Sacerdote y poeta en bable del siglo XVI, salvado del olvido gracias a la diligencia del sabio Caveda y Nava, que recogió tres de sus composiciones en la antología Colección de poesías en dialecto Asturiano.
Nació Bruno Fernández en Nava a mediados de la citada centuria, estudió en Oviedo la carrera eclesiástica y vivió luego la mayor parte de su vida en Villaviciosa. Gozó extensa fama de gran latinista, y en esa villa, además de sacerdote, fué preceptor muy afamado, era como tal de los aferrados al acreditadisimo método de que la letra con sangre entra, que habría desechado de haber podido inventar otro más racional y moderno. No obstante la severidad de los castigos como maestro, parece que fué una persona afable y hasta de buen humor, si lo deducimos de sus composiciones poéticas, que rodaron manuscritas y se recitaron de memoria en su tiempo con aplauso y regocijo generales. Daba sus lecciones en una antigua capilla de la Magdalena, cerca del Mercado Viejo, convertida más tarde en una veterinaria.
Fué muy amigo del ilustrado escritor y poeta don Francisco de Paula Caveda y Solares, padre del citado anteriormente, y con él representó a la intelectualidad de esa comarca por espacio de muchos años.
En la edición de la obra de Caveda y Nava que publicó Fermin Canella y Secades con el título de Poesías selectas en dialecto asturiano refiere este autor la siguiente anécdota respecto del sacerdote poeta: “Una devota de las que rezaban el Santo Rosario admiraba tanto las virtudes y ejemplar conducta de don Bruno, que al hacerse la exhumación de su cadáver en la dicha iglesia de Santa María—donde el preceptor había sido sepultado con autorización del párroco de San Vicente, de quien había sido feligrés — recogió el cráneo y algunos huesos con religioso cuidado, y sólo el día de difuntos, previo permiso del señor cura, se colocaban en el catafalco; pero esta buena mujer, Manuela Apartua a la derecha, falleció hace bastantes años, y se perdieron aquellos restos del sacerdote benemérito que durante muchos años instruyó y educó a los hijos de Villaviciosa.”
Fallecido en esta villa el 23 de noviembre de 1803.
Trabajos sin formar volumen:
1.—La enfermedad. (Composición poética en la Colección de poesías en dialecto asturiano, Oviedo, 1839, de José Caveda y Nava, y reproducida en la segunda edición, corregida y aumentada bajo el título de Poesías selectas en dialecto asturiano, Oviedo, 1887, por Fermín Canella y Secades.)
2.— Felicitación de unos días. (En ídem íd. id.)
3.— Fragmento de un diálogo sobre las glorias de Asturias. (En ídem id. id.)