ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

CABAL (Constantino).

Escritor contemporáneo, especialmente dedicado desde hace algunos lustros a la investigación histórica y folklórica de Asturias con una devoción llena de renunciamientos y escasa de compensaciones. “La personalidad de Cabal—hemos dicho en otro sitio, una de las más sólidas y mejor cimentadas de la intelectualidad asturiana contemporánea, tiene una especial fisonomía que la diferencia y destaca entre los demás intelectuales. Es el hombre que estudia, que investiga y reconstruye el remoto pasado de Asturias, en el que está agazapado lo más rico, lo más jugoso, lo más encantador de nuestra modalidad regional. Son los jirones del alma astur que hemos ido dejando en el camino del progreso, sin los cuales vinimos a confundirnos con el tipo común de otros países.”

Nació Constantino Cabal en hogar humilde de Oviedo el año 1884. Estudiaba con extraordinario aprovechamiento, compensando de este modo los esfuerzos de su familia, cuando la adversidad le dió a gustar, apenas adolescente, las primeras amarguras de la vida. Tenía catorce años cuando tuvo que encargarse de sostener como principal aportación el hogar amenazado de ruina, a causa de haber quedado el padre casi ciego a consecuencia de una agresión con motivo de una huelga obrera. Fué preciso llevar algún fruto de su trabajo al hogar paterno, y, a ser posible, no abandonar el estudio. Interesado en este sentido su maestro de instrucción primaria, don Juan Rodríguez Muñiz, le protegió durante el primer año de estudiante en el Seminario conciliar de Oviedo, que fué protección suficiente, porque el muchacho supo ganarse con premios en los estudios las matrículas de los cursos siguientes. Al mismo tiempo, oficiaba de acólito en el convento de las Siervas de Jesús y trabajaba en las horas libres del Seminario como gacetillero del diario El Carbayón, encargado de recoger las informaciones oficiales del Ayuntamiento y del Gobierno civil y luego en la Redacción hasta la medianoche. Una hora de la tarde la dedicaba a dar lecciones en un colegio de la calle de Campomanes. Esas dieciocho horas diarias de trabajo y estudio, aprovechadas al extremo de tener que aprender las lecciones del Seminario andando y estudiando, daban al cabo del mes un rendimiento crematístico de unas cien pesetas.

En el diario El Carbayón fué formando su personalidad periodística y literaria, aunque mal retribuído, con aportaciones cada vez más valiosas al interés de los lectores, como poeta y prosista. Mostrábase como escritor en dos modalidades: una humorística bajo el seudónimo de Triquitraque y otra en el desarrollo de temas serios con el de Ludeamaro, ambas por los años de 1901 y siguientes, desde los diecisiete de edad. Con ese último seudónimo y en dicho periódico publicó su primer trabajo de empeño: la novela Psiquis (1904-5). También por entonces dió al público su primer libro, otra novela con el título de Las memorias de un enfermo.

A los seis años de situación tan precaria, abandonados ya los estudios y sin ningún horizonte diáfano para el porvenir, Constantino Cabal decidió dejarse arrastrar por la entonces caudalosa corriente emigratoria hacia Cuba, lo que llevó a cabo en 1905.

El mismo día de su llegada a La Habana la casualidad le puso en el camino a otro escritor asturiano, Juan Bances Conde, que conocía a Cabal por sus escritos, y en ese mismo día le conseguía Bances un puesto de redactor en el Diario de la Marina, dirigido por otro escritor asturiano de gran prestigio en Cuba, don Nicolás Rivero y Muñiz.

Entonces empieza para Cabal una intensa producción periodística, casi toda desarrollada en el Diario de la Marina, alternada con producciones puramente literarias en prosa y verso, de las que también recogen alguna parte varias revistas ilustradas, como Fígaro y Asturias. Informaciones, críticas,  artículos literarios, poemas, cuentos, de todo produce su ágil y brillante pluma, Al fallecimiento del poeta y periodista gallego Curros Enríquez, le sucede en el Diario como redactor de la interesantísima sección La Prensa, dedicada a comentarios sobre la actualidad periodística, que Cabal sostiene en lo sucesivo manteniéndola en la altura conquistada. Otras producciones con la firma de Eneas esmaltan las páginas del periódico y con esa misma firma sostiene algunas polémicas que le conquistan una robusta personalidad.

