ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

BUSTAMANTE DE LAMA (Francisco).

Algunos escriben equivocadamente Lerma en lugar de Lama. Escritor contemporáneo, fallecido. Nació en Vidiago (Llanes) el 19 de mayo de 1837, descendiente de don Martín Bustamante Guanes y doña Feliciana de la Lama y Noriega.

Después de recibida la instrucción primaria en el pueblo natal, decidió buscar su porvenir en la emigración y marchó a Méjico.

Permaneció en esta república más de cuarenta años, dedicado a negocios comerciales, pero sin descuido en la formación de una personalidad intelectual. En los primeros años atendió a enriquecer. La deficiente ilustración que llevaba de España, y la asidua lectura, como nutrición de una inteligencia clara, hizo lo demás.

Fué entre los españoles allí residentes y también entre los mejicanos persona muy considerada   e influyente. Los españoles, y particularmente los asturianos, tenían en él un gran elemento, dispuesto siempre a participar con entusiasmo y a propulsar cuantas iniciativas redundaran en el prestigio   de España y de Asturias. Tuvo trato íntimo con las personalidades más descollantes mejicanas y españolas. Y cuando el gran poeta Zorrilla estuvo en Méjico (1855) fué uno de los mejor dispuestos a agasajarle Bustamante de Lama, a quien unió desde entonces una estrecha amistad con el autor de Don Juan Tenorio.

A este predicamento de Bustamante, además de su cultura y de su carácter acogedor, contribuyeron en buena medida sus actividades de publicista en prosa y verso, si bien le distinguían antes la autoridad y la nobleza con que desarrollaba los temas que la brillantez literaria. En historia y literatura poseía conocimientos nada vulgares, así como en asuntos económicos, y en cuestiones de carácter patriótico disponía de recursos y entusiasmos excepcionales.

La época más fecunda suya como escritor va desde 1880 a 1895. Entonces colaboró en verso y prosa con asiduidad en algunos de los principales periódicos mejicanos, entre ellos El Correo Español, La Razón, El Diario Español y El Pájaro Verde.

Por los últimos años del siglo XIX, en posesión de discreta fortuna, regresó a España y fijó su residencia en el pueblo natal, aspiración de su larga vida de emigrado. En la quietud de la existencia aldeana dejó pasar los últimos lustros de la suya, dedicado a la atención de sus intereses y al esparcimiento espiritual en las lecturas favoritas, alternadas de cuando en cuando con ejercicios de escritor como uno de los colaboradores frecuentes de El Oriente de Asturias y ocasional de otros periódicos comarcanos y provinciales. Puede afirmarse que no hubo otros sucesos notables en esta época de su vida que el haber dado a la estampa (número 1) lo único que se conoce de él publicado en volumen. Falleció el 8 de febrero de 1922.

 

Obras publicadas en volumen:

I.—La batalla de Covadonga (Santander, S. a. canto, opúsculo.)