Religioso dominico, nacido en 1738 en Santa Eulalia (Cabranes).

Tomó el hábito y profesó en la Orden de Santo Domingo en el Colegio de Santa Cruz la Real (Segovia). Poco tiempo después, llevado por el deseo de marchar a las misiones establecidas en Oriente, pasó dentro de la misma comunidad a la provincia del Santísimo Rosario, y se le destinó al archipiélago de Filipinas. Tenía entonces veintitrés años, con cinco de profesión dominica.

Ya en Filipinas, trabajó en las misiones establecidas en los concejos de Dupax y Aritao, de la provincia de Nueva Vizcaya, isla de Luzón, en las que levantó un convento y una iglesia y prestó eminentes servicios a la Orden y a la causa de la civilización en aquellos parajes. Hacia 1765 pasó como residente al convento de Manila, para volver poco después a sus tareas misioneras en la provincia de Bataán, y algo más tarde fué vicario en la isla de Sámar.

Por los méritos acumulados sobre él, en sus demostradas aptitudes de mando y gobierno, se le elevó al rango de provincial.

Años después. en 1786, pasó a las misiones de China con el cargo de procurador. Residió primeramente en Macao, y luego en Tung-kin, hasta que en 1806 regresó a Filipinas.

Le fué encomendada entonces la vicaria del convento de San Juan del Monte, en Manila, en cuyo puesto dejó de existir el 4 de marzo de 1813.

De sus actividades de escritor no se tienen más noticias que la del manuscrito siguiente.

Obras inéditas:

—Relación acerca de los igorrotes; sus minas de oro, etc. (MS. en 158 páginas.)