Hermano del que antecede y padre del famoso pintor avilesino de igual nombre y apellidos que se reseña a continuación. De origen noble, hijo de don Álvaro de Prendes Carreño y doña Lucrecia de Miranda, nacido en el concejo de Carreño en fecha desconocida, seguramente anterior a 1590. Estuvo casado con doña Catalina Fernández Bermúdez.

En el estudio El pintor don Juan Carreño de Miranda-1614-1685: Su vida y sus obras, de don Daniel Berjano Escobar, se anota lo siguiente con referencia al padre, que ahora reseñamos: “Prototipo de los segundones hidalgos andariegos de aquel tiempo… Hombre de acción, como casi todos los españoles de antaño, más amigo ciertamente de la pluma que de la espada, sin más salida que la tradicional de su clase, Iglesia, Mar o Casa Real, por vedarle su condición el trabajo manual, el comercio o industria fabril; ansioso, empero, de servir a su patria, ya que no con las armas, como sus antepasados y deudos… con su despierto y avizorado entendimiento, nutrido de humanidades y retórica, aun cuando modestamente le diputara él de lego, y movido también, ¿por qué no decirlo?, por su interés, que ya dijo el mío Cid que quien sirve a buen señor buen galardón del espera, metióse a foliculario.

“Pretendiente incansable…, en cuantas ocasiones hubo asaltó a los reyes Felipe III y IV con sendos memoriales, según él mismo lo refiere.”

Berjano Escobar transcribe, para documentación de su libro, dos de esos memoriales, por los que se deduce que la vida del padre del célebre pintor estuvo esmaltada de vicisitudes, entre las que no faltan el hambre y la prisión. De las propuestas de sus memoriales, al parecer, algunos de los cuales fueron publicados, supieron aprovecharse personajes encumbrados en las funciones de gobierno del país, hurtándole fama y premio, como dice el citado autor. Ceán Bermúdez asegura que este Carreño de Miranda fué juez noble de Asturias y que pasó a residir en Madrid en el año 1623.