“Ilustrado y pundonoroso brigadier del Ejército”, como dice Fray Fabián Rodríguez García. Escritor, además, en algunos periódicos asturianos y publicaciones profesionales. Hermano del anteriormente reseñado y padre del primero que aparece con sus apellidos en esta obra. Nacido en Oviedo el 11 de mayo de 1819.

Dotado de vocación hacia la carrera de las armas, después de hechos en la ciudad natal los estudios preparatorios para seguirla, ingresó en enero de 1836 como cadete en el Colegio de Artillería establecido en Alcalá de Henares. Pasó luego al de Madrid a completar los estudios, y de él salió promovido a subteniente en el mismo mes de 1839. Prestó sus primeros servicios en la guarnición de Barana y luego en la de La Coruña, donde fué trasladado un año a Madrid como alférez de brigada de la Guardia Real. Ascendido a teniente en abril de 1840 fué destinado nuevamente en el mes de julio a La Coruña, donde permaneció cerca de cinco años.

En esta ciudad le salió el amor al paso por entonces y en ella contrajo matrimonio en fecha que desconocemos, pero seguramente antes de mediar el siglo, con doña Amalia Bermúdez de Castro y Mosquera. En ella, también, nació su hijo Arturo (1854).

En abril de 1846 salió a campaña como ayudante del general don Antonio Loriga y con él acudió al sitio y toma de la ciudad de Lugo. Después de ascendido a capitán, en mayo de 1848, prestó servicios sucesivamente en Gijón, Vigo Y El Ferrol.

Como los hechos de armas eran escasos en su hoja de servicios y estaba dotado de vocación al estudio, dedicaba buena parte del tiempo que le consentían sus obligaciones en llegar al conocimiento científico de lo que era fundamental en su carrera: los armamentos. La autoridad conseguida en esta disciplina le valió que en 1856 se le enviara al extranjero a estudiar los adelantos en las armas portátiles de fuego. A su regreso de esta comisión, y ascendido a comandante (1859), se le destinó como subdirector a la Fábrica de Armas, de Oviedo, de la que luego fué director interino, ascendido a teniente coronel en 1861.

 Volvió a enviársele al extranjero por entonces a proseguir los estudios en que se había especializado, y regresó a su puesto de subdirector de dicha Fábrica, de la que pasó a la Dirección, en propiedad, en septiembre de 1863. Todavía tres años después volvió a efectuar otro viaje de estudios por el extranjero al frente de una Comisión encargada de proseguir los estudios de las armas portátiles de fuego. La Fábrica de la Vega, como se conoce en Oviedo a la de Armas, salió bajo su dirección de la vida de atraso y lenta producción que le eran características. A la vez que ese cargo desempeñó otros servicios y comisiones de carácter técnico, que le valieron recompensas y condecoraciones. 

Bajo el Gobierno Provisional de 1868, pasó en noviembre de ese mismo año a situación de excedente, pero el día 25 volvió al servicio activo como director del Parque de Artillería, de Madrid, ascendido a coronel en el año anterior. Dejó este puesto para ocupar la Dirección general del Cuerpo de Artillería, que desempeñó durante algunos años.

Ascendido a general de Brigada, dejó de existir en La Coruña en octubre de 1881.

Durante su larga permanencia en Oviedo siguió los estudios de abogado, colaboró en la prensa local, distinguiéndose como polemista, y prestó servicios a la Sociedad Económica de Amigos del País, de la que fué socio de mérito.

Trabajos sin formar volumen: 

1.—Informe sobre las armas de fuego portátiles adoptadas por el ejército nacional. (En el Memorial de Artillería, Madrid, 1860, serie 1, tomo XVI.) 

Referencias biográficas:

Llave (Pedro de la).—Necrología del brigadier de Artillería don Mamerto Díaz Ordóñez. (En el Memorial de Artillería, Madrid, 1881, serie 3, tomo IV.)