Militar que vivió en la segunda mitad del siglo XVI. Nacido en Castropol.
Estuvo en Flandes cuando ejerció su mando allí el duque de Alba, quien le tuvo en gran estimación por su arrojo y pericia militares.
Esta distinción y afecto sirvieron a Bermudez para que el duque le librara más tarde del cautiverio de los moros en ocasión de que le conducían con once compañeros más en una galera a Nápoles. Se asegura que el duque de Alba consiguió el rescate con el capitán de la embarcación, justificando éste la falta de Bermúdez como fallecido en la travesía.
Posteriormente pasó a Portugal, también a las órdenes de su jefe y protector, el citado duque, y en ese país tomó brillante participación en varios hechos de armas de la campaña sostenida para la anexión a España. En premio de tales servicios, el rey le nombró castellano perpetuo del castillo de Viana (Portugal).
Fatigado por las actividades guerreras y anciano, se retiró a la villa natal a descansar los últimos años; pero no fué tan absoluto el descanso que le impidiera dedicar abundantes energías a la prosperidad de dicha población, testimonio de las cuales es la fundación del Hospital.
Falleció en Castropol a fines del siglo XVI.
El duque de Alba celebra en sus obras la valentía y fidelidad de este soldado. Poseía además una extensa ilustración, que le permitió cultivar las letras sobre motivos de historia; pero de estas actividades, solo se tiene noticia concreta del manuscrito anotado más abajo.
Obras inéditas:
—Historia de mi vida, (MS.; autobiografía que se conservó en el archivo de la casa solariega del autor hasta mediados del siglo XIX.)