Aunque cubano de nacimiento, ha sido un asturiano adoptivo y, más concretamente, un avilesino de corazón, reconocido por todos los que lo sean de nacimiento.
Era José Martín Fernández un escritor de doble faceta: poeta festivo a lo vital Aza, de inspiración, fluidez y gracia espontáneas, y prosista serio, casi siempre sobre temas de investigación histórica. Entre lo más importante de su producción literaria figuran varias obras teatrales en verso y prosa, escritas algunas en colaboración con Antonio María Valdés (Aneroyde) y estrenadas en Avilés con éxito.
Adornaba al intelectual una bondad de integridad absoluta. En una necrología publicada por La Voz de Avilés se estamparon unas frases apreciándole con toda justeza en ese aspecto, que reproducimos: “Persona culta, en extremo cordial y de un carácter tan bondadoso que jamás acaso le habrá permitido tener una frase agria para nadie, dejando, en cambio, de Su paso por la vida una larga estela de verdaderas amistades y sinceros afectos, por lo cual su desaparición ha de producir en todos honda pena.”
El autor del presente estudio guarda de José Martín Fernández, con el recuerdo de una amistad entrañable, el de su entusiasta colaboración sobre escritores y artistas avilesinos para este Indice, que no tuvo la fortuna de ver publicado, con lo que habría recibido una íntima alegría,
Nació José Martín Fernández en el pueblo cubano de Santa Ana (Matanzas) el 1 de julio de 1869, hijo de don José Fernández López y doña Margarita Fernández Sosa, ambos fallecidos en Cuba. Vino él a España a los siete años, deseosos los padres de que aprovechara aquí las ventajas que ofrecía la Península Para seguir estudios, y desde entonces, descontado el tiempo de los cursados fuera y de alguno que Otro viaje, residió siempre en Avilés, donde creó su hogar, nacieron sus hijos y vivió él con amor a la villa como el lugar de nacimiento.
En Avilés estudió la instrucción Primaria y luego la Segunda enseñanza en el Colegio de la Merced, con exámenes en el Instituto de Oviedo, en el que recibió el grado de bachiller. Seguidamente emprendió los estudios de Medicina, Primero en la Universidad de Santiago de Compostela y después en la de Valladolid. Estudiante en esta ciudad, despertó su vocación literaria, que habría de acompañarle sin desmayos a lo largo de su vida, y publicó sus primicias de escritor en un periodo estudiantil intitulado La Semana Escolar. Estos ensayos literarios abrieron a su espíritu la ruta más dilecta, y como seguía los estudios de Medicina con desgana —a lo que tal vez concurría que no le fuera necesario el ejercicio de una profesión, debido a la buena posición económica de la familia—, abandonó la carrera de médico para seguir la de escritor.
Desde entonces, la lectura y el ejercicio de las letras fueron sus dedicaciones principales. Era la época en que la poesía festiva gozó del máximo favor del público y en la que florecían magistrales ingenios como Vital Aza, al que José Martín Fernández seguía como maestro, pero con inspiración propia y tan fácil improvisación, que no le resultaba más difícil escribir en verso que en prosa.
Usando ambas formas literarias, colaboró copiosamente por esos años últimos del siglo XIX y primeros del XX en casi todos los periódicos avilesinos, especialmente en el Diario de Avilés; en numerosas publicaciones locales, como las revistas El Auseva, de Cangas de Onís, y El Nalón, de Muros, v en los principales diarios regionales, entre ellos El Carbayón y El Correo de Asturias, de Oviedo, y El Comercio, de Gijón.
También por entonces fundó bajo su dirección en Avilés la revista La Semana, que comenzó a publicarse el 9 de julio de 1899, hasta el 15 de octubre, que fué suspendida a causa de un viaje a Cuba del director. Al regreso de éste reapareció con el título de La Semana Ilustrada, y vivió entonces un año escaso, desde el 1 de junio de 1900 hasta el 20 de mayo siguiente.
Ya por entonces José Martin Fernández había echado en Avilés las más hondas raíces de su espíritu con la constitución del hogar propio, casado el 23 de junio de 1897 con la señorita avilesina María Troncoso Menéndez-Sierra.
La más fuerte ilusión de José Martín Fernández como literato estaba en llegar a ser un autor dramático aplaudido, idea que le movió a escribir algunos ensayos, que culminaron en un primer éxito conseguido con el estreno en Avilés por la compañía de Juan Espantaleón, el 31 de agosto de 1899, de la comedia en un acto, en prosa, Llegar a tiempo, en colaboración Con el también escritor avilesino Antonio María Valdés.
