ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

ARMIÑO DE CUESTA (Robustiana).

En otro lugar hemos escrito (véase al pie la relación de Referencias biográficas) lo siguiente: “De la vida de esta ilustre escritora asturiana, más tendría que decir el crítico que el biógrafo. Biográficamente, bastaría anotar que supo cumplir con admirable ejemplaridad todos los deberes domésticos y sociales como hija, esposa, madre y abuela, en existencia honra de vanidades, recatada a la vida de un hogar que ella supo hacer modelo. Todo esto no le ha impedido ser una de las poetisas más exquisitas de su siglo y cultivar el periodismo y la prosa amena con acierto y fecundidad que le granjearon salida fama, aunque este renombre, desgastado por el paso del tiempo — como sucede con todos los prestigios que no llegan a cimas universales — haya venido a quedar en un borroso recuerdo de su reputación.”

Nació esta escritora en la villa de Gijón en 1821. Fue bautizada con los apellidos Armiño y Menéndez. El apellido Cuesta agregado al primero, y que figura de este modo en la firma de la mayor parte de su producción, le vino por casamiento con el médico don Juan de la Cuesta Ckener, fundador en Madrid de La Correspondencia Médica.

“Doña Robustiana Armiño de Cuesta — seguimos citándonos a nosotros mismos — cuenta como uno de los méritos principales de la fama que supo conquistarse en el mundo de las letras el de haberse formado intelectualmente sin más que los primeros estudios escolares.” Ramon de la Huerta Posada dice de ella en un breve comentario que, “careciendo de maestros, se constituyó en maestra de sí misma, y con el solo auxilio de los libros aprendió el francés, el inglés, el alemán, el italiano y cuantos conocimientos la adornaban.” Manuel Ossorio y Bernard (Apuntes para un diccionario de escritoras españolas del siglo XIX) añade que esos estudios y los de Gramática e Historia los tuvo que hacer por sí sola y casi ocultándose de su familia.

Se asegura que comenzó a escribir para el público en 1835, pero desconocemos en qué se sostiene esa afirmación. Lo más antiguo que conocemos de ella es su colaboración en los periódicos de Badajoz EI Pensamiento y El Guadiana en los años 1844 y 1845, respectivamente. Si no es que antes y por esta época ha escrito en periódicos de fuera de Asturias, en los asturianos — mejor dicho, en los ovetenses, porque solo en Oviedo se publicaban periódicos — no aparece su firma hasta 1853, que colabora en Álbum de la Juventud.

Antes (1851) publicó una copiosa colección de poesías en dos volúmenes. No sabemos si esas composiciones fueron publicadas primero en su totalidad o si eran inéditas las más de ellas. Lo cierto es que tal colección de poesías, que la crítica recibió con aplausos efusivos, le dio rango de exquisita poetisa. Un año después, un poema dedicado a la infancia (número II) la consagraba por las muestras de fantasía y ternura singulares, a la vez que daba la pauta de una de sus más firmes modalidades de escritora: su predilección por los temas morales, particularmente en torno a los derechos de los niños, de los que fué una constante defensora.

Antes de su traslado a Madrid, que dicen efectuado en 1859, prestó su colaboración a otras dos publicaciones Ovetenses, como la ya citada, escritas casi totalmente por la población universitaria, que fueron El Nalón (segunda época) y Revista de Asturias (época primera), ambas fundadas en 1858 y de corta vida.

Madrid fué, desde que dejó Asturias, el lugar de su residencia con hogar propio, casada con el médico Cuesta Ckener. Desde entonces la producción para periódicos madrileños, alternada con la publicación de alguno que otro libro, absorbieron todo el tiempo que le permitía el celoso cuidado de su casa y familia. Fué la suya una pluma fecunda y fácil a todos los géneros literarios, sobre todo la poesía y la narración novelesca. Figuró como colaboradora en numerosos periódicos, que acogían con distinción sus producciones.

Movida por la nostalgia de la tierra natal, en julio de 1864 fundó bajo su dirección la revista semanal Ecos del Auseva, a la que con el deseo de abrirle una más amplia esfera de vida tuvo que cambiar de título, en diciembre de ese mismo año, por el de Familia, y darle una nueva orientación ideológica, que fué la de defensa de la moral en el hogar. Así pudo continuar publicando esa revista durante todo el año 1865.

A pesar de su idealidad contraria a la corriente revolucionaria predominante, su pluma era generalmente respetada. Se buscaban sus escritos por lo interesantes y amenos, cualquiera que fuese la tendencia del periódico donde aparecieran. 

Fue una de las firmas de mayor producción en el periódico carlista El Altar y el Trono, desde 1869 a 1872. Entre otras publicaciones donde colaboró asiduamente por entonces y en años inmediatamente posteriores figuran Los Niños (1870 al 77), La Primera Edad (1873-75) y La Familia (1875).

Como novelista tuvieron su predilección los temas rurales, desenvueltos con vigor y a la vez ternura, en forma cautivadora. Modelo en el género es su novela Dramas de la costa, publicada en la Ilustración Gallega y Asturiana, desde la iniciación de esta revista madrileña (1878) y recogida después en un volumen.

La última década de su larga vida la pasó consagrada al descanso y goces del hogar, rodeada de sus nietos, “y así se fué apagando esta vida admirable hasta su fallecimiento, en Madrid, el día 17 de junio de 1890”

El citado Ossorio y Bernard anota de esta escritora numerosas obras de las que desconocemos la forma en que hayan sido publicadas. Él no lo dice. Por nuestra parte, casi nos atreveríamos a asegurar que no se publicaron en volumen, si bien la falta de bibliografías generales impiden afirmaciones rotundas sobre la materia. Son esas obras las siguientes: El autómata (novela), El bañero (ídem), La envenenadora (ídem), Tres mujeres célebres, El ánima sola (novela), Juan Espada (ídem), Los condes de Gijón (drama), Dos coronas (zarzuela), Colección de novelas morales, Las almas gemelas (novela), Historia de Ia pintura en la antigüedad, Historia de los pintores, La vida de los pueblos, Un momento (novela), Marietta Tintorella (ídem) y Una corona de encina (ídem).

Obras publicadas en volumen: 

I.—Poesías. (Oviedo, 1851; dos volúmenes en 4. con prólogo de Carolina Coronado.)

Il.—Flores del Paraíso o educación de la infancia. (Gijón, 1852: poema moral-educativo.)

IIl.—Fotografías Sociales. (Madrid, 1861-63; dos tomos en 4.)

IV.— Las virtudes capitales contra soberbia, humildad, (Madrid, 1865.)

V.—El ángel de tos tristes: Dramas de la costa, (Madrid,: novela publicada antes en Ilustración Gallega y Asturiana, Madrid, desde agosto de 1878 a diciembre del 79.)

Trabajos sin formar volumen: 

1.— José Andrés. Leyenda cantábrica, (En Ilustración Gallega y Asturiana, Madrid, 1878, 15 de julio y 1 de agosto.)

Referencias biográficas:

Huerta Posada (Ramón de la).— Escritoras asturianas: Doña Robustiana Armiño de Cuesta. (En Asturias, órgano del Centro Asturiano, Madrid, abril de 1892.)

Suarez, Españolito (Constantino) .— Asturianos de antaño: Robustiana Armiño de Cuesta, (En el Diario de la Marina, Habana, enero 29 de 1933.)