Arquitecto del siglo XVI, acaso nacido en la aldea de su apellido del concejo de Cangas del Narcea.
Fué maestro mayor en las obras de la catedral de Oviedo, ciudad donde residió habitualmente y en la que gozó de gran predicamento y prestigio, conquistados con el planeamiento y dirección de algunas importantes construcciones, entre las cuales figura la iglesia de estilo gótico del convento de Santo Domingo, incendiada cuando la revolución de octubre de 1934. También fué obra suya el desaparecido acueducto conocido por los Pilares, si bien por la elevación y declive insuficientes de éste tuvo que ser reconstruido por el célebre fontanero montañés Gonzalo de la Bárcena.
Con el mismo plano de la iglesia de Santo Domingo, de Oviedo, empezó a construir en 1553 la iglesia de Cudillero, “una de las mejores del principado de Asturias”, cual se afirma en la obra de Llaguno. No llegó a ver terminada esta obra, pues falleció en Oviedo en el año 1568; pero dejó ordenado en su testamento que la continuara el maestro de cantería Pedro de Orna.