Religioso agustino y escritor contemporáneo. Nacido en Olloniego (Oviedo) el 29 de noviembre de 1850.

Después de cursados algunos estudios con el propósito de seguir la carrera eclesiástica, decidió ingresar en la Orden de San Agustín, lo que llevó a cabo con algo más edad de lo frecuente, a los diecinueve años. Al siguiente de vestir el hábito en el Colegio de Valladolid (1870) hizo la profesión de votos el 20 de setiembre. Antes de que recibiera las órdenes sacerdotales se le envió a completar estudios a Roma, de donde regresó en 1879.

Facultado Como lector de Provincia, ejerció de profesor de Filosofía en el Colegio de Santa María, establecido por la Orden en La Vid (Burgos), hasta jubilarse reglamentariamente en 1889,

En esa misma localidad fué cura párroco luego durante una temporada, dejando el cargo para trasladarse a Palma de Mallorca (1850), como presidente de la residencia de agustinos aquí establecida. Ahí mismo, al ser instalado un Colegio por la Orden dos años después, asumió el cargo de director.

Tres años más tarde (1895) se le designaba Para asistente general en Roma por los agustinos de España y América española, y allí alternó esta representación con el ejercicio de Profesor del Colegio de Santa Mónica, en el que explicó primero Metafísica y Derecho natural y Teología moral después.

La Santa Sede procuró utilizar su acreditado saber, y el papa León XII le honró en 1896 con el nombramiento de consultor de la Santa Congregación de Propaganda Fide, y poco después con el mismo cargo cerca de la Suprema Congregación del Santo Oficio.

Algo más tarde, al constituirse la Congregación de Disciplina Sacramentorum, fué también electo consultor de ella. Otros cargos y honores se acumularon sobre él, buscando el consejo de sus sabias luces y enalteciendo su figura. Entre ellos sobresale la designación de representante de todo el Episcopado Español en la Comisión Codificadora del Derecho Canónico.

“Los que Sepan algo de lo que son las Congregaciones romanas —dice Fr. Gregorio Santiago Vela comprenderán la importancia de los trabajos realizados en las mismas por el P. Vicente y el alto prestigio que allí goza, que puede ser medido por la multitud de comisiones por él desempeñadas.”

Resentida su salud por el exceso de trabajo que le daban tales asesorías, regresó a Palma de Mallorca, donde consiguió restablecerse rápidamente. De nuevo e Roma, continuó con el cargo de asistente hasta 1907.

Sus actividades de escritor para el público no han sido muy fecundas. Fuéronlo, en cambio, las desplegadas en Roma con motivo de sus ocupaciones de consulto aparte del volumen reseñado más abajo, la mayor parte de sus escritos publicados, casi todos sobre temas filosófico-religiosos, lo fueron en periódicos de la orden, como Revista Agustiniana y La Ciudad de Dios.

Obras publicadas en volumen: 

1—Reglamento del Colegio del Dulcísimo Nombre de Jesús, de Palma de Mallorca. (Palma, 1893.)