ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

BEATO (San).

Monje del siglo VIII. Son muy escasas y confusas las noticias que se conocen de este santo. No se sabe con certeza el lugar de nacimiento. Su controversista el arzobispo Elipando le consideraba libanense, en cuyo caso sería santanderino; pero es imposible dilucidar si Elipando le llamaba libanense porque hubiese nacido en Liébana o porque desde aquí le escribía. Para que le consideremos asturiano, con derecho a figurar en este Indice, nos atenemos al testimonio de Nicolas Bergier, que transcribimos más abajo.

De su vida tampoco son copiosas las noticias conocidas. Vivió en comunidad, pero se ignora de qué Orden. El cronista Yepes le supone monje y abad del monasterio de Santo Toribio, conocido también con el nombre de San Martín, en Liébana (Santander), desde antes del año 768. El citado Bergier asegura en su diccionario de Teología que “era un santo  presbítero del Principado de Asturias, en España, de ilustre familia, que floreció por los  años de 791 y murió lleno de méritos y virtudes en el monasterio de Valdecabo en 798”. Otros autores, como Sainz de Robles, procuran suplir las deficiencias de información con reconstrucciones lógicas: “Beato vive en Asturias—dice—, No en alguna ciudad primitiva. Vive entre las guájaras y riscos de Liébana. Apenas habla, y siempre con otros ermitaños como él. Viste de sayal de pieles de animales. Berzas son su alimento. De vez en vez se acerca a los bárbaros ejércitos de la Reconquista para arengarlos con palabras encendidas dar fe,”

Y de su muerte no son más precisas las noticias. El Valdecabo que anota Bergier ha de ser errata por Valcabado. ¿Cual pueblo o lugar de este nombre? Al parecer, uno próximo a Saldaña (Palencia). Pero el citado Sainz de Robles aduce pruebas convincentes de que el monje a que se alude por muerto en este sitio se llamaba Oveco, que fué copista de las obras de Beato. También se le supone fallecido y enterrado en San Salvador de Tavara (Zamora). En cuanto a fecha de fallecimiento, que Bergier fija en 798, Sainz de Robles la determina más vagamente entre 796 y 800.

Sus restos fueron trasladados en 1635 a la ermita de Santa Maria del Valle, a dos kilómetros de Saldaña. En esta villa se conserva como reliquia un brazo de San Beato y se celebra su fiesta anual el 26 de noviembre con el nombre de San Vicco.,

Alcanzó Beato la santidad por sus acendradas virtudes y el fervor con que defendió la fe católica contra los heterodoxos españoles Elipando, arzobispo de Toledo, y Félix, obispo de Urgel, que habían incurrido en herejía con sus doctrinas. Refiriéndose al primero de esos dos personajes, en relaciónn con su actitud sectaria, dice Fuertes Acevedo en Biblioteca de escritores asturianos: “Prelado de austeras costumbres y de saber y erudición, pero cuya inteligencia, extraviada en los errores de los nestorianos, le condujo a patrocinar y defender la falsa doctrina patrocinada por Nestorio en el siglo V, y suscitada en el VIII por los adopcianos, de que Jesucristo, según la naturaleza humana, no es hijo natural de Dios, sino adoptivo.”

Contra esa doctrina se pronunció Beato, al que se asociaron los monjes asturianos Eterio, obispo de Osma, y Fidel, impugnándola con ardor y perseverancia por medio de prédicas y los escritos anotados más abajo, uno de ellos en colaboración con Eterio, si bien Sainz de Robles niega tal colaboración. “Si para orador—dice este autor—no tenía grandes facilidades Beato, pues era tartamudo 0 trabado de lengua, como nos hace saber Ambrosio de Morales, para escritor tenía insuperables virtudes: pluma expedita y mucha doctrina.” Tuvo fin esa larga controversia en el Concilio celebrado en Francfort en 794 con la abjuración del error por parte de Elipando y Félix, con lo cual quedó restablecida la doctrina que defendían Beato y los suyos.

Los argumentos y las opiniones de  estos quedaron recogidos en un manuscrito ( número 1) publicado siglos después. De esta obra apologética dice don Félix de Aramburu en Monografía de Asturias que es un libro “insuperado como escrito de polémica cristológica, ni aun por el renombrado Alcuino, discípulo de Beda y maestro de Carlomagno, cuando la  herejía traspuso el Pirineo y dio margen a viva controversia, en la que intervinieron Concilios y Papas”.

En el más reciente y mejor documentado estudio sobre San Beato, Elipando y San Beato de Liébana. Siglo VII, de don Federico Sainz de Robles, se citan cuarenta y tres fuentes histórico-literarias, a las que podrían agregarse algunas de las aludidas aquí por nosotros.

 

Obras publicadas en volumen: 

I.—Eterii episcopi uxamensis et Beati presbyteri adversus Elipandum, episcopum toletanum, de adoptione Christi filii Dei. Cenoles do? 1616; trabajo conocido también con el título de Apología y dado a la estampa por Pedro Steverio; reimpreso en 1677 en el tomo XIII de Maxima Bibliotheca Veterum Patrum, en colaboración con el obispo Eterio.) 

Il—exposición de San Beato. (Madrid, 1770; manuscrito del año 786, conocido también por In Apocalypsium loannis, dedicado a Eterio.) 

 

Referencias biográficas:

Antolin (Guillermo).—Un códice visigótico de la Explanación del Apocalipsis, por S. Beato de Liébana. (En el periodico La Ciudad de Dios, tomos LXX y LXXII.)

Blazquez (Antonio).—Manuscritos de los comentarios al Apocalipsis de San Juan, por el Beato de Liébana. (En la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, Madrid, 1906.)

Florez (P. Enrique).—Apéndice XX del tomo V de la Historia Sagrada de España. Garcia Villada (P. Zacarias).Un nuevo manuscrito de Beato. (En Razón y Fe, Madrid, 1905.)

Migne (Jacobo Pablo).—Comentarios. (En el tomo XCIV de Patrologia latina.)

Rojo Horcajo (Timoteo). — El “Beato” de la Biblioteca de Santa Cruz de Valladolid. (En el Boletín de la Academia de la Historia, Madrid, 1930.)

Sainz de Robles (Federico).Elipando y San Beato de Liébana. Siglo VIII. (Madrid, s. a., 1934.)

Tamayo de Salazar—Vida de San Beato. (En el Martirologio hispano, tomo 1.)