ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

CERUELO DE VELASCO (Juan de la Cruz).

Eclesiástico y escritor de asuntos histórico – religiosos. Hombre modesto al extremo de no estampar su nombre al pie de los trabajos publicados, sustituyéndolo por las formas de Un Curioso Capitular y Un Antiguo Capitular.

Aunque palentino de origen, se le considera y se consideraba él mismo asturiano, por su larga permanencia en Asturias hasta su fallecimiento y por sus devociones.

Nació don Juan de la Cruz Ceruelo de Velasco en Palencia el 24 de noviembre de 1788. Durante sus estudios elementales y de preparación de la carrera eclesiástica dió pruebas de precoces aptitudes para los estudios, exteriorizadas en vocación por la poesía. A los catorce años entró al servicio en calidad de familiar del obispo de Zamora, señor Carrillo Mayoral, bajo cuya protección comenzó los estudios de Teología, estudios que fueron interrumpidos por la invasión francesa de 1808, contra la que se vió en el deber de tomar las armas por todo el tiempo que duró esa gesta nacional.

Acabada la guerra de Independencia, volvió a su destino y estudios y acabó rápidamente la Carrera eclesiástica. Fallecido su protector, regresó a Palencia, donde le dispensó apoyo el obispo de esa diócesis, señor Almonacid.

Muy poco después (1815), designado para obispo de Oviedo su tío señor Ceruelo de la Fuente, pasó con éste a la capital de Asturias como secretario de cámara. Oviedo fué desde entonces el lugar de su residencia. En su Universidad completó los estudios de Teología con los grados mayores de licenciado y doctor, y, entretanto, fué profesor sustituto por algún tiempo en 1816.

Cuando la revolución constitucionalista de 1820 siguió al tío en el exilio por tierras de León y Castilla, con residencias en el propio León, en Benavente, Palencia y Valladolid. Al ser repuesto el primero en el obispado, a favor de la reacción absolutista de 1823, también él regresó a Oviedo y a su cargo. Hizo entonces oposiciones a la canonjía vacante con dignidad de penitenciario, que obtuvo y desempeñó durante muchos años. También desde entonces volvió a sus actividades de profesor en la Universidad, de la que fué vicerrector en 1825, y seguidamente, desde ese año al 27, rector, puesto desde el que supo conquistar el aprecio de sus compañeros de Claustro. En 1828 obtuvo el nombramiento de prior de la diócesis.

Su ideología política, acentuadamente reaccionaria, le dejó en situación peligrosa a la muerte de Fernando VII. Lejos entonces de suavizar sus opiniones, hizo gala de ellas, más exacerbadas, y esto le puso en el trance, en 1834, de tener que desterrarse para esquivar amenazas y persecuciones. Diez años duró esta ausencia de la tierra que consideraba como país natal. Encalmada la furia antiliberal, y al socaire de una situación política más favorable, un tanto olvidadas ya sus destempladas actitudes, regresó a Oviedo y a su cargo de prior en 1844, Desde entonces vivió consagrado al ministerio religioso y a sus estudios predilectos, ajeno a los vaivenes de la política.

Fué hombre muy entendido en materias de historia y arqueología. Desarrolló una labor inteligente en el rico Archivo de la catedral, del que le fueron conocidos todos los secretos, y fruto de ese esfuerzo es cuanto se conoce escrito por él, Se supone que ha dejado manuscritos otros trabajos, además de los publicados que se anotan al pie de esta información. También dedicó actividades y entusiasmos a la mejora material de la Basílica y propendió en la medida de sus fuerzas a elevar el nivel moral de sus convecinos, que él consideraba paisanos.

Estuvo condecorado por el Gobierno francés con la Flor de Lis.

Falleció Ceruelo de Velasco, ya en edad nonagenaria, que le impedía salir a la calle, en 1882.

 

Obras publicadas en volumen:

— Apuntes históricos y descriptivos de la Santa Basílica de Oviedo, por un curioso capitular. (Oviedo, 1872; trabajo publicado como anónimo.)

—Revista histórico-iconográfica de la Santa Iglesia Basílica de Oviedo, por un antiguo capitular. (Oviedo, 1879; obra publicada como anónima.)

 

Referencias biográficas:

J. A. A. (Justo Alvarez Amandi).—Una necrología. (En el diario El Carbayón, Oviedo, 10 de mayo de 1882.)