Médico y escritor contemporáneo. Nacido en Villaviciosa el 16 de enero de 1877. Descendiente de distinguidas familias asturianas por matrimonio de don Guillermo de la Concha Llera, con casa solariega en La Torre de Nevares, y doña Maximina Garcia-Ciaño y García-Argüelles, con casa solariega en La Cabezada de Blimea (San Martín del Rey Aurelio).
Cursó Carlos de la Concha la instrucción elemental y la segunda enseñanza en Villaviciosa, con exámenes en el Instituto de Jovellanos, de Gijón, hasta graduarse de bachiller en 1892. Seguidamente emprendió la carrera de Medicina en Santiago de Compostela, que concluyó con el título de licenciado en 1899.
Facultado para la profesión de médico, empezó a ejercer de tal en las minas del Coto del Musel, del concejo de Laviana, donde permaneció hasta que en 1904 se le confirió el cargo de médico titular de la villa natal, que continúa desempeñando actualmente (1935).
Desde su regreso a Villaviciosa, donde contrajo matrimonio el 27 de mayo de 1912 con doña Asunción Martínez Pando, su vida ha transcurrido en esa villa, dedicándole las actividades profesionales y sus entusiasmos ciudadanos en un deseo de progreso colectivo.
Desde sus años de estudiante en Santiago de Compostela ha venido desarrollando, aunque sin gran fecundidad, ejercicios de escritor y conferenciante. Podría recordarse de aquella primera época una Zarzuela incompleta, en verso, con música de un periodista santiagués, de apellido Tafall. Posteriormente ha colaborado como poeta en bable y cronista en castellano en numerosos periódicos locales, provinciales y alguno que otro de Madrid y de las repúblicas hispanoamericanas. También los temas profesionales le dieron motivos para lucimiento de escritor, sobre todo con una serie de artículos de vulgarización sobre higiene popular, después del Congreso Antituberculoso de Barcelona. Con temas afines ha desarrollado actuaciones de conferenciante en el Ateneo Obrero de la villa natal, en el de igual nombre de Gijón y otras entidades culturales de la provincia.
Del Ateneo de Villaviciosa es uno de los fundadores y de los que más valioso concurso aportaron a su florecimiento, sobre todo en el empeño de dotarlo de casa propia, que fué inaugurada bajo su presidencia con una gran fiesta llamada Día de los Americanos, y con cuyo motivo leyó una de sus mejores composiciones en bable, con el título de Un recuerdo, que figura en el volumen anotado más abajo. En ese mismo volumen figura también otra composición de anuncio de sidra achampanada, de la que la casa anunciadora había hecho una edición de cincuenta mil ejemplares.
También ha dedicado a la política sus actividades de escritor y conferenciante, y en artículos y discursos ha hecho gala de sus ideas cristianas y sus tendencias marcadamente derechistas. Poco después de instaurado el régimen republicano dió al público en El Siglo Futuro, de Madrid, una crónica intitulada ¿Esto es la República?, que fué comentada y discutida. Es propagandista católico y miembro de Acción Popular, en Villaviciosa ha dado varias conferencias, leído poesías y otros trabajos.
Viene laborando por las ideas de religión, patria y orden en el periódico de Villaviciosa Orientaciones desde su fundación, a la que contribuyó con otros elementos conservadores.
Sus trabajos literarios suele firmarlos con el nombre y primer apellido solamente. En la antología Los nuevos bablistas, de E. Gra. Rendueles figuran composiciones suyas.
Obras publicadas en volumen:
I.—Ensueños y añoranzas. (Méjico, 1923; folleto que contiene siete composiciones en bable, editado por sus conterráneos residentes en Méjico.)