Pintor de la segunda mitad del siglo XVI. El canónigo González de Posada incluye en Memorias históricas a un Antonio Bustamante que suponemos ha de ser éste mismo, diferenciado por errata o deficiente información. Ambos coinciden en residir en Oviedo por la misma época, en estar especializados en el retrato y en haber fallecido el mismo año.
Los verdaderos apellidos de este artista eran Martínez Bustamante. Nació en Oviedo hacia 1680. En su juventud se trasladó a Madrid a perfeccionarse en el arte pictórico que cultivaba, y fué en la Capital discípulo de Miguel Jacinto Menéndez algún tiempo. La nostalgia de la tierra natal le atrajo de nuevo a Oviedo, con renuncia al posible porvenir que pudiera esperarle en Madrid, y en la ciudad natal residió habitualmente el resto de no larga vida, hasta su fallecimiento en 1737.
El citado González de Posada dice que “fué pintor de más que mediano mérito, como lo muestran muchos y muy buenos cuadros que aún existen en Asturias”. Cita luego las obras siguientes: “La historia de la vida de San Francisco, con figuras de tamaño natural, en el claustro bajo de su convento de Oviedo, de los cuales (cuadros), Unos son originales, otros copias y Otros antiguos retocados por él. Pintó al fresco—continúa—la media naranja de la sacristía de la catedral, por el borrón que trajo de Roma para el efecto un canónigo y está colgado allí mismo.” Añade que hay retratos suyos, “cinco o seis del tamaño del natural en la casa de los Tineos, de Gijón; uno u otro en la iglesia parroquial de aquella villa, cinco en el Santuario de Candás, dos en la iglesia de San Francisco, de Oviedo; dos en la sacristía de la colegiata de Teverga… En la (casa) de don Joaquín Rivero, de Llanes, cuatro cuadros de Santos de dos varas de alto y una de ancho”.
Ceán Bermúdez le recuerda con elogio también al afirmar que “ejerció la pintura con aceptación y se distinguió en los retratos, que hacía con semejanza y buen colorido”. Contra esas alabanzas está la censura de Silvio Itálico (Benito Alvarez Buylla y Lozana) al afirmar que “la mediocridad de este artista fomentó, por otra parte, el olvido en que se le tiene”.
Jovellanos le recuerda en sus Diarios. Dice que en Villasecino (León) vió en casa de don Ignacio Lorenzana “un retrato de cuerpo entero del prior don Fernando García Lorenzana, tío del poseedor, de mano de Bustamante y firmado en 1743, siendo el personaje entonces de treinta y un años; es de lo mejor que he visto de esta mano”.
La fecha citada por Jovellanos ha de estar equivocada, ya que Bustamante falleció, como se ha dicho, en 1737.
Contra lo que hemos conjeturado en el estudio de este pintor sobre la fecha de su fallecimiento, seguramente está equivocada la de 1737, que dan Ceán Bermúdez y otros. Bustamante no habrá fallecido antes de 1743, que es el año anotado por Jovellanos en sus diarios, porque Feijóo, en carta fechada el 1 de febrero de 1744, comenta, por cierto desfavorablemente, un retrato que el pintor le había hecho a lo que se deduce, no mucho tiempo atrás.
Tomamos esta noticia del libro de Marañón Las ideas biológicas del Padre Feijóo.
Referencias biográficas
P. y C.—Los asturianos de ayer: El pintor Bustamante. (En El Carbayón, Oviedo, 1 de abril de 1885.)