ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

COSSIO (Román).

Sacerdote y escritor contemporáneo. No ha nacido en Asturias, pero ha vivió vinculado por los sentimientos lo mejor de su vida a nuestra región, y, sobre todo, las circunstancias de su muerte, víctima de la revolución de octubre de 1934, le unen a la historia de la tierra adoptiva con fuerza que reclama para él un puesto en esta obra.

Nació este sacerdote en la parroquia de San Miguel de Cossio (Santander) el 10 de marzo de 1883, hijo de labradores, don Evaristo de ese apellido y doña María Gómez.

“Desde pequeño—dice su biógrafo, don Pedro González Ludeña—se distinguió por su piedad y creciente amor al estudio. Era de inteligencia despierta y ágil, memoria tenaz y nada presuntuoso. Previa la incorporación de tres años de Latín, que estudió particularmente, cursó como interno en el Seminario Conciliar de Santander el cuarto de Latín, tres de Filosofía y cuatro de Teología, obteniendo la calificación de Meritissimus en todos los años y asignaturas. Después del cuarto año de Latín ganó por oposición una beca que disfrutó hasta terminar la carrera; y durante la misma tomó parte con brillantez en diversos actos académicos y fué bibliotecario del Seminario los dos últimos años.”

Ordenado de presbítero el 21 de septiembre de 1907, en octubre siguiente se le designó ecónomo de la parroquia de San Pelayo, de La Hermida (Santander), cargo que desempeñó unos dos años y medio. En abril de 1910 alcanzó en propiedad la parroquia de San Nicolás de Sámaco, quedando a la vez encargado de la de San Andrés de Montealegre, ambas en la misma provincia, y al frente de las cuales permaneció menos de un año, por haber alcanzado por concurso general de la diócesis  ovetense la admisión para el ejercicio de párroco en Asturias.

Desde los tiempos de seminarista comenzó a cultivar las letras, en verso y en prosa, como colaborador de algunas publicaciones católicas, afición que continuó en las horas libres de su ministerio eclesiástico.

Su asiento en Asturias data de enero de 1911, fecha en que se hizo cargo de la parroquia de Santa Eulalia, en Onís, al frente de la cual permaneció cerca de ocho años, generalmente estimado por las cualidades de saber y bondad que le adornaban. En Onís su vocación literaria cobró nuevos vuelos, y fundó y sostuvo ¡por espacio de siete años, hasta su trasladó a Oviedo, el semanario El Candil, escrito casi totalmente por él en defensa y difusión del Catolicismo, y frente al cual se publicó para combatirle otro periódico bajo el título de Aceite para el Candil, sin que le arredraran los ataques.

El 16 de agosto de 1919 tomó posesión mediante concurso de la parroquia de Santa María la Real de la Corte, de Oviedo, al frente de la cual permaneció hasta su muerte.

Durante esta larga etapa de su vida completó los estudios con los grados de bachiller y licenciado en. Sagrada Teología, obtenidos en la Universidad Pontificia de Santiago de Compostela los días 30 y 31 de mayo, respectivamente, de 1921. Posteriormente hizo oposiciones a canonjías, dos veces en Santiago y otras dos en Oviedo, consiguiendo la aprobación de los ejercicios con altas calificaciones.

Entretanto, en Oviedo desempeñaba diferentes cargos afines a su profesión, como los de director de la Orden Tercera de San Francisco y otras cofradías, vocal de la Junta diocesana de la Buena Prensa y de la Asociación Ovetense de Caridad, párroco consultor, vocal de la Unión Misional del Clero, confesor extraordinario de las Agustinas recoletas, juez sinodal y otros.

A sus deberes parroquiales propiamente dichos asociaba otras actividades de orden social, como la organización y dirección de algunas peregrinaciones a lugares de devoción en Asturias y una de ellas a Limpias (Santander). Con la palabra, como orador sagrado, y con la pluma contribuía también al sostenimiento y propagación de la fe. Colaboró en diversas publicaciones, casi todas religiosas, entre ellas El Mensajero Seráfico, de Madrid, y el Boletín Oficial Eclesiástico, de Oviedo. Dió también al público devoto el folleto anotado más abajo, y publicó además, como propaganda catequística, dice el citado González Ludeña, “un sistema de vales que sirve a la vez para rifas y para cambio en el comercio. Consiste en pliegos, cada uno con 96 papeletas numeradas (del 1 al 96) y precedido de una letra, la misma para las papeletas del mismo pliego. Veintiséis pliegos, desde la A hasta la Z, forman una serie o colección con 2.496 papeletas o vales. Se han impreso series o colecciones distintas por el color del papel. Cada papeleta lleva un verso sencillo que sirve de instrucción y de cántico. En 102 estrofas distintas (dos pliegos) se incluye todo el Catecismo”. Pero la principal labor de su pluma la ha recogido en sus últimos años el periódico Hoja Parroquial, que comenzó a publicar bajo su dirección en enero de 1927.

Al estallar la revolución socialista en octubre de 1934, don Ramón Cossío no dejó de atender en los primeros días a los deberes parroquiales, aun cuando estaba Oviedo asediado primero y dominado después por los revolucionarios. En la mañana del día 9, al quinto de la insurrección, fué detenido en la casa contigua a la suya y conducido a la Inspección de Vigilancia, convertida en cuartelillo, y de aquí, el día 11, al edificio del Instituto de Segunda Enseñanza. Cuentan que se mantuvo íntegro y valeroso frente a los malos tratos de palabra y obra recibidos de los revolucionarios. El mismo día de la voladura del Instituto, el 13, fué muerto de varios tiros. Recogido su cadáver por los camilleros de la Cruz Roja días después, se le dió sepultura en  el cementerio de San Pedro de los Arcos.

 

Obras publicadas en volumen:

I.—Lo leeré, lo meditaré y me resolveré. (Oviedo, 1920; folleto de propaganda a la Orden Tercera de San Francisco.) 

 

Trabajos sin formar volumen:

1.—La Hoja Parroquial: Cartas a un cura que no está convencido.(En el Boletín Oficial Eclesiástico, Oviedo, 1928; cuatro artículos.)

2.—¿Debo de ser terciario? (En la revista El Mensajero Seráfico, Madrid, septiembre a noviembre de 1934; cuatro artículos, el último de ellos póstumo.) 

 

Referencias biográficas:

González Ludeña (Pedro). —Un sacerdote ejemplar: Don Román Cossio Gómez, inolvidable párroco de Santa Maria la Real de la Corte, asesinado por los revolucionarios en Oviedo Cl 13- X – 1934. (Oviedo, 1935; folleto.)