ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

DIAZ ORDOÑEZ Y ESCANDON (Salvador). 

Una gloria legítima del generalato español. Supo juntar la actividad guerrera hasta dar su vida por la patria y el estudio que la llevó a florecer como un hombre de ciencia eminente, Fué tal vez el artillero más distinguido y famoso de su época por el talento inventivo aplicado al progreso científico de la Artillería. Entre los varios sistemas de cañón que ha inventado y que llevan el nombre de Ordóñez como homenaje a su talento, figura uno de descomunales proporciones para el tiempo en que fué construído, enviado a Cuba cuando la guerra separatista que dió la independencia a esta isla. Pesaba 44 toneladas, tenía una longitud de 9,65 metros y un calibre de 30 centímetros. Fué tal la celebridad del cañón Ordóñez en Cuba, que se hacía referencia a él siempre como término de comparación popular para significar la máxima fortaleza moral o física de personas y Cosas.

Sobre el nacimiento Y la muerte de Salvador Díaz Ordóñez se anotan repetidamente fechas equivocadas: las de 1850 y 1909, respectivamente. Nació en Oviedo el 15 de marzo de 1845 y murió en Melilla, en circunstancias que se atan más abajo, el 14 de octubre de 1911. Fueron sus padres don Avis tor DÍAZ Ordóñez y Suárez Miranda y doña Antonia Escandón y Sué. Vivió célibe. Es hermano del catedrático don Victor reseñado a continuación.

Hechos en la ciudad natal los estudios preparatorios para seguir la carrera de las armas e inclinado por la de Artillería, ingresó en el Colegio de Segovia el 20 de septiembre de 1859, con poco más de catorce años de edad, y no justamente el día en que cumplía los dieciséis años (15 de marzo de 1861), como se ha dicho y repetido. Del Colegio de Segovia, donde hizo los estudios con gran brillantez, pasó a la Escuela de Aplicación promovido como subteniente alumno en julio de 1863 y luego a teniente en diciembre del 65. Con esta categoría prestó servicios en varios regimientos, y al ser disuelto y organizado, bajo la primera República, el Cuerpo de Artillería ingresó en él también como teniente el 1 de octubre de 1873 y fué ascendido a capitán.

Entre los destinos desempeñados anteriormente figura uno en la Fábrica de Armas, de Trubia (1870-71), donde más adelante habría de desarrollar con espléndido fruto sus grandes conocimientos científicos y su talento. Después de reorganizado el Cuerpo volvió a dicha Fábrica con categoría de comandante adquirida por «méritos de guerra, al finalizar el año 1878, y en ella permaneció hasta su ascenso al empleo efectivo de comandante en enero del 84, fecha en que se le destinó al mando de tropas en la Escuela Central de Tiro de Artillería y en la Dirección general del Cuerpo. La categoría de comandante por méritos de guerra le había alcanzado con la participación como capitán en varios hechos de armas contra los carlistas en la campaña del Norte, que consolidaron su reputación de soldado valiente; después, en Trubia, supo conquistar los primeros jalones de su fama con el desarrollo teórico y práctico de su inventiva en la construcción, emplazamiento y carga de cañones, de obuses y de grúas.

Sus colaboraciones en el Memorial de Artillería y las publicaciones sueltas, así como las pruebas felices de los artefactos de su invención, dieron aún más relieve al aspecto científico de su personalidad del que tenía como militar en campaña.

En diciembre de 1887 se le destinó de nuevo a la Fábrica de Trubia. Esta vez permaneció aquí más de siete años, en cuyo tiempo ascendió (enero de 1820) a teniente coronel. Entonces su ciencia y sus proyectos se coordinaron en todo un sistema de artillería para defensa de plaza y costa. Quedaron adoptados oficialmente seis tipos de cañón y cuatro de obuses, todos los cuales, entre ellos el aludido al comienzo de este estudio, llevan el nombre de su inventor. Su fama estaba ya totalmente consolidada y había trascendido las fronteras nacionales. Entre los numerosos trabajos técnicos y científicos salidos de su pluma por esta época, figura uno (número VII) muy elogiado sobre la organización y progresos a introducir en la Fábrica de Trubia. Dejó nuevamente la Fábrica de Cañones, de Trubia, en febrero de 1895, por haber sido destinado como comandante del Arma y director del parque de Tarifa, puesto que desempeñó hasta finalizar ese mismo año y que le dió nueva ocasión para lucir como escritor sus vastos conocimientos profesionales con trabajos como Apuntes para la defensa de la bahía de Algeciras (número 3).

