Eclesiástico del siglo XIX que llegó a la dignidad de obispo.

Hombre acreditado por su saber y querido por la bondad de su carácter. Hijo de don Juan de esos apellidos y doña María Menéndez, nació en Oviedo el 10 de enero de 1834.

Durante los estudios preparatorios para una carrera literaria se afirmó su natural vocación por la eclesiástica e ingresó en el Seminario Conciliar de la ciudad natal, en el que estudió Latinidad, Filosofía y Teología hasta ordenarse de sacerdote el 18 de setiembre de 1858.

Demostradas y premiadas en ese centro su extraordinaria capacidad para el estudio y su clara inteligencia, apenas concluida la Carrera se le confirió una plaza de profesor de Latinidad, ejercicio muy de acuerdo con su deseo. Al mismo tiempo que enseñaba «continuaba estudiando con el fin de obtener los grados superiores en Teología, y alcanzó el de licenciado en el Seminario Central, de Salamanca, en 1860.

En ese mismo año se le confirió en el Seminario ovetense la cátedra de Teología dogmática y moral y fué además investido del cargo de director espiritual. Seis años después (1866) se le nombró vicerrector, y en 1882, rector, puesto éste que desempeñó durante cuatro años con gran acierto. introduciendo en la vida y los estudios del seminario reformas de importancia, que le dieron fama de pedagogo y administrador excelente,

Desde muchos años antes, setiembre de 1871, desempeñaba en el Cabildo catedralicio una plaza de canónigo con dignidad de penitenciario, alcanzada por oposición mediante ejercicios que le valieron unanimidad de votos. A la vez que la canonjía desenvolvió en la Catedral otros cargos, como los de examinador sinodal, secretario de la Congregación, vicepresidente de la Comisión del Sínodo Diocesano y director de las conferencias morales del clero.

Por modestia, una de sus virtudes más relevantes, y también por exceso de ocupaciones, había venido posponiendo la obtención del grado de doctor en Teología, que Por fin alcanzó en el Seminario de Salamanca hacia 1883. Por modestia asimismo venía rehuyendo la aceptación de una mitra, hasta que casi por sorpresa se vió obligado a aceptar la de Mondoñedo (Lugo) en octubre de 1889, siendo consagrado obispo en Oviedo por Fr. Ceferino González el 13 de abril del siguiente año.

Su obispado por espacio de tres lustros fue verdaderamente ejemplar, granjeándose la estimación de todas las clases sociales. Con el ejercicio de la piedad y la caridad religiosas y del buen gobierno de la diócesis compartió algunas actividades de escritor, y desenvueltas antes, aunque sin gran fecundidad. En el Boletín Eclesiástico de Mondoñedo dió a la publicidad algunos escritos, entre ellos una patriótica y muy Celebrada pastoral con motivo de la guerra que sostuvo España en Marruecos en 1893.

Dejó de existir el obispo Fernández Castro en Mondoñedo en 1905, ya anciano de setenta y un años.

Uno después, en el mes de diciembre, Oviedo le rindió el homenaje de descubrir dos lápidas consagradas al enaltecimiento de su memoria: una en la casa donde había nacido, en la calle de la vega, y otra en la iglesia de Santo Domingo, a la que había dejado una fundación.

 

Obras publicadas en volumen:

I.—Programa de Theologia Morali ad usum Seminarii ovetensis, a proprio professore dispositum: Textu compendio Cl. P. J. Gury S.J. pro faciliori intelligentia additis nonnullis hinc et inde desumptis. (Oviedo, 1885; dos tomos.) 

II.—Carta pastoral… al clero Y fieles de su diócesis Con motivo de su entrada en ella. (Mondoñedo, 1890.)

 

Referencias biográficas:

Anónimo. — Los asturianos de hoy: Don Manuel Fernández Castro. (En el Carbayón, Oviedo, 23 de octubre de 1889.)

ídem.—Una semblanza. (En El Carbayón, Oviedo, 13 de abril de 1890.) .

ídem. — El pueblo de Oviedo Y don Manuel Castro. (En ídem, 31 de diciembre de 1906.)

C.—IImo. SD: Manuel Fernández Castro, obispo de Mondoñedo. (En Asturias, órgano del Centro de Asturianos, Madrid, mayo de 1890.)

Canella y Secades (Fermín). — De don Manilin Castro: Recuerdos. (En El Carbayón, Oviedo, 31 de diciembre de 1906.)

Silva Posada (Víctor de).—Un obispo asturiano: Manuel I. (En ídem, 13 de agosto de 1894; reproducido de Las Riberas del Eo, de Ribadeo.)