ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

DELBROUCK (Aurelio).

Escritor contemporáneo, fallecido, oriundo de Bélgica, hermano del reseñado a continuación. Aunque sea la faceta de escritor la que haya dejado de esta personalidad rastro más ostensible, su dedicación a la enseñanza fué lo que en vida le conquistó las más cálidas devociones, particularmente de cuantos aprovecharon su inteligencia y su saber para la propia instrucción por espacio de más de siete lustros en Sama de Langreo, villa donde residió lo más y lo mejor de su vida, por lo que se le ha considerado allí siempre como a uno de los más ilustres langreanos.

Nació Aurelio Delbrouck en Ciaño Santa Ana (Langreo) el 27 de julio de 1865. Fueron sus padres el ingeniero belga industrial y de minas don Agustín Delbrouck Tririon y doña Eladia Garcia-Ciaño y García-Argüelles, Su primera infancia transcurrió en la casa solariega de la madre, conocida por La Cabezada, en la aldea de Blimea (San Martín del Rey Aurelio), trasladándose luego con su familia a Gijón, donde el padre instaló por entonces una fábrica de aglomerados.

Aprendió las primeras letras con su madre y completaron los primeros estudios algunos profesores particulares, con los que cooperó el propio padre. Fué luego alumno del Colegio Jovellanos y siguió la segunda enseñanza en el Instituto de ese mismo nombre hasta graduarse de bachiller en 1881.

Llegado el momento de elegir carrera, optó por la de ingeniero, y se trasladó a Bélgica, donde siguió, en la Escuela de Lieja, la de ingeniero de artes y manufacturas, y quedó facultado para el ejercicio de ella en 1887.

En esta época de estudiante en Bélgica se exteriorizó su latente vocación literaria. La posesión de conocimientos superiores, los viajes por todo el territorio belga, por Alemania, Holanda y Francia, con algunas permanencias en París, y la favorable disposición espiritual   para los ejercicios literarios, Se concertaron para que diera los primeros frutos de escritor como poeta, como cronista de viajes y aun como tratadista de temas científicos en publicaciones profesionales.

Esta afición literaria ya no le abandonó en el transcurso de su vida.

Concluida la carrera, volvió a residir en Gijón, aunque por escaso tiempo, pues en 1888 se trasladó a Laviana en funciones de ingeniero de unas minas de hulla que poseía su familia, y al frente de las cuales estuvo hasta 1892. Pero sus vastos conocimientos científicos, más dispuestos para la especulación intelectual que para las actividades prácticas, dieron entonces su mejor fruto en asiduas colaboraciones de El Comercio, de Gijón, donde sostuvo una sección bajo el título de Variedades científicas con los seudónimos de A. D. y Ligwe; otra intitulada Revista general que firmaba con la letra X, y la denominada Notas de todas partes con la firma de Cosmopolita, además de otros trabajos que firmaba con su nombre y apellido. Esa inclinación intelectual le llevó en 1893 a abandonar la ingeniería y a la aceptación del requerimiento de su antiguo profesor don Juan Manuel Álvarez Miranda, que dirigía en Sama de Langreo el Colegio de San Luis Gonzaga para que le acompañara en las tareas pedagógicas. 

Desde esa fecha citada residió hasta su muerte en Sama de Langreo, rodeado de admiraciones y estimaciones generales, extendidas a la provincia, que no bastó la  muerte para enfriarlas. En esa villa formó su hogar en matrimonio con doña María Luisa Nart y Fernández-Campa, contraído el 9 de mayo de 1900, y en ella y para ella dió todo el rendimiento de su clara inteligencia y extenso saber.

Lo mejor de su espíritu, después de avecindado en Sama de Langreo, lo entregó a la enseñanza en el citado Colegio, que, años después, en el de 1899, pasó a su propiedad y dirección bajo el nombre de Centro de Instrucción. En él explicó diversas asignaturas, pero con mayor predilección aquellas que eran más dilectas a la dualidad de su intelecto: las ciencias físico-químicas y naturales y literatura e idiomas. “A pesar de las ventajosas ofertas recibidas — nos dice su hijo don José María — para ponerse en otras poblaciones al frente de importantes centros de enseñanza, prefirió continuar en su Colegio de Sama de Langreo hasta que le sorprendió la muerte. Cuatro días antes, todavía, explicaba a sus alumnos las lecciones correspondientes a diversas disciplinas.”