Por entonces ocurrió a estos dos escritores un episodio digno de ser referido. Actuaba en Avilés en el año 1900 una compañía de Comedias que dirigía el primer actor don Eduardo Cachet. Para la función de su beneficio, José Martín Fernández y Antonio María Valdés le ofrecieron un monólogo dramático en verso que habían escrito con el título de Noche de Carnaval, Aceptado el ofrecimiento en principio por dicho actor, procedió Valdés a leerle el monólogo. A poco de comenzada la lectura observaron los autores que el señor Cachet palidecía y daba muestras de gran excitación. Preguntado el motivo de lo que le desazonaba, los tranquilizó diciéndoles que le había puesto nervioso la evocación de amargos recuerdos sugerida por la lectura de la obrita, y los animó a proseguir leyendo. Cuando la lectura hubo concluido preguntó a los autores si estaban Seguros de que el episodio del monólogo era absolutamente original o si lo habían escrito tomando como tema un asunto oído. Ellos, perplejos, asombrados, respondieron que tanto el asunto como el desarrollo eran fruto original de sus ingenios, al punto de que la idea la habían elaborado con ocurrencias de ambos. Entonces el actor refirióles un episodio de su vida en todo coincidente con el monólogo y que constituía el más amargo y doloroso recuerdo de su vida, cual pudieron ellos apreciar en el relato dolorido y emocionado… Y por esta causa no fué estrenado el monólogo, aunque ellos se quedaron con la sospecha de que lo habían visto representar por el actor, que creyó más adecuado recurrir a la mímica que a una negativa lisa y llana.
Posteriormente, José Martín Fernández escribió otras piezas teatrales, algunas de ellas estrenadas en Avilés con aplauso e impresas varias, Como puede verse más abajo. También ha compuesto algunas canciones para coro y una sola voz.
La dedicación al teatro no le ha impedido continuar sus colaboraciones periodísticas en algunos de los citados periódicos y extenderlas a otros de la provincia, como Región, de Oviedo, y El Noroeste, de Gijón; La Saeta, de Barcelona; El Comiquito, de Valencia; el diario Heraldo de Madrid y las revistas Asturias y Artes y Letras, de Madrid, y algunas publicaciones habaneras de carácter asturiano, como la revista Asturias.
También ha dedicado algunas actividades a trabajos de investigación histórica, de lo que fueron fruto principal unas Efemérides avilesinas, que han quedado, lamentablemente, inéditas, y un verdadero arsenal de noticias acerca de autores dramáticos y comediantes españoles, del que ha dado a asustar al público centenares de biografías anecdóticas en los últimos años de su vida, bajo el título de Recuerdos del teatro, desde el diario La Voz de Avilés y el semanario avilesino El Progreso de Asturias.
Dejó de existir José Martín Fernández, con el sentimiento unánime de los avilesinos, el 15 de enero de 1935.
Obras publicadas en volumen:
I.— Llegar a tiempo. (Avilés. 1899; comedia en un acto y en prosa, en colaboración con Antonio María Valdés, estrenada por la compañía de Juan Espantaleón en Avilés el 31 de agosto de ese mismo año.)
II.—La muñeca. (Madrid, 1903; juguete cómico en un acto y en verso, estrenado en Avilés el 10 de septiembre de 1900.) .
III.—El padre vicario. (Madrid, 1902; zarzuela en un acto y enN prosa, con música de Ramón de Julián, estrenada por la compañía de Miguel Cepillo en Avilés el 26 de mayo de 1901.) .
IV.—Los del tercero. (Madrid, 1908; juguete cómico en un acto y en prosa, estrenado en Avilés el 17 de noviembre de 1£07.)
V.—El llibriquín del señor cura. (Madrid, 1916; apropósito en un acto y en prosa bable, en colaboración con Antonio María Valdés, estrenado en Avilés el 30 de diciembre de 1915.) :
VI—El emigrante. (Gijón, 1916; canción con música de Luis Camuesco, estrenada por la cantante Natividad Pérez en el Teatro Iris, de Avilés, el 30 de diciembre de 1915.)
Trabajos sin formar volumen:
1.—Recuerdos del teatro. (Crónicas publicadas desde 1925 en La Voz de Avilés y desde 1926 en El Progreso de Asturias, también de Avilés, hasta su fallecimiento.)
Obras inéditas:
—La víspera de San Juan. (Manuscrito. Zarzuela en un acto y tres cuadros, con música de Benjamín Orbón, estrenada en Avilés por la compañía de Miguel Cepillo el 10 de noviembre de 1903.)
—La primera visita. (MS. Comedia en prosa, sin estrenar.)
—Frente al mar. (MS. Comedia en verso, sin estrenar.)
—Los hijos del arte. (MS. Zarzuela en un acto y tres cuadros, sin estrenar.)
—Asturias, (MS. Canción con música de Enrique del Valle, estrenada en Avilés por la Coral Avilesina en el Teatro-Circo el 18 de diciembre de 1910.)
—Efemérides avilesinas. (MS)