Religioso dominico, acreditado predicador y escritor contemporáneo. Nacido en Mieres el 20 de agosto de 1865.
Hizo sus primeros estudios en Oviedo con el presbítero don Domingo Fernández y los prosiguió con Latinidad y Humanidades en el Seminario de la misma ciudad. Decidido a consagrarse a la vida religiosa, cuando andaba por los quince años de edad, tomó el hábito de la Orden de Santo Domingo en el convento de San Juan Bautista, de Corias (Cangas del Narcea), en el que hizo su profesión de votos, transcurrido el año de prueba, el 5 de noviembre de 1881. En ese convento cursó los estudios de Filosofía y Teología hasta ordenársele de presbítero en 1889.
Concluida la carrera eclesiástica, fué destinado por los superiores a la enseñanza en el Seminario de Vergara y luego a la predicación, actividad que desarrolló al principio en Palencia, con gran éxito. Con las facultades de orador comenzó a ejercitar las de publicista, primeramente como colaborador de la revista de la Orden El Santísimo Rosario, de Vergara, y tiempo después en la Ciencia Tomista, de Salamanca, y otros periódicos religiosos. Al ser restaurada la Provincia dominicana de La Bética, en 1897, fue destinado a ella y ejerció los cargos de secretario provincial, prior, procurador provincial y lector de Teología.
Entretanto, su fama de orador sagrado se afirmaba por momentos. “En la cátedra de Gibraltar —nos dice Fr. Paulino Alvarez — predicó con gran aceptación toda una Cuaresma.” Al mismo tiempo el escritor acometía cada vez mayores empresas, ya con labor original, bien con admirables traducciones. Enviado a Francia por los superiores para que se posesionara con toda perfección de la lengua francesa, tradujo luego de ella, con adaptaciones y notas ilustrativas, algunas obras importantes, entre las que cuentan las siguientes: El beato Raimundo de Capua (Sevilla, 1900), El orador sagrado, del P. Monsabré (Vergara, 1902). La vida espiritual, de Fr. Andrés María Meynard (Barcelona, 1908). Retiro espiritual para Comunidades religiosas, del P. Luis Bourdalone (Madrid, 1927) y la que supone un esfuerzo de gran consideración, los veintidós tomos en octavo mayor a que se extienden las Obras completas del P. Fr. Enrique D. Lacordaire, O. P. (Madrid, 1927-29). También ha traducido del italiano la obra de Fr. Fulgencio Cimiliati, Retiro espiritual para religiosos según las doctrinas de Santo Tomás (Madrid, 1932). En cuanto a la obra original, puede verse la relación de los volúmenes publicados al pie de esta información. También debe tenerse en cuenta su colaboración en la Enciclopedia Espasa.
En 1909 le fué encomendada la restauración de la Provincia de Portugal, con residencia en Vianna do Castello. Se encontraba desarrollando sus actividades organizadoras allí cuando la revolución que derrocó la Monarquía al año siguiente le obligó a repatriarse.
Fué después prior del convento de Palencia y desempeñó sucesivamente otros altos cargos dentro de su Orden. “Hombre hábil y firme en Derecho—dice el citado P. Alvarez— ha sabido llamar al orden a superiores jerárquicos con aprobación de la Santa Sede. En los Concilios o Capítulos provinciales que se celebran cada cuatro años, y a los cuales asiste por derecho propio, es ordinariamente elegido actuario, o sea redactor de actas, por su expedición en el manejo del latín.”
En el Capítulo de la Orden celebrado en 1922 se le otorgó la categoría de predicador general. Desde antes, ya disfrutaba otros honores, como el de Misionero Apostólico, título concedido por el papa, y Predicador de Su Majestad, otorgado por Alfonso XIII
Obras publicadas en volumen:
I.—Vida interior de la sierva de Dios Sor Mariana de Santo Domingo Río Soto, religiosa dominica en el Real Monasterio de Madre de Dios, de Sevilla. (Sevilla, 1901.)
II.—Santo Domingo de Guzmán. (Barcelona, 1909.)
III.—Monografía de Santa Juana de Aza, madre de Santo Dominga de Guzmán. (Vergara, 1912; folleto.)
IV.— Obras, predicado en la Capilla Real de Madrid el Viernes Santo de 1914. (Valladolid, 1917; folleto.)
V.—Oración fúnebre pronunciada en las solemnes exequias que se celebraron en la Santa Iglesia Metropolitana de Valladolid el 6 de junio de 1917, en sufragio del Excmo. y Rvdmo. Sr. D, Fr. Fernando Blanco y Lorenzo, de la Orden de Predicadores, obispo que fué de Ávila y arzobispo de Valladolid, con motivo de la traslación de sus restos al mausoleo en el XXXVI aniversario de su fallecimiento. (Valladolid, 1917; folleto.)
VI.—Oración fúnebre pronunciada en las solemnes exequias que se celebraron en la Santa Iglesia Catedral de Oviedo el 3 de julio de 1917, en sufragio del presbítero D. Domingo Fernández Vinjoy, fundador del Asilo de Huérfanos, con motivo de la traslación de sus restos del cementerio de San Pedro de los Arcos a la capilla de dicho Asilo. (Oviedo, 1917; opúsculo.)
VII.—El Purgatorio: I. Evitemos el Purgatorio.—II. Redimámonos del Purgatorio. Capullos de sermón distribuidos en dos novenas, pudiendo servir de meditación o lectura espiritual. (Madrid, 1933.)