Ya dedicado a la enseñanza, su pluma se sintió más inclinada a los temas literarios, aunque sin abandonar totalmente los de divulgación científica. La crónica y la poesía, particularmente la poesía en bable, tenían sus preferencias. Sin abandonar la colaboración de El Comercio, escribió asiduamente para periódicos locales y revistas anuales, con motivo de festejos, editadas en Sama, figurando entre los primeros El Porvenir de Langreo (1904-7) La Montera, semanario fundado por él en 1912; El Eco de Langreo (1915), en el que redactaba la sección Golpes de pluma, además de otras colaboraciones; la revista Langreo, de la que fue propietario y único redactor (1921), y El Nalón, en su primera época (1920-22). También escribió a menudo para El Noroeste, de Gijón, en la floreciente época de este diario dirigido (1914) por su hermano Benito. Y llevó sus escritos a otros periódicos democráticos de Asturias, entre los que cuenta La Aurora Social, de Oviedo. Más  que su nombre, solía usar seudónimos. Además de los anotados anteriormente, ha empleado los de Ultrico de Belkauro, Lin del Carbayo, Lin de Cuetos y Lin de Lada, este último, que era el favorito, empleado más frecuentemente para sus composiciones en bable. Dejó además algunas producciones en volumen, como puede verse más abajo, frutos dos de ellas de sus actuaciones oratorias. También tuvo ocasiones de lucir sus habilidades como dibujante de trazo seguro y fino.

A sus brillantes dotes de profesor y publicista unía un vivo entusiasmo para toda empresa cultural o benéfica, favorecido por un gran sentido organizador y notables facultades oratorias, de lo cual guardan los anales de Sama de Langreo sin su cooperación. Organizó y abrillantó con su participación personal el tercer Centenario (1905) de la publicación de la primera parte del Quijote; realzó con su palabra ilustrada y elocuente los homenajes rendidos a don Antonio María Dorado (1915) y don Luis de Adaro (1918), la clausura del Certamen del Trabajo celebrado en La Felguera en 1923, la Fiesta del Árbol llevada a cabo en las praderas del Nalón en 1924 y otras celebraciones parecidas. La cruzada cultural desarrollada por la Extensión Universitaria a comienzos del presente siglo tuvo en él, por lo que respecta a la comarca de Langreo, un excelente propulsor. Bajo su presidencia, el orfeón de la laureada Sociedad Musical Obrera alcanzó en 1906 un triunfo memorable en Gijón. En 1910 fundó en Sama la Sociedad de Instrucción Popular, dedicada a la enseñanza nocturna gratuita de obreros. Figuró entre los más entusiastas fundadores de la Sociedad cultural La Montera (1912), a la que supo dar auge bajo su presidencia. Presidió asimismo la Comisión local de la Cruz Roja Española y la agrupación política Fraternidad Republicana. Últimamente presidió también la Comisión Organizadora (1924) del Ateneo Popular, del que fue designado presidente al constituirse legalmente esa institución, a la que él favoreció con importantes donaciones de libros. 

Tal fue , dicho sucintamente, el desarrollo de esta vida durante los treinta y siete años de su permanencia en Sama de Langreo, hasta su fallecimiento, ocurrido el 27 de enero de 1929. 

Por su extremada modestia jamás se pudo conseguir que estuviera propicio a recibir homenajes de alumnos y admiradores; pero valió por todos los tributos de esa índole el que le rindió con su dolor el pueblo entero de Sama acompañando sus restos al cementerio, cortejo en el que participaron representaciones de numerosas entidades regionales. El Ayuntamiento de Sama puso su nombre a una calle céntrica de la villa y contribuyó, así como todo el vecindario, a la erección del monumento que se yergue en el Parque del Dorado, a iniciativa del Ateneo Popular.

 

Obras publicadas en volumen:

I.— Escuelas públicas de Langreo (Sama, 1905; folleto editado por el Ayuntamiento.)

II.—Conferencia en “La Juventud de Ciaño” (Sama, 1906)

III.— Discurso en el homenaje a D. Luis de Adaro. (Madrid, 1918)

 

Referencias biográficas:

Alas Argüelles (Leopoldo).— Don Aurelio Delbrouck. (En Vida Langreana, Sama, 18 de abril de 1931.)

Anónimo .— Honrando a D. Aurelio. (En ídem, 25 de abril de 1931.)

Ex-alumno (Un).— Aurelio Delbrouck y el agradecimiento a su labor pedagógica en Langreo. (En El Noroeste, Gijón, 14 de febrero de 1929)

Fernández (Julio). — Nuestra opinión sobre el justo homenaje póstumo que se proyecta rendir a la persona que en vida se llamó D. Aurelio Delbrouck y García Ciaño. (En Portfolio literario, La Felguera, 1929.)

Loredo Aparicio (José).—Aurelio Delbrouck y su labor pedagógica en Langreo. Un duelo de labores y esperanzas, (En El Noroeste, Gijón, 6 de febrero de 1929.)

Ramos (Gervasio).–Los hombres y su obra: D. Aurelio Delbrouck. (Portfolio literario, Sama de Langreo, 1929.)

Varios.—Necrologías. (Toda la prensa diaria de Asturias del 29 de enero de 1929.)

ídem.—Reseñas de la velada necrológica organizada por el Ateneo Popular de Sama de Langreo. (Prensa diaria de Asturias del 25 de mayo de 1929.)

ídem.—Reseñas de la inauguración del monumento en el Parque de Dorado de Sama de Langreo. (Prensa diaria de Asturias del 21 de abril de 1931.)