (Al frente del volumen El romancero español, Madrid, 1930; selección de romances populares del propio autor.)
  8. —Estudio acerca de la Mística. (Como prólogo a 1 volumen Obras completas, de Santa Teresa de Jesús, Madrid, 1930.) 
  9. — Patronato de Misiones Pedagógicas. (En la revista Residencia, Madrid, febrero de 1933; resumen de la labor desarrollada por ese organismo en 1932.) 
  10. —Asturias, una y varia. (En Blanco y Negro, Madrid, noviembre de 1933; reproducido por La Voz de Asturias, de Buenos Aires, 9 y 16 de junio de 1934.) 
  11. —Antipedagogía: El ejemplo de Jenusret. (En la revista Escuelas de España, Madrid, octubre de 1934.)