ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

FERNANDEZ CASTRO (José).

Escritor contemporáneo que residió muchos años en Cuba y reside actualmente, desde hace varios lustros, en Asturias y Madrid.

Nacido el 17 de junio de 1868 en el lugar de Sombredo, de la parroquia La Corrada (Soto del Barco), en hogar de labradores. Sus apellidos verdaderos son los de Fernández y García Castro, si bien ha usado siempre solamente el primero y el último.

Transcurrió su infancia en la aldea de La Ferrería, del mismo concejo, donde recibió la instrucción primaria y única hasta los quince años, edad en que emigró a Cuba. Dedicado al comercio en la Habana por espacio de un cuarto de siglo, logró reunir una cuantiosa fortuna en el ramo de papelería y efectos de escritorio, en el que tuvo abierto uno de los establecimientos más importantes y acreditados de la isla bajo la razón social de Fernández Castro y Compañía.

Dotado de espíritu inquieto por afanes de saber, a compás de la prosperidad económica procuró enriquecer su ilustración con lecturas constantes. Favorecido por las musas, escribió numerosas e inspiradas poesías, que no llegaron a ser publicadas, limitadas a circular, muchas de ellas anónimas, entre amigos y conocidos.

Si bien rehuyó por entonces la letra de molde como escritor, prestó el concurso de su ilustración, con entusiasmo, como elemento de gobierno, a entidades económicas y benéficas, cuales la Cámara de Comercio y el Centro Asturiano, de cuyas Juntas directivas formó parte en varias ocasiones.

Durante su permanencia en Cuba efectuó algunos viajes por América y Europa, llevado por el deseo siempre despierto de acrecentar su cultura, para lo cual se pertrechó con el conocimiento de los idiomas inglés y francés.

Repatriado en 1908, se estableció en Gijón con hogar propio, interrumpida esa residencia únicamente ¡por temporadas veraniegas en Soto del Barco.

Hombre de acción, pronto asoció esfuerzos a varias personalidades gijonesas y dió entusiasta impulso a diversas entidades, como la Asociación de Caridad, de cuya Junta de Gobierno fué miembro muchos años; la Sociedad La Unión, de la que fué presidente; el Club de Regatas y la Delegación del Centro Asturiano, de La Habana, que estuvo también bajo su presidencia algún tiempo. Perteneció asimismo al Consejo del Banco Gijonés de Crédito.

Su dinamismo se desplazó por entonces a la política y a la prensa. En lo primero llegó a desempeñar el cargo de diputado provincial durante UN trienio, en el que acreditó una conducta ejemplar. Como periodista comenzó a colaborar en 1912 en el diario El Comercio, y colaboró después en los otros dos locales. La Prensa y El Noroeste. Algo más tarde extendió esas colaboraciones al Diario de la Marina, de La Habana; La Voz de Avilés y El Progreso de Asturias, de Avilés ambos; Covadonga, revista editada en este lugar, y La Vanguardia, de Barcelona. Sus temas preferidos y casi únicos se los inspiraba un vehemente deseo de renovación y Progreso material y Moral de Asturias y de España entera.

Fué también, con la pluma y la Palabra, uno de los más entusiastas Propulsores de la idea de levantar en Asturias un sanatorio, a manera de Sucursal del Centro Asturiano de La Habana, deseo que al fin encontró realización en el monte Naranco, de Oviedo.

Se ha distinguido además como calígrafo, arte con el que alcanzó un preciado galardón en una exposición celebrada en los Estados Unidos,

Desde hace algunos años, su residencia habitual durante los inviernos la ha trasladado a Madrid.

Los veranos los continúa pasando en Soto del Barco, pueblo del que ha venido siendo benefactor. En él fundó y presidió mucho tiempo la Sociedad Agrícola.