De este escritor de la primera mitad del siglo XIX, absolutamente olvidado ya, muertos los que le conocieron y trataron, probablemente no tendríamos rastros de su vida y su obra de no haber recogido algunos Fuertes Acevedo en su Biblioteca de escritores asturianos.

Fernández Tuñón es un meritorio caso de autodidacta digno de recuerdo. Vida breve envuelta en una vaga imprecisión, vista en la penumbra de casi un siglo.

Nacido en Oviedo el 17 de septiembre de 1820. Sin haber recibido más luces intelectuales que las de la primera enseñanza, que sería deficiente si nos atenemos a su modestisimo origen y al atraso de la época, ha podido formarse a sí mismo por nativa vocación al estudio hasta brillar como escritor y conferenciante notable, dotado de pluma y palabra elocuentes e ilustradas.

Abandonada de muchacho la ciudad de nacimiento, de su rastro en las varias poblaciones donde ha residido no queda más recuerdo que el de algunas actividades suyas de periodista: en El Mosaico, de Vitoria; Los Misioneros, de Madrid, y otros varios periódicos de Zaragoza y Valencia.

Sus escritos, entre los que hay algunas bellas composiciones poéticas, nos permiten descubrirle noblemente preocupado con la defensa moral y material de las clases humildes, y esto lo confirman luego sus actuaciones en Barcelona, población donde residió últimamente y donde ha dejado rastros más perdurables.

Vivió en Barcelona no menos de un quinquenio desarrollando con notable fecundidad actividades de escritor en varias publicaciones, entre las que figuran La Verdad y El Barcelonés, como poeta y Prosista. Al mismo tiempo actuó como organizador y elemento directivo de los obreros en favor de las vindicaciones sociales, sobre todo como secretario de la Asociación Defensora del Trabajo Nacional y de la Clase Obrera. Este cargo le permitió afirmar su prestigio de orador en varias ocasiones, de la cual dan testimonio dos de los trabajos anotados al final de esta información.

En el año 1850 regresó a Oviedo, seguramente con el propósito de establecer aquí su residencia definitiva, movido por la nostalgia y la poca salud que venía disfrutando, pero si tal fué su deseo le resultó fallido. Fundó en esa ciudad entonces el periódico democrático El Asturiano (segunda época), pero fracasada nuevamente esta publicación y falto de ambiente para la difusión de su ideario social, regresó a Barcelona, donde un año después, el 25 de abril de 1851, dejaba de existir, malográndose en él a los treinta y un años un escritor al que esperaba fama perdurable.

Obras publicadas en volumen:

I.—Discurso pronunciado en la Asociación Defensora del Trabajo Nacional y de la Clase Obrera, en la sesión del 7 de julio de 1849. (Barcelona, 1849; opúsculo en 4.” de siete páginas.) 

Trabajos sin formar volumen:

1.—El expósito. (En La Verdad, Barcelona, 12 de junio de 1844; poesía.)

2.—Discurso político-social, (En El Barcelonés, Barcelona, 18 de febrero de 1848.)

Referencias biográficas:

Suárez  Españolito (Constantino).—Asturianos de antaño. Vidas truncadas: Nicolás Fernández Tuñón. (En el Diario de la Marina, Habana, 1933.)