Profesor y publicista contemporáneo, fallecido. Aunque natural de Santander, en Asturias, y más concretamente en Gijón, residió la mayor parte de su vida, y en esta villa, que tuvo para él muy caras devociones, creó su hogar en matrimonio con doña Carolina Díaz, nació su hija, la celebrada pintora reseñada anteriormente, y dió en provecho del bien común. generosamente, todo el fruto de su espíritu y de su actividad de educador.

Poco es lo que sabemos de los primeros lustros de su vida. Nada desde el nacimiento en Santander en 1841 hasta que es graduado de ingeniero industrial, especializado en la Mecánica, el 12 de noviembre de 1864.

Muy poco tiempo después debió de pasar a Asturias en el desempeño de algún cargo público, que acaso fué el de fiel contraste de pesas y medidas, desempeñado también más adelante. Residente en Gijón, el 21 de agosto de 1866 es nombrado profesor sustituto de Mecánica industrial del Instituto de Jovellanos, iniciándose así en la disciplina docente a que habría de dedicar en adelante lo más y lo mejor de su vida. Sin embargo, poco más de un año después, el 12 de noviembre del 67, renunciaba a ese puesto. Pero algunos años más tarde, el 25 de septiembre del 76, volvió al profesorado como auxiliar de la misma asignatura. Lo fué también temporalmente en 1878 de Geometría y Trigonometría.

En este mismo año, en septiembre, aprobó en el mismo Instituto los ejercicios del grado de bachiller, y en junio del 82 los de perito químico, Entonces ganó por oposición una plaza de ingeniero pensionado para ampliar estudios de Química en el Extranjero. Poco después de su regreso obtenía, también por oposición, como profesor numerario, la cátedra de Mecánica industrial del mismo Instituto de Jovellanos (agosto de 1883), de la que había sido auxiliar en dos ocasiones.

Desempeñó por esta época otros destinos, entre ellos el ya citado de fiel contraste de pesas y medidas, desde marzo de 1870 a febrero del 84, en que hubo de renunciar a él por incompatibilidad con el profesorado.

A éste quedaron luego consagradas todas sus actividades, A la vez que profesor de esa asignatura por espacio de veintidós años, y celoso de la instrucción popular, contribuyó en 1887 a la fundación de la Escuela de Artes y Oficios, de la que fué organizador de los   talleres y profesor de Matemáticas y de Principios de arte de la construcción. También fué de esta Escuela delegado regio desde marzo de 1892 hasta abril del 94, y corrieron a su cargo los discursos (números 2 al 7) de las sesiones de reparto de premios durante los primeros seis años desde el de la fundación. Al fin, por motivos de salud, se vió obligada a abandonar sus ocupaciones en este centro docente.

Del Instituto fué director en dos etapas: desde el 11 de septiembre de 18095 al 10 de enero de 1902 y del 3 de marzo del año siguiente a 30 de septiembre de 1905. Al fundarse el 5 de agosto de 1899 la Escuela Elemental de Comercio, aneja al Instituto, hubo de asumir también la dirección de ella, que desempeñó hasta que fué suprimida el 30 de septiembre de 1902.

Dejó la dirección del Instituto por haber sido nombrado profesor de Mecánica general y aplicada y de Construcción de máquinas de la Escuela Superior de Industrias de la misma villa, que recogió sus postreras actividades docentes.

Falleció Castillo y Quintana en Gijón en 1912.

La Escuela Superior de Trabajo ha dedicado una lápida como recuerdo y exaltación de la memoria de este benemérito gijonés adoptivo.

Obras publicadas en volumen:

I.—Principios del arte de construcción, (Gijón, 1800.)

II.—Memoria de la Escuela de Comercio del curso 1899 – 1900. (Gijón, 1900.)

Trabajos sin formar volumen: 

1.—La mecánica popular. (En la Revista de Asturias, Oviedo, 1878, números 16, 22 y 29.)

2 al 7.—Discursos. (En las Memorias de la Escuela de Artes y Oficios de Gijón, Cursos 1888 a 1893.)