A petición suya, en calidad de voluntario, pasó en enero de 1896 a la campaña que se sostenía en Cuba desde el 94 contra los insurrectos que luchaban por la independencia de la isla, y tomó brillante participación en varios encuentros con el enemigo en tierras de las provincias de Santa Clara y Pinar del Río y en otros lugares. Ascendido a coronel, a comienzos de 1898, dirigió el artillado de Santiago de Cuba. Destinado a la defensa de esta plaza, en la defensa contra los ataques de los norteamericanos resultó herido. Refugiados los defensores en la llamada Loma de San Juan, próxima a esa ciudad, volvió a ser herido, esta vez de gravedad que le obligó a hospitalizarse. Por este hecho de armas le fué concedido el ascenso a general de Brigada. Al ser dado de alta en el hospital, ya la isla había dejado de ser española, y regresó a España en agosto de 1898.

En marzo del año siguiente se le adjudicó un puesto de miembro de la Comisión de Defensa del Reino y poco después volvió a destinársele a la Fábrica de Trubia, donde prosiguió sus estudios y trabajos artilleros.

Posteriormente desempeñó diversos cargos siempre al servicio de su Cuerpo armado, tales como vocal de la Junta Consultiva de Guerra (1901), gobernador militar de la provincia de Huesca y plaza fuerte de Jaca, hasta 1904; Comandante general de Artillería de la primera región desde enero de ese año y presidente de la Junta Facultativa; director de la Escuela Nacional de Tiro en 1905; subinspector de Artillería del primer Cuerpo de ejército en el año siguiente, y vocal de la Inspección General de Industrias en 1907. Ascendido en marzo de 1908 a general de División, se le nombró poco después (junio) gobernador militar de Murcia y plaza fuerte de Cartagena. En el desempeño de este destino continuaba cuando solicitó pasar como voluntario (1911) a la campaña de Marruecos. Premiado en el mes de abril de ese año Con la Gran Cruz del Mérito Naval Con distintivo blanco, galardón que Se vino a sumar a las numerosas condecoraciones que ya ostentaba, entre ellas la Gran Cruz de San Hermenegildo, salió para Marruecos en el mes de mayo a ponerse al frente de la División que guarnecía la plaza de Melilla.

Resuelto y valiente como en los años mozos, no obstante contar sesenta y seis años de edad, fué a encontrar la muerte en las ásperas tierras de Marruecos en el cumplimiento del deber. Ugarte refiere de este modo la muerte inesperada del glorioso general Ordóñez: “Cuando el 14 (de octubre) atacaron los rifeños la (posición) de Izmarufen, Ordóñez mandó preparar su caballo para acudir allí desde Ishafen, donde se encontraba, pero, antes de montar, fué herido tan gravemente que, al ser trasladado a Rasel-Medua, falleció sin haber apenas hablado, a las ocho de la noche, cuatro horas después de haber sido herido.”

El Gobierno español concedió los honores, dos meses después de la muerte del general Ordóñez, de ascenderle a teniente general. Además de numerosas condecoraciones españolas poseía la encomienda de la Legión de Honor, de Francia, y había sido declarado benemérito de la patria.

 

Obras publicadas en volumen:

I.—Pólvoras progresivas y cañones modernos. (Madrid, 1881.)

II.—Montaje de plaza y costa para el cañón proyectado de 15 centímetros. (Madrid, 1882.)

III. —visita a varias fábricas de cañones, (Madrid, 1883.)

IV.—Informe sobre la pólvora parda, (Madrid, 1885.) 

V.—Proyecto de una fábrica de pólvora en Toledo. (Madrid, 1886.) 

VI.—Grúas de 60, 30 y 8 toneladas. (Madrid, 1886.)

VII. —Defensa de las costas con fuegos curvos. (Madrid, 1888.)

VIlI.—La Fábrica de Trubia en 1892. (Gijón, 1892; trabajo reproducido en El Carbayón, de Oviedo, 9 al 11 de enero de 1895.) 

 

Trabajos sin formar volumen:

1.—Recepción de hierros en Trubia. (En el Memorial de Artillería, Madrid, 1883, serie 3, tomo VII.)

2.—Pruebas con cañones y obuses de 21, 24 y 30,5 cms., sistema Ordóñez, verificadas en Trubia y Gijón en junio y julio de 1891. (En ídem, 1891, serie 3, tomo XXIV.)

3.—Apuntes para la defensa de la bahía de Algeciras, (En ídem, 1895, serie 4, tomo IV.)

4.—A la memoria del teniente coronel Ferrer, (En ídem, 1896, serie 4, tomo VI.)

5.—Proyecto de O. (obuses) de Ac. (acero) de 24 y 30,5 cms. (En ídem, 1900, serie 4, tomo XIII.)

6.—Un nuevo trabajo de Noble. (En ídem, octubre de 1905.) 

 

Referencias biográficas:

Pardo Bazán (Emilia).—El general Ordóñez. (En El Carbayón, Oviedo, 19 de diciembre de 1911.)

Redacción (La).—El general Ordóñez. (En Asturias, órgano del Centro Asturiano, Madrid, noviembre de 1911.)

Ugarte (Teodoro de).—El general de División D. Salvador Díaz Ordóñez y Escandón. (En el Memorial de Artillería, Madrid, 1911, serie 5, tomo XII.)