Hermano del anterior. Notable jurisconsulto, con ejercicio en Oviedo y fama extendida más allá de los límites regionales, a la vez que muy competente catedrático de la Universidad por espacio de cuarenta años. Fué uno de los hombres de talento más lúcido y brillante de los ovetenses de su tiempo, que habría escalado altas cimas en la vida española y conquistado un renombre nacional de no ser a la vez persona de extremada modestia, desprovisto de ambiciones de medro, y de los ovetenses que no habrían concebido posible la vida sin contemplar diariamente la aguja de la catedral.
nació don Gerardo Berjano Escobar en Oviedo el 3 de octubre de 1850. Como su hermano don Daniel, recibió una esmerada educación, dentro de una estricta moralidad cristiana, y hechos los estudios elementales, se matriculó para los de segunda enseñanza a los once años (1861) en el Instituto ovetense, en el que recibió el grado de bachiller en Artes el 19 de junio de 1866 con calificación de sobresaliente. Pasó después a la Universidad, en cuya Facultad de Derecho obtuvo el grado de licenciado en Derecho civil y canónico el 6 de septiembre de 1870. Luego, en la Universidad Central, cursó los estudios del doctorado, que alcanzó el 29 de noviembre del año siguiente, leyendo la memoria reglamentaria (número 1), que mereció calurosos plácemes. Concluida la carrera de Leyes, se estableció como abogado en la ciudad natal, y en ella ejerció siempre esta profesión con crédito y prestigio crecientes, sobre todo como criminalista, y fué varias veces decano del Colegio de Abogados. Poco tiempo después de abierto bufete en Oviedo, y al crearse el Cuerpo jurídico-militar en 1874, se presentó a oposiciones y obtuvo el número 1. Se le destinó a la Capitanía General de la isla de Cuba; pero su amor a Asturias y la aflicción que vio iba a causar a su madre la separación le determinaron a la renuncia del nombramiento, renunciando con ello a un porvenir brillante seguro. Algún tiempo después se presentó a las oposiciones (1879) para cubrir la vacante de la cátedra de Historia y Elementos del Derecho Civil español de la Universidad de Oviedo, que no obtuvo por haber quedado en segundo lugar de la terna elevada a la superioridad. Decidido a compartir las actividades del foro con las del profesorado, ocupó al año siguiente por oposición una plaza de profesor auxiliar-de Ja Facultad de Derecho, y tuvo a su cargo la cátedra de Historia del Derecho.
Desde el 31 de diciembre de 1884 explicó Derecho mercantil como profesor numerario, categoría que obtuvo por concurso. Fué a la vez secretario de la mencionada Facultad desde diciembre del 81 a junio del 86. Veinte años más tarde se le eligió decano, cargo que continuó desempeñando después de su jubilación como catedrático, en 1920, con carácter de decano honorario por acuerdo y a petición del Claustro universitario,
Ya fijada su posición con el doble ejercicio de abogado y profesor, y constituido hogar en matrimonio con doña Encarnación Prieto Pazos en 1883, su vida estuvo vinculada a la de Oviedo día a día, sin otras interrupciones que algunos breves viajes a Madrid.
Lo relevante de su personalidad, que tanto por su saber como por su conducta, le fué llevando sin proponérselo a desarrollar actividades en la vida pública. Dotado de excepcionales dotes de orador y de pluma fácil y autorizada, que fué temible en el terreno de la polémica, pronto se encontró ocupando una posición destacada en la política local propugnada por los liberales. Con tal carácter desempeñó cargos en la corporación municipal, entre ellos el de alcalde desde noviembre de 1897 a marzo del 99, dejando de su piso por la Alcaldía un grato recuerdo de su mando por la austeridad y la justicia con que lo ejerció, También fué diputado provincial por el distrito de Infiesto-Laviana en dos elecciones consecutivas, desde 1903 a 1907. Y la decisión terminante de no salir de Oviedo limitó a esto su carrera política, rechazando siempre sin debilidades todo intento de proponerle como candidato a diputado a cortes o senador y hasta los reiterados ofrecimientos del jefe liberal, don Segismundo Moret, de conferirle un cargo de ministro.
Las luchas políticas le llevaron a cultivar el periodismo en algunas publicaciones ovetenses, con mayor asiduidad en El Carbayón, pero casi siempre sin firmar sus escritos. A esto, la citada tesis doctoral y dos discursos de apertura de estudios en la Universidad se reduce cuanto ha dejado impreso quién habría podido producir, especialmente sobre temas jurídicos, obras del más alto empeño.
Fallecido el 6 de enero de 1924.
Obras publicadas en volumen:
|.—Examen de las disposiciones del código penal relativas al duelo. (Madrid, 1871; tesis doctoral.)
II.—De la historia general del Derecho. (Oviedo, 1885; discurso de apertura del curso universitario 1885-86.)
III.—Diferencias más importantes en materia de sucesión testamentaria entre el código civil y la legislación de Aragón, Navarra y Cataluña, (Oviedo, 1895; ídem, ídem, 1895-96.)