En 1907 recoge en un volumen una selección de composiciones poéticas (número II), que la crítica recibe con aplauso. En ese mismo año contrae matrimonio con una señorita cubana, admirable escritora también, Mercedes Valero.

En esta época exaltó su personalidad periodística grandemente una larga e interesante campaña en torno a las prácticas bárbaras y criminales de los negros conocidas por brujería, mezcla de rito religioso y curanderismo. Al secuestro y desaparición de un niño llamado Onelio, siguió el de una niña llamada Luisa, asesinada misteriosamente por los brujos. La campaña de Cabal, seguida con enorme interés por todos, fué aprovechada por el Diario de la Marina, con gran éxito económico, para abandonar la exclusividad de su venta por suscripción y lanzarse a la conquista del comprador eventual de la calle.

En 1910 se trasladó por algunos meses a España como enviado informativo especial de ese periódico. Cuatro años más tarde regresó a España definitivamente con esa representación y el deseo de encontrar campo más favorable a sus estudios de investigación y la publicación de algunos libros.

Por espacio de mucho tiempo estuvo enviando una crónica diaria al Diario de la Marina sobre personalidades y asuntos de la actualidad española y, a la vez, colaboró en algunas publicaciones madrileñas, entre ellas el diario El Siglo Futuro, fiel a los principios religiosos y tradicionales que son fundamento y norma de su vasta ilustración y de sus actividades de escritor. Residió en los primeros años en Madrid, ocupado por exigencias económicas en un destino de la casa editorial Voluntad y por vocación literaria en investigaciones llevadas a cabo en la Biblioteca Nacional y otras Bibliotecas Oficiales y públicas. Por entonces, el erudito dió como fruto el libro Covadonga, con motivo del XII Centenario de la legendaria batalla de este nombre; el poeta, el drama en verso Los osos, estrenado en Oviedo y en Madrid por la compañía de Enrique Borrás, y el periodista, la compilación en volumen de confidencias con renombradas Personalidades, El libro de cómo se hacen todas las cosas. 

El libro Covadonga lo escribió como testimonio y muestra de haber asociado a su espíritu un ideal para toda la vida: el de consagrar lo mejor de su esfuerzo al estudio de la historia de Asturias. “Don Fermín Canella—nos ha dicho él mismo—me rogó que leyera la obra del señor Somoza, Gijón en la antigüedad. Me indignó este libro de tal modo, por lo que tiene de depresivo, de denigrante y de injusto con Asturias, que resolví en el momento dedicar todo el resto de mi vida a atenuar en cuanto yo pudiera el mal que él le había hecho.” Así se explica que el señor Somoza haya juzgado el libro Covadonga de “abigarrado mosaico” y dicho del autor que “pertenece al gremio de gacetilleros pretenciosos”.

Ese laudable afán de Cabal le obligó a trasladar su residencia a Asturias, proponiéndose estudiar la vida regional en sus verdaderas fuentes, para lo cual recorrió la provincia puede decirse que palmo a palmo, varias veces, de pueblo en pueblo, de aldea en aldea y, como él mismo dice, “de viejecito en viejecito”, armado de la erudición acopiada en los libros y códices centenarios. Los elementos folklóricos tenían en su empresa gran importancia para reconstruir el pasado de Asturias en no pocos aspectos, carácter, usos y costumbres, particularmente en lo que se refiere a mitos y supersticiones. De los conocimientos acopiados con testimonios escritos y verbales, que le acreditan una autoridad máxima reconocida por todos, ha venido dando el fruto en diversos libros (números V y VI y del IX al XIII; en el estudio de no menor importancia (número 3) incluído en la obra Folklore y costumbres de España, y en una verdadera muchedumbre de  artículos publicados en periódicos ovetenses, madrileños y de otros lugares.

“Para esta mi aventura—dice en el trabajo anotado en Referencias biográficas—lo di todo y nunca he pedido nada; di mi tranquilidad, mi porvenir, mi posición, mi trabajo; di mi prosperidad y mi salud; di mi cerebro y mi espíritu.” A cambio de todo eso, como sucede siempre en esta clase de empresas, indiferencias y apreturas económicas. Por eso no puede sorprender que más adelante en ese mismo escrito estampe estas amargas y melancólicas consideraciones: “Si hubiera olvidado a Asturias—dice—, y el tiempo que a estudiarla dediqué lo hubiera dedicado a otra labor, ni mis días continuos de trabajo hubieran alcanzado las doce horas, ni hoy se me enmarcaría el horizonte con tan hondas inquietudes.” Pero la dedicación a las letras, cualquiera que sea la disciplina, tiene mucho de entrega total a prueba de contratiempos Y – decepciones, por lo que Constantino Cabal prepara actualmente desde hace algunos años la culminación de sus tareas de investigación, observación y estudio en un Diccionario asturiano, que abarcará en un crecido número de volúmenes el pasado y el presente de Asturias en sus múltiples aspectos.

