ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

FERNANDEZ VILLAR (Fr. Celestino).

Fraile agustino que floreció en la segunda mitad del siglo XIX con gran crédito como botánico en la investigación de la flora filipina: Alcanzó en esta especialidad fama que tuvo el marchamo de sabios extranjeros. “Gloria de la Orden agustiniana y preciado florón de nuestra patria”, le considera el P. Elviro J. Pérez.

Nació el P. Fernández Villar en la aldea de Arriería, de la parroquia de San Martín de Moreda (Aller), el 3 de abril de 1838, en modesto hogar de agricultores. Con el aprendizaje de la instrucción primaria despertaron en él dos vocaciones: al estudio y a la profesión religiosa. Entonces pasó al Seminario conciliar de Oviedo, en el que empezó a estudiar Latinidad y Filosofía, “logrando ya entonces” dice el antes citado autor— llama la atención de sus profesores por su prodigiosa memoria y agudo ingenio”. .

Más firme cada vez su inclinación al sacerdocio, se decidió a ingresar en la Orden de Agustinos calzados de Filipinas, en el Colegio de Valladolid, donde hizo su profesión de votos el 15 de setiembre de 1856 y comenzó la carrera eclesiástica. “Se distinguió entre sus compañeros de estudios—anota Fr. Gregorio Santiago Vela—por su prodigiosa memoria y talento superior, cualidades que hicieron presagiar daría muchos días de gloria a la Provincia que le contaba en su seno.” Antes de que acabara la carrera, los superiores le destinaron, como era costumbre, a las misiones establecidas en el archipiélago filipino (1859). En la Universidad de Manila concluyó los estudios en 1861, y, algo quebrantada su salud, residió una larga temporada en Cebú reparando los estragos de su organismo.

Al año siguiente se trasladó al distrito de Panay a imponerse en la lengua y las costumbres de los indígenas. Conseguido esto, administró el pueblo de Borotac Nuevo hasta 1865, año en que regresó a Manila a completar sus estudios.

Un año después volvió a la isla de Panay, como cura párroco de Jaro, de donde pasó en el siguiente (1867) a regentar la parroquia de Igbarás, al frente de la cual estuvo durante una década.

lgbarás era a su llegada un pueblo de escasa importancia urbanística y semi bárbaro, que él convirtió en una población próspera y culta. A este respecto dice Fr. Elviro J. Pérez: “Nunca, seguramente, olvidarán los feligreses de dicha parroquia al cariñoso Padre, al desinteresado amigo, al hábil organizador de los servicios urbanos, al que supo, en fin, hacer de Igbarás un pueblo laborioso y próspero, de hermosas y bien trazadas calles, con espaciosas escuelas, magníficos puentes y sólido convento de piedra sillería”.

Todos los momentos libres que le dejaban las atenciones del culto y los cuidadosos desvelos desplegados en el progreso de la población, los dedicaba con toda asiduidad al estudio y la investigación de las ciencias naturales, especialmente la Botánica, en la que llegó a poseer muy profundos conocimientos, sobre todo, por lo que se refiere a la espléndida vegetación filipina. El fruto principal de esos trabajos culminó en la refundición de la obra del P. Manuel Blanco Flora de Filipinas, notablemente enriquecida en colaboración con otro eminente botánico, asturiano también, el P. Andrés Naves. La publicación de esta tercera edición de la Flora de Filipinas, aumentada en un volumen a cuatro en tamaño de folio, dió a los citados ampliadores e ilustradores un gran renombre; conquistaron un primer premio en la Exposición Universal de Amsterdam y cosecharon muchas alabanzas de sabios españoles y extranjeros en la materia. El gran botánico inglés Mr. Rolfe le rindió el homenaje de poner el segundo apellido de este fraile agustino (Villaria) a un nuevo género de plantas descubierto por él de la familia de las Rubiáceas.

Otros reconocimientos ostensibles del saber de Fr. Celestino Fernández villar no fueron esperados mucho tiempo. El primero lo tuvo de la Sociedad Económica de Manila, dándole ingreso en su seno.

Luego, la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de Madrid, le nombró académico Correspondiente, y la Sociedad de Farmacéuticos, también de Madrid, le otorgó el título de socio honorario. Su Orden le concedió el preciadísimo honor de ex provincial.

Después de impresa esa magnífica obra, marchó comisionado (1879) al norte de la isla de Luzón.

Retornó a Panay, donde regentó la Parroquia de Miagao.

En 1885, elevado a la categoría de definidor, llevó a cabo un viaje a España y Roma, comisionado por la Orden, y dos años después giró una visita con carácter de visitador general a las misiones agustinianas establecidas en China. En el 89 llevó a cabo otra importante comisión a Australia. Continuó en el desempeño de otros cargos y comisiones dentro de la orden hasta que, nuevamente resentida su salud, tuvo que abandonar todas las ocupaciones por algún tiempo.

Encontrándose convaleciente en Alimodian (Moilo), pagó su tributo de sacrificios a los desmanes de la insurrección de 1898 contra el dominio de España. Los insurrectos le hicieron prisionero y permaneció cautivo y maltratado durante algún tiempo.

En 1899 se le destinó como prior al convento de Guadalupe, de Manila, donde ya transcurrió el resto de su vida, en los últimos años, anticipada la ancianidad, achacoso y víctima de una ceguera progresiva que acabó dejándole totalmente ciego. En ese convento dejó de existir el 29 de abril de 1907.

 

Trabajos sin formar volumen:

1.—Ampliaciones e ilustraciones a la Flora de Filipinas, de Fr. Manuel Blanco, en colaboración con Fr. Andrés Naves.

2.—Prólogo a Espíritu de Santo Tomás de Villanueva, del P. Selva. (Manila, 1881.)

 

Obras inéditas:

—Catálogo de los Sumos Pontífices, reyes de España y provinciales de esta provincia del Santísimo Nombre de Jesús, desde 1565 hasta 1833. (MS. en once cuadernos | de tamaño 4.* con 528 hojas.) 

—Biografía del P. Benito Ubierna. (MS.)

—Relación de la visita hecha Roma y España en 1885-86 en compañía del P. Simón Barroso (MS.) 

—Relación de la visita a las misiones agustinianas de China en 1888. (MS.) .

—Memoria descriptiva del Imperio británico de la Australasia y Bosquejo histórico de la Iglesia Católica de Australasia. (MS. de 1889.) 

—Compendio de la historia de Filipinas. (MS.)