ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

DIAZ DEL RIEGO (Edmundo).

Uno de los periodistas asturianos de más enjundia, prestigio y fama que tuvo Asturias en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX. Sus artículos, campañas y polémicas en favor de los intereses verdaderos y legítimos de Asturias suponen una enorme producción y fueron muy comentados y aplaudidos, dentro y fuera de la región, conquistándole una gran respetabilidad. Además de su amor a la justicia, le distinguía como escritor su vena humorística, que rivalizaba con otros dos escritores asturianos coetáneos suyos no menos buscados y admirados: Agustín Braveo (Roque) y Juan Bances Conde (Pepe Garcia). Nació Edmundo Díaz del Riego en Muros del Nalón en el año 1871, hijo de don Celedonio y doña Teresa de esos respectivos apellidos. 

Después de cursar en la villa natal los estudios primarios, durante los cuales permitió apreciar una esclarecida inteligencia, se trasladó a Gijón, donde estudió el bachillerato, alumno del Instituto de Jovellanos bajo la dirección de Su tío y profesor de ese centro de enseñanza don Benjamín del Riego y Fernández Vallín.

No siguió ninguna carrera universitaria, porque su vocación literaria y periodística le colmaba el Porvenir, Desde muchacho, estudiante de bachillerato, comenzó 4 colaborar en diversos periódicos asturianos, en los que junto al artículo en que apuntaba el polemista temible que fué, aparecían el Cuento y hasta la composición poética. Residente en Oviedo y con sólo veintitantos años de edad, el diario El Carbayón le confió su puesto de redactor-jefe.

Poco después (1897) fundó en la villa natal la revista ilustrada El Nalón, a la que atrajo como Colaboradores a muchos de los más ilustres escritores asturianos de entonces y otros de fuera de la región, y que tuvo durante algunos años una gran acogida en la provincia y las colonias asturianas de   América. Más tarde, ya casado en Cudillero (1901) con doña María Victoria Marqués, transformó la citada revista (1904) en La Ilustración Asturiana, que continuó publicando en Muros con mejores elementos tipográficos y a favor de los cuales fué una de las publicaciones más bellas que se han publicado en Asturias como exaltadoras de la región.

Edmundo Díaz del Riego, “por su carácter resuelto y por su arraigado amor a Asturias—nos dice su sobrino don Filiberto Díaz Flórez—, figuró siempre en la vanguardia de todo movimiento que tuviese por finalidad la defensa de los intereses económicos, artísticos  o culturales de la región. Se distinguió como hábil y enérgico polemista, siendo memorables sus campañas en defensa de los intereses asturianos. Aún se recuerdan las sostenidas en pro de la repoblación fluvial y de la moralidad administrativa, de gran resonancia en los ámbitos ministeriales y que dieron lugar a la adopción de enérgicas medidas muy beneficiosas para los intereses generales del país. El ferrocarril de Cangas de Tineo y el estratégico de Ferrol a Gijón, que entonces parecía un sueño, tuvieron en Edmundo un entusiasta paladín, que casi a diario razonaba en la prensa, en inolvidables artículos que salpicaba de fino humorismo, la conveniencia de aquellas obras, sus artículos de carácter político, razonados y contundentes, eran siempre, no obstante, respetuosos con las personas, a pesar de lo cual, por la exaltación de las Pasiones, no pudo evitarse en algún caso que surgiese la cuestión personal, resuelta en el terreno de las armas”.

El escaso fruto que siempre dieron las letras obligó a Edmundo Díaz del Riego a dedicar algunas actividades a ocupaciones de carácter industrial, en los que la fortuna no acompañó a la voluntad y la inteligencia puestas en ellos. Entre otros negocios figura el de una fonda conocida por “El Brillante”, que tuvo establecida en San Esteban de Pravia.

En los últimos años de su no larga vida fundó bajo su dirección en Oviedo el diario La Opinión Asturiana, que continuaba dirigiendo cuando le sorprendió la muerte, a los treinta y ocho años de edad, en Cudillero, el 24 de septiembre de 1909.