Desde 1925 al otoño del 28 dirigió Cabal el diario católico ovetense Región, que dejó para dirigir El Día de Palencia, diario católico agrario, de esta ciudad.

Antes de abandonar Oviedo había vuelto aquí sobre sus aficiones de comediógrafo, entregando al aplauso del público el drama en prosa Majestad, estrenado por la compañía de Conchita Torres, y la comedia en verso La presa de las águilas, representada por un cuadro de aficionados con fines benéficos en varias localidades asturianas.

Al cesar en la Dirección del citado diario palentino, regresó a Oviedo y a sus ocupaciones habituales. Favorecido, aunque sin prodigalidad, por los organismos oficiales, al servicio de los cuales desempeñó cargos burocráticos y comisiones, la Diputación provincial le nombró en 1930 director de la Biblioteca provincial y cronista de Asturias, cargos de los que fué despojado al advenimiento de la República (1931), por habérsele conferido bajo la Dictadura.

Su existencia, escasa en bienandanzas y satisfacciones, vino a llenarla de dolor, en el verano de 1932, la trágica muerte de su hija Mercedes. Pasaba ésta una temporada en Carrión de los Condes, en casa de un gran amigo de la familia, don Alejandro Arangón de Marsilla, cuando a un hermano de éste, al cargar una escopeta, se le disparó un tiro que causó la muerte instantánea de la muchacha. En medio de la desgracia, sirvió el doloroso suceso como medida de los muchos afectos con que cuentan en la región y fuera de ella Constantino Cabal y su esposa, Mercedes Valero.

 

Obras publicadas en volumen:

I.—Las memorias de un enfermo.(Oviedo, 1904; novela.)

II.—Del amor. (Habana, 1907; Poesías.)

III.—Covadonga. (Madrid, 1918; estudio histórico; la segunda edición, en 1924.)

IV.—El libro de cómo se hacen todas las cosas. (Madrid, 1919; confidencias con personalidades españolas.) 

V.-—Del folklore asturiano: Cuentos, leyendas y tradiciones. (Madrid, 1923.)

VI.—Los cuentos tradicionales Asturianos. (Madrid, s. a.; 1924.)

VIl.—La presa de las águilas. (Madrid, 1924; drama en verso en tres actos.)

VIII.—Majestad. (Madrid, 1924; drama en dos actos y en prosa.)    

IX.—Las costumbres asturianas, su significación y sus orígenes: El individuo. (Madrid, 1925; edición costeada por el Ayuntamiento de Oviedo.)

X.—La mitología asturiana: Los dioses de la vida. (Madrid, 1925.)

XI.—La mitología asturiana: Los dioses de la muerte. (Madrid, 1925.)

XIl.—La mitología asturiana: El sacerdocio del diablo. (Madrid 1928.)

XIIl.—Las costumbres asturianas, su significación y sus orígenes:  La familia, la vivienda, los oficios primitivos. (Madrid, 1931.)

 

Trabajos sin formar volumen:

1.—Psiquis. (En el diario El Carbayón, Oviedo, 1904-5; novela con el seudónimo de Ludeamaro.)

2.—Prólogo a la novela Sangre sobre el ara, de Juan A. Cabezas. (Covadonga, 1926.)

3.—Mitología ibérica. (En el tomo l de la obra Folklore y costumbres de España, Barcelona, 1931, páginas 167 a 275.)

 

Referencias biográficas:

Cabal (Constantino).—Mis años de aldea. (En el diario Región, Oviedo, 18 de diciembre de 1926.)

Suárez, Españolito (Constantino).—Cabal y la Asturias antañona. (En la revista El Progreso de Asturias, Habana, 2 de junio de 1926.)

Valero de Cabal (Mercedes).Escritores asturianos: Una entrevista con mi marido. (En la revista Norte, Madrid, febrero de 